Socialismo
El legado del Che
Claudio Katz [1]
La conmemoración del 80 aniversario del nacimiento de Guevara ha dadolugar en Argentina a numerosos actos y seminarios, que serán coronadoscon la inauguración de un monumento en Rosario. Estas iniciativasaparecen pocos meses después de concluidas las actividades querecordaron su asesinato. ¿Cuál es el secreto de tanto respeto y reivindicación?
BIOGRAFIA POLÍTICA
Para comprender el interés que suscita el Che hay que evaluar su vidacon seriedad desechando la frivolidad. Guevara fue un líder socialistay no un aventurero de telenovelas. Su transformación en personajejusticiero diluye el sentido revulsivo que tuvo su existencia.
El Che fue un guerrillero heroico odiado por la gran prensa que lomaltrataba con más furia que a Bin Laden. La cobertura que actualmenterecibe su memoria era inconcebible en su época y apunta a borrar sucombate contra la opresión.Esta deformación incluye la paradójica absorción mercantil de unmilitante que rechazaba frontalmente el culto al dinero, laglorificación de la propiedad y la apología del empresariado. Losjóvenes que adquieren mercancías con la figura de Guevarafrecuentemente pierden de vista, que las empresas venden al Che conlas mismas técnicas que publicitan un perfume de Antonio Banderas.
Frente a esta distorsión es necesario politizar el estudio de Guevara,comparándolo con teóricos socialistas (Lenin, Trotsky), marxistaslatinoamericanos (Mella, Martí) y dirigentes revolucionarios (Fidel).Hay que subrayar esta ubicación en la izquierda frente a quiénes loveneran como a un “Cristo laico”.
La biografía política del Che estuvo jalonada por el recorrido queinició con su viaje por América Latina en los años 50. Estaexperiencia transformó al espíritu noble en un luchador social. Elmédico solidario adoptó la acción política para enfrentar la pobreza yla explotación cuándo comprendió las limitaciones del auxilio a los humildes.
Su definición militante se produjo en Guatemala bajo el impacto delgolpe militar que derrocó al presidente Arbenz (un antecesor deSalvador Allende). Con este episodio superó toda ingenuidad frente ala CIA y el Pentágono. Entendió que la resistencia contra imperialismorequiere gestar una resistencia organizada y preparada con antelación.
Guevara se convirtió en revolucionario pleno durante su encuentro conFidel. Le atrajo la consecuencia y decisión del proyectodemocrático-radical de tumbar al dictador Batista y en esta batallareafirmó su convicción de avanzar hacia la captura del poder. Ningunailusión era más ajena al espíritu del Che que la actual convocatoria a“cambiar el mundo sin tomar el poder”.
El líder argentino-cubano fue protagonista de la radicalizaciónsocialista que conmocionó a la isla en los años 60. Participóactivamente en la sucesión de contragolpes frente a la derecha quecondujeron a la expropiación del capital. Maduró junto al aluvióncolectivo de la revolución cubana y en esa conmoción transformó suslecturas marxistas en elaboradas convicciones.
ACTUALIDAD DE UN PLANTEO
El Che reaparece porque América Latina se ha convertido en un granfoco de resistencia popular. El auge neoliberal, el colapso de la URSSy la preeminencia de gobiernos menemistas durante la década pasada,determinaban un cuadro poco propicio para su reivindicación. Latrayectoria de Guevara ha sido actualizada por los levantamientos enBolivia, las sublevaciones en Ecuador, las movilizaciones en Venezuelay el alzamiento de Argentina.
Ciertamente el mapa de la lucha social en Latinoamérica es muydesigual. Pero se han verificado acciones masivas y convergentes en lademanda de anular las privatizaciones, nacionalizar los recursosnaturales y democratizar la vida política. Y aunque el neoliberalismoarremetió con fuerza, no logró sepultar las tradiciones combativas yla herencia del nacionalismo antiimperialista, en un contexto deconquistas democráticas superiores al pasado[2].
El legado del Che puede resumirse en un mensaje: valorar lasrebeliones recientes y desenvolverlas en una dinámica deradicalización socialista. Esta conclusión se inspira, a su vez, endos lecciones: los procesos que no avanzan involucionan y la derechano se queda inmóvil frente a un desafío a la dominación.
