Asimetrías
La Narcoguerra (2/2)
Fausto Fernández ponte
Fausto Fernández ponte
I
Antes de proseguir con la segunda y final entrega de esta serie de enfoques historicistas del fenómeno socioeconómico y sociopolítico que conócesele como "narcoguerra" hagamos un paréntesis.
El empleo, ayer, por este escribidor del concepto "fuerza civil beligerante" en alusión a las fuerzas sin duda muy armadas y muy belígeras de los cárteles del comercio ilícito de drogas concitó reacciones:
En una, de los círculos gubernamentales, se considera un error del escribidor haber identificado a los cárteles como una "fuerza civil beligerante" de facto (de hecho) en la narcoguerra.
En otra, la un leyente de Tijuana, se señala la fidelidad a lo vero al describir aquí los cárteles como una "fuerza civil beligerante" de hecho. "En lo jurídico no es una FCB, sino sólo en lo semántico".
Y en una tercera, de Chihuahua, se elogia la adhesión del escribidor a la realidad: "una guerra, así sea la narcoguerra, es entre beligerantes, al margen de quien tenga la ley de su parte".
En una cuarta reacción se precisa: "Es obvio que usted se refiere no a la figura jurídica de Fuerza (Cicil) Beligerante, con mayúsculas, sino al lógico-semántico de "fuerza beligerante", con minúsculas".
II
En una quinta reacción se elucida que una FCB no es necesariamente política o social, pues el carácter beligerante lo da la parte adversaria. "Y el gobierno no acepta la beligerancia de hecho del narco".
Empero, este escribidor se considera a sí mismo corregido por un leyente y enriquecido por los otros cuatro. El tema, subráyese, es atañedero al sentir y el parecer de las fuerzas en obvia beligerancia.
Pero no nos desviemos más y entremos sin distracciones en la materia central de estos pergeños, la de ubicar objetivamente la narcoguerra desde el historicismo y así entenderla.
En esa vena, podríase decir que, en su contexto macrocósmico, la narcoguerra es una manifestación de ciertos imperativos de geopolítica. Incide en los intereses del poder económico y político y societal.
Y, a fuer de precisos, dígase que esos intereses del poder económico y político son de los Estados mexicano, estadunidense y canadiense. También los de ciertos Estados en Nuestra América.
Pero es en el ámbito del Estado mexicano --entendido éste con arreglo a la definición cabal de la ciencia política-- donde las consecuencias de éste fenómeno son acusadamente societales.
III
Y eso es lo preocupante y, ergo, conturbador del fenómeno. La narcoguerra tiene causales y efectos aviesamente ignorados, aunque el gobierno de México yerre, simule y se engañe a sí mismo.
Los yerros son propios de la inepcia y, a la vez, de enfoques viciados de origen: las tres armas de las Fuerzas Armadas han tomado y ocupan militarmente --dígase perogrullescamente-- al país.
Ello configura expresiones metaconstitucionales del Poder Ejecutivo. México está ocupado por sus propias Fuerzas Armadas. Los soldados son policías en realidad. Esa tarea policíaca es definitoria.
Define, cierto es, un contexto insoslayable. El terror que uno siente cuando se ven patrullas militares en el campo y la ciudad es comparable al terror que uno siente ante los cárteles del "narco".
Ese terror permea la psique colectiva y se asienta allí, determinando incluso conductas sociales en lo político --el derecho constitucional de disentir-- y, desde luego, en la cultura.
Lo absurdo: se desestiman otras vías para vencer a una fuerza beligerante ilegal, el narco: las de educar a la sociedad que consume psicotrópicos y estupefacientes y controlar la producción de éstos.
ffponte@gmail.com
Glosario:
Belígeras: dado a guerrar, belicoso, guerrero.
Historicista: de historicismo. Ciencia que estudia la realidad teniendo en cuenta las condiciones histórico-concretas, de hecho o de derecho, en que han aparecido y se desarrollan.
Bailando al son del narcotráfico
• Guerra... psicológica
• Perdidos en la estrategiaEl hombre pone de manifiesto su verdadero carácter, mi estimado, cuando se le pilla desprevenido.