Estas enseñanzas son muy importantes para el devenir de los gobiernosnacionalistas radicales (Chávez, Morales, Correa) que concentran lasexpectativas populares y enfrentan las típicas disyuntivas de lasexperiencias reformistas. El antecedente cubano demostró que se puedederrotar a los opresores con medidas revolucionarias tendientes areducir la desigualdad y mejorar el nivel de vida popular. Pero otrosprecedentes indican que en ausencia de estas decisiones, la derecharecupera el gobierno por medios golpistas (Chile), electorales(Nicaragua) o estabilizando regímenes conservadores (México).
SIMILITUDES Y DIFERENCIAS
Frecuentemente se afirma que la “época del Che ya no es la nuestra”. Yes obvio que los últimos 40 años transformaron sustancialmente elcuadro político internacional. La expansión del neoliberalismo, laimplosión del “socialismo real” y el salto registrado en lamundialización del capital constituyen tres novedades significativas.
Pero la miseria y la explotación que empujaron al Che a la acciónpersisten bajo el mismo sistema capitalista. Basta observar la plagade hambre que afrontan varios países periféricos o el abandono de sushogares que padecen las familias norteamericanas endeudadas, parapercibir las consecuencias de este régimen.
El capitalismo recrea las crisis y los sufrimientos de las mayoríaspopulares. Es un sistema alimentado por competidores que no pueden serdisciplinados y se basa en mecanismos de explotación, que sonincompatibles con la humanización de la sociedad. El capitalismoincluso acrecienta la polarización social en América Latina, en laactual coyuntura de crecimiento y bonanza exportadora.
Las principales diferencias con los años 70 se ubican -en la región-en el terreno político. La sustitución de las dictaduras por regímenesconstitucionales ha modificado los tiempos y las formas de gestaciónde un poder popular. La preparación de esta transformación exigepromover la cohesión social, el protagonismo masivo y laradicalización ideológica de los oprimidos, en procesos quetransitarán por caminos diferentes al clásico sendero guerrillero. Enel nuevo escenario las conquistas dentro de las trincherasinstitucionales pueden constituir un eslabón del avance popular, silas reformas complementan la acción revolucionaria. Por esta razón laarena electoral presenta una gravitación superior al pasado.
También la intensidad de las rebeliones ha sido diferente a lasrevoluciones precedentes. Las nuevas sublevaciones enarbolarondemandas antiliberales, democráticas y antiimperialistas, pero nodieron lugar a organismos de poder popular, desenlaces militares odesplomes del estado burgués equiparables a la revolución cubana onicaragüense.
El nivel de conciencia popular es distinto al prevaleciente en losaños 70, ya que la actual generación de luchadores no creció como suspadres en un contexto de triunfos revolucionarios. La visibilidad yconfianza en un modelo socialista es inferior, no tanto por elderrumbe de la URSS como por la herencia de las dictaduras y elbloqueo que sufrió la insurgencia centroamericana.
CONTROVERSIA DE ESTRATEGIAS
El Che adoptó una postura revolucionaria al comprender que las clasesdominantes se perpetúan en el poder para garantizar sus privilegios.Recordaba que los poderosos jamás renunciaron al usufructo de susbeneficios en forma voluntaria.
Estas conclusiones son más perdurables que la teoría del foco comodesencadenante del levantamiento popular. Alentando por el éxito de laexperiencia cubana Guevara generalizó erróneamente la conveniencia dela acción guerrillera, en tanto método apto para las variadassituaciones latinoamericanas. Pero su defensa del principio de larevolución resulta valedero, especialmente frente a apologistas delcapitalismo que proclamaron durante la década pasada el “fin de lasutopías igualitarias”.
Estos mensajes han quedado desubicados frente a la nueva oleada deresistencias sociales. La revolución como un momento clave de lasrupturas con el orden vigente constituye un aspecto esencial delproyecto socialista. La renuncia a discutir esta perspectiva conduce ala auto-inmolación de la izquierda.
Pero el principal aporte central del Che en este terreno fue sudefensa de la revolución ininterrumpida, en oposición a la estrategiade transitar por dos etapas rígidamente diferenciadas. Rechazóanteceder la acción anticapitalista por una fase de alianzas con laburguesía nacional y proclamó la necesidad de optar por el socialismoo conformarse con una “caricatura” de la revolución.
Guevara se inspiró en una gesta que demostró la posibilidad deconfrontar con el imperialismo a 90 millas de Miami. Su planteoconvulsionó las teorías predominantes en la izquierda, desató fuertesdisputas con sectores conservadores de los Partidos Comunistas eincentivó la literatura crítica hacia la burguesía nacional quedesarrollaron varios teóricos de la dependencia.
Es importante recordar estas controversias en un momento deresurgimiento de tesis neo-desarrollistas, que proponen repetir elcamino de las etapas mediante “alianzas que afiancen el MERCOSUR” yfaciliten la “expansión del capitalismo regional autónomo”. Estasconcepciones suelen idealizar al empresariado industrial en desmedrode los financistas y evitan reconocer los obstáculos que impone eseproyecto al logro de mejoras populares.Los promotores de las etapas tampoco registran los costos sociales delsostenimiento (o creación) de una clase patronal con los fondospúblicos. Sus planteos conducen a adaptar las demandas sociales a lasprioridades de las clases dominantes y desembocan en la frustraciónpopular. Con esa concepción se empuja en la actualidad alcongelamiento del proceso bolivariano en Venezuela o al usocapitalista de la nueva renta petrolera que podría generarse en Bolivia.
INTERNACIONALISMO Y ANTIIMPERIALISMO
Guevara defendía un proyecto de expansión internacional del socialismomuy diferente a la coexistencia perpetua con el imperialismo quepropiciaban los líderes de la ex URSS. En su discurso de Argelia fueparticularmente crítico con la escasa solidaridad de estos dirigenteshacia las sublevaciones del Tercer Mundo. Convocó a forjar “uno, dos,tres, muchos Vietnam” en oposición a la pasividad del Kremlin.
El Che desenvolvió una concepción internacionalista alejada del simpleenunciado de consignas. Transformó su experiencia juvenil en unprograma razonado y asentado en la simbiosis de la teoría con lapráctica. Implementó en el Congo y Bolivia lo que postuló en laConferencia Tricontinental.
Guevara propiciaba el socialismo internacional frente a la utopía derestringir de la edificación anticapitalista a un solo país o región.Pero debatía tácticas y estrategias, sabiendo que el socialismo noemergerá de un acto simultáneo a escala planetaria.
Los ecos de su internacionalismo han emergido en los últimos años enlos movimientos contra la guerra de Irak y en las iniciativas de losForos Sociales Continentales. En estos dos ámbitos la figura del Cheha estado presente.
Pero su legado se verifica más nítidamente en América Latina, ya queen ningún país se consideran actualmente proyectos exclusivamentenacionales. Frente a las clases dominantes que debaten convenioscomerciales para forjar bloques competitivos, despuntan variasiniciativas de proyectos de emancipación a escala regional.
El Che sabía que ningún progreso popular es factible sin doblegar alimperialismo norteamericano y alzó su voz contra el gendarmeestadounidense en la OEA y en la ONU. La vigencia de este clamor saltaa la vista en una era signada por la masacre de 600.000 personas enMedio Oriente, la legalización de la tortura, el creciente uso demercenarios y la generalización de los secuestros en cualquier parte del mundo.
El reconocimiento a Guevara se ha extendido junto al desprestigio querodea al mandatario estadounidense. Basta contrastar lasconmemoraciones que reivindican al Che con el repudio que acompaña alas giras de Bush. Este clima obedece a la pérdida de influencia de laprimera potencia en su patio trasero. El pantano de Medio Oriente leha quitado al imperialismo capacidad de intervención militar directacontra Venezuela o Cuba.
Pero a falta de condiciones presentes el Pentágono se prepara para elfuturo. Propició un ensayo de guerra preventiva de Colombia contraEcuador, militariza las ciudades de México, construye nuevas bases enPerú y reactiva la Cuarta Flota que opera desde Miami.
La tradición antiimperialista que legó el Che es fraternal hacia todoslos pueblos del mundo. No es una batalla contra los oprimidos deEstados Unidos, sino contra los gobiernos, corporaciones y bancos deese país. El comportamiento de la hija de Guevara en Irán -cuando seretiro de un homenaje oficial que cuestionaba el socialismo y elateísmo- ratifica este sentido de una concepción ajena a cualquierdogma religioso.
SOCIALISMO INTEGRAL
La atracción que ejerce Guevara también obedece a la supervivencia dela revolución cubana al cabo de 50 años de conspiraciones y bloqueos.Difícilmente el interés por el Che presentaría la envergadura actual,si se hubiera repetido en la isla lo ocurrido en la URSS. Pero sureivindicación expresa, además, el resurgimiento de convocatorias alsocialismo.
Ha concluido el período de auto-censura que expurgó ese término de losdiscursos de la izquierda y en América Latina vuelven a debatirse loscaminos para forjar una sociedad de igualdad y justicia. Este proyectose recrea en oposición a los presidentes centroizquierdistas, queabandonaron cualquier alusión al socialismo para congraciarse con lasclases dominantes.
Como la figura del Che es indisociable del horizonte anticapitalista,su obra ha sido también debatida en las recientes conmemoraciones delMayo francés. El socialismo constituye el eje de estas reflexiones, yaque alude al único sistema efectivamente poscapitalista.
En este terreno Guevara ha dejado también importantes lecciones en supapel de funcionario de la revolución (1959-64). Desarrolló en Cubauna concepción integral del militante como luchador y administrador.El Che no aceptaba las especializaciones restrictivas y combinó elperfil guerrillero con su rol de Ministro de Industria.
En su gestión de las empresas públicas impulsó mecanismos departicipación y democratización opuestos a la primacía del mercado y ala arbitrariedad de los burócratas. Objetaba el esquema de competenciaentre los trabajadores de firmas estatales que se instrumentaba enYugoslavia y cuestionaba la simulación mercantil en la administraciónde compañías públicas en Hungría. Se opuso anticipadamente a la“Perestroika” que condujo a restauración del capitalismo en la URSS yal modelo que empuja a China hacia el mismo sistema. Pero Guevaratampoco aprobaba el esquema de planificación compulsiva, que laNomenklatura del Kremlin manejaba en forma ineficiente y despilfarradora.
En su breve experiencia como economista dejó irresuelto el diseño delos mecanismos que permitirían gestar una transición anticapitalistaexitosa. Este avance requeriría desenvolver formas de planificaciónsustentadas en la democracia socialista, a fin de asegurar laparticipación colectiva. Esta presencia es indispensable para corregirlos errores y discutir las alternativas, en un sistema que combine elpoder popular con la representación indirecta.Pero cualquier debate sobre la gestión presupone la nacionalizaciónprevia de las empresas estratégicas. Este paso se consumó en forma muyacelerada en Cuba y presenta enorme actualidad en los países queencaran la nacionalización de los hidrocarburos.
“EL HOMBRE NUEVO” EN EL SIGLO XXI
En los debates sobre el impulso a la productividad en una transiciónsocialista, Guevara tomó partido por los incentivos morales contra losestímulos materiales. Pero adoptó esta postura para el contexto cubanode los años 60, sin emitir un juicio aplicable a cualquier momento o país.
Su postura fue coherente con el proyecto comunista de gestar una éticadel hombre nuevo. Promovía la expansión de la solidaridad y lahermandad desde el inicio de la revolución, sin esperar estos efectosde una ampliación del bienestar material. Destacaba la imposibilidadde forjar una conciencia socialista eludiendo compromisos activoshacia el prójimo y repudiaba el cinismo que observaba entre losjerarcas del “socialismo real”. Este mensaje humanista ha caladoprofundamente entre los jóvenes que actualmente admiran al Che.
Guevara ubicaba los obstáculos para erigir una sociedad poscapitalistaen el terreno político. No localizaba estas dificultades en elegoísmo o el individualismo innato de personas. Por esta razón sulegado incluye un código de conductas, actitudes y comportamientos queincentivan a continuar su obra.
Buenos Aires, 9-6-08.
Notas
[1]Economista, Investigador, Profesor. Miembro del EDI (Economistas deIzquierda). Su pagina web es: www.lahaine.org/katz
[2] Hemos desarrollado esta caracterización en nuestro último libro:Katz Claudio, Las disyuntivas de la izquierda en América Latina.Ediciones Luxemburg, Buenos Aires, 2008.BIOGRAFIA POLÍTICA
Para comprender el interés que suscita el Che hay que evaluar su vidacon seriedad desechando la frivolidad. Guevara fue un líder socialistay no un aventurero de telenovelas. Su transformación en personajejusticiero diluye el sentido revulsivo que tuvo su existencia.
El Che fue un guerrillero heroico odiado por la gran prensa que lomaltrataba con más furia que a Bin Laden. La cobertura que actualmenterecibe su memoria era inconcebible en su época y apunta a borrar sucombate contra la opresión.Esta deformación incluye la paradójica absorción mercantil de unmilitante que rechazaba frontalmente el culto al dinero, laglorificación de la propiedad y la apología del empresariado. Losjóvenes que adquieren mercancías con la figura de Guevarafrecuentemente pierden de vista, que las empresas venden al Che conlas mismas técnicas que publicitan un perfume de Antonio Banderas.
Frente a esta distorsión es necesario politizar el estudio de Guevara,comparándolo con teóricos socialistas (Lenin, Trotsky), marxistaslatinoamericanos (Mella, Martí) y dirigentes revolucionarios (Fidel).Hay que subrayar esta ubicación en la izquierda frente a quiénes loveneran como a un “Cristo laico”.
La biografía política del Che estuvo jalonada por el recorrido queinició con su viaje por América Latina en los años 50. Estaexperiencia transformó al espíritu noble en un luchador social. Elmédico solidario adoptó la acción política para enfrentar la pobreza yla explotación cuándo comprendió las limitaciones del auxilio a los humildes.
Su definición militante se produjo en Guatemala bajo el impacto delgolpe militar que derrocó al presidente Arbenz (un antecesor deSalvador Allende). Con este episodio superó toda ingenuidad frente ala CIA y el Pentágono. Entendió que la resistencia contra imperialismorequiere gestar una resistencia organizada y preparada con antelación.
Guevara se convirtió en revolucionario pleno durante su encuentro conFidel. Le atrajo la consecuencia y decisión del proyectodemocrático-radical de tumbar al dictador Batista y en esta batallareafirmó su convicción de avanzar hacia la captura del poder. Ningunailusión era más ajena al espíritu del Che que la actual convocatoria a“cambiar el mundo sin tomar el poder”.
El líder argentino-cubano fue protagonista de la radicalizaciónsocialista que conmocionó a la isla en los años 60. Participóactivamente en la sucesión de contragolpes frente a la derecha quecondujeron a la expropiación del capital. Maduró junto al aluvióncolectivo de la revolución cubana y en esa conmoción transformó suslecturas marxistas en elaboradas convicciones.
ACTUALIDAD DE UN PLANTEO
El Che reaparece porque América Latina se ha convertido en un granfoco de resistencia popular. El auge neoliberal, el colapso de la URSSy la preeminencia de gobiernos menemistas durante la década pasada,determinaban un cuadro poco propicio para su reivindicación. Latrayectoria de Guevara ha sido actualizada por los levantamientos enBolivia, las sublevaciones en Ecuador, las movilizaciones en Venezuelay el alzamiento de Argentina.
Ciertamente el mapa de la lucha social en Latinoamérica es muydesigual. Pero se han verificado acciones masivas y convergentes en lademanda de anular las privatizaciones, nacionalizar los recursosnaturales y democratizar la vida política. Y aunque el neoliberalismoarremetió con fuerza, no logró sepultar las tradiciones combativas yla herencia del nacionalismo antiimperialista, en un contexto deconquistas democráticas superiores al pasado[2].
El legado del Che puede resumirse en un mensaje: valorar lasrebeliones recientes y desenvolverlas en una dinámica deradicalización socialista. Esta conclusión se inspira, a su vez, endos lecciones: los procesos que no avanzan involucionan y la derechano se queda inmóvil frente a un desafío a la dominación.
Estas enseñanzas son muy importantes para el devenir de los gobiernosnacionalistas radicales (Chávez, Morales, Correa) que concentran lasexpectativas populares y enfrentan las típicas disyuntivas de lasexperiencias reformistas. El antecedente cubano demostró que se puedederrotar a los opresores con medidas revolucionarias tendientes areducir la desigualdad y mejorar el nivel de vida popular. Pero otrosprecedentes indican que en ausencia de estas decisiones, la derecharecupera el gobierno por medios golpistas (Chile), electorales(Nicaragua) o estabilizando regímenes conservadores (México).
SIMILITUDES Y DIFERENCIAS
Frecuentemente se afirma que la “época del Che ya no es la nuestra”. Yes obvio que los últimos 40 años transformaron sustancialmente elcuadro político internacional. La expansión del neoliberalismo, laimplosión del “socialismo real” y el salto registrado en lamundialización del capital constituyen tres novedades significativas.
Pero la miseria y la explotación que empujaron al Che a la acciónpersisten bajo el mismo sistema capitalista. Basta observar la plagade hambre que afrontan varios países periféricos o el abandono de sushogares que padecen las familias norteamericanas endeudadas, parapercibir las consecuencias de este régimen.
El capitalismo recrea las crisis y los sufrimientos de las mayoríaspopulares. Es un sistema alimentado por competidores que no pueden serdisciplinados y se basa en mecanismos de explotación, que sonincompatibles con la humanización de la sociedad. El capitalismoincluso acrecienta la polarización social en América Latina, en laactual coyuntura de crecimiento y bonanza exportadora.
Las principales diferencias con los años 70 se ubican -en la región-en el terreno político. La sustitución de las dictaduras por regímenesconstitucionales ha modificado los tiempos y las formas de gestaciónde un poder popular. La preparación de esta transformación exigepromover la cohesión social, el protagonismo masivo y laradicalización ideológica de los oprimidos, en procesos quetransitarán por caminos diferentes al clásico sendero guerrillero. Enel nuevo escenario las conquistas dentro de las trincherasinstitucionales pueden constituir un eslabón del avance popular, silas reformas complementan la acción revolucionaria. Por esta razón laarena electoral presenta una gravitación superior al pasado.
También la intensidad de las rebeliones ha sido diferente a lasrevoluciones precedentes. Las nuevas sublevaciones enarbolarondemandas antiliberales, democráticas y antiimperialistas, pero nodieron lugar a organismos de poder popular, desenlaces militares odesplomes del estado burgués equiparables a la revolución cubana onicaragüense.
El nivel de conciencia popular es distinto al prevaleciente en losaños 70, ya que la actual generación de luchadores no creció como suspadres en un contexto de triunfos revolucionarios. La visibilidad yconfianza en un modelo socialista es inferior, no tanto por elderrumbe de la URSS como por la herencia de las dictaduras y elbloqueo que sufrió la insurgencia centroamericana.
CONTROVERSIA DE ESTRATEGIAS
El Che adoptó una postura revolucionaria al comprender que las clasesdominantes se perpetúan en el poder para garantizar sus privilegios.Recordaba que los poderosos jamás renunciaron al usufructo de susbeneficios en forma voluntaria.
Estas conclusiones son más perdurables que la teoría del foco comodesencadenante del levantamiento popular. Alentando por el éxito de laexperiencia cubana Guevara generalizó erróneamente la conveniencia dela acción guerrillera, en tanto método apto para las variadassituaciones latinoamericanas. Pero su defensa del principio de larevolución resulta valedero, especialmente frente a apologistas delcapitalismo que proclamaron durante la década pasada el “fin de lasutopías igualitarias”.
Estos mensajes han quedado desubicados frente a la nueva oleada deresistencias sociales. La revolución como un momento clave de lasrupturas con el orden vigente constituye un aspecto esencial delproyecto socialista. La renuncia a discutir esta perspectiva conduce ala auto-inmolación de la izquierda.
Pero el principal aporte central del Che en este terreno fue sudefensa de la revolución ininterrumpida, en oposición a la estrategiade transitar por dos etapas rígidamente diferenciadas. Rechazóanteceder la acción anticapitalista por una fase de alianzas con laburguesía nacional y proclamó la necesidad de optar por el socialismoo conformarse con una “caricatura” de la revolución.
Guevara se inspiró en una gesta que demostró la posibilidad deconfrontar con el imperialismo a 90 millas de Miami. Su planteoconvulsionó las teorías predominantes en la izquierda, desató fuertesdisputas con sectores conservadores de los Partidos Comunistas eincentivó la literatura crítica hacia la burguesía nacional quedesarrollaron varios teóricos de la dependencia.
Es importante recordar estas controversias en un momento deresurgimiento de tesis neo-desarrollistas, que proponen repetir elcamino de las etapas mediante