La ola de originales acontecimientos en los últimos días girando alrededor de la agenda de los cárteles del narcotráfico ha expuesto la vulnerabilidad del régimen de Felipe Calderón, que ha fracasado en su estrategia integral tan cacareada en estos 17 meses en su lucha contra la organizada delincuencia. Lo más grave, my friend, es que Felipe y su achispado Gymboree tomaron la delicadísima decisión de sacar a nuestras fuerzas armadas a la calle, asumiendo (which is the mother of all primary fuckups) que con esto matarían dos pájaros de un tiro: la legitimación del régimen y una posible victoria contra la bola de traviesos. El número de ejecuciones que de paso cobra cuentas al interior del gobierno federal y el tsumani de violencia en varias entidades con todo y la colosal presencia del Ejército, debe prender todas las alarmas. Los mensajes son bastante claros. Y en estricto sentido y sin hacerse bolas, la ejecución de Édgar Millán, bajo la cadenita de Facundo Rosas, y éste bajo García Luna, dejó al descubierto no sólo que el enemigo hace tiempo está en casa (nada nuevo) sino la capacidad precisa para hacer daño... en todos los sentidos. Sobre todo cuando Genaro, sus disfuncionales asesores, el tesorito inservible de Bucareli, y el Gymboree presidencial armaron un insensato circo disponiendo un funeral lugares donde más ha sido visto el responsable de la SSP-F para rendir honores, acto que no sólo fue un aberrante exceso sino que horas antes se recibieron amenazas retrasando la presencia presidencial... Acto seguido, Calderón escupió en el micrófono sus distintivas idioteces contra los traviesos y después, mostrando el tamaño de su miedo, viajó a Tamaulipas reduciendo su gira a escasos minutos, y encima del inmenso despliegue de seguridad, lo resguardó un helicóptero artillado.Horas después… ese mismo día a las 1700... en Los Pinos, el virus de la juntitis aguda se desboca y mientras varios funcionarios de todos los niveles están jugando al Tío Lolo, volaba la versión de que uno de los Beltrán Leyva, El Mochombo, había sido ejecutado en Puerta… no, no, Puente Grande, Jalisco. La paranoia y el nerviosismo activaron todos los resortes de seguridad del Estado mexicano, incluyendo todas las peligrosas lecturas sobre la sembrada jiribilla mediática desmentida más tarde. ¿Resultado?El gobierno de Calderón baila al son del narcotráfico.Que incluye una interesante guerra (mediática) psicológica que los trae, literalmente, pasmados. Sin más estrategia que la de (juntitis) salir al micrófono y la foto, los eslabones clave en el mando civil de la seguridad federal identificados con García Luna están cuestionados, borrados del mapa y/o muertos.Quedando en lo general severamente golpeado y destilando ansiedad (to say the least) que ya gotea a los siguientes niveles hasta la base de... las travesuras. Encarnando una cosa indudable, mi estimado: los ajustes de verdaderas cuentas y de control territorial apenas comienzan dentro del poderoso grupo denominado La Federación donde todos sus integrantes son cabezas de León, que ha sido el detonador del sangriento panorama desbocando los demonios de traiciones. Y al carecer de un liderazgo interno que permita el correcto balance entre su caos y control, la onda expansiva de la factura aún no llega a sus destinatarios finales en otras organizaciones y… en el gobierno de Calderón. ¿Me sigue?Culiacán donde ayer hubo inauditas maniobras de la organizada delincuencia en el perímetro del aeropuerto internacional es ya botón, esperemos que no para el recuerdo. Porque si estos imbéciles alocados en Los Pinos dieron su aval para el anuncio con bombo y platillo del punto de la próxima reunión del gabinete de seguridad encabezada por el tesorito presidencial de Gobernación en ausencia de Felipe que estará en Perú, asumiendo que con ello demostrarán fuerza y respeto en la tierra (des)gobernada por Aguilar Padilla en estos muy peligrosos momentos, no están entendiendo nada.Al contrario.Con su supina ignorancia y arrogancia (pésima combinación), my friend, se están prestando para (la foto) estupendas impresiones en este predecible y agitado comienzo de semana. A menos, claro, …que sea el fondo del (des)propósito.
Por la Mirilla
Y justo en el clímax de la violencia del narcotráfico, aparece Salinas de Gortari con la venia de Los Pinos regalando su perverso tour mediático. Lo que faltaba. Chingón.
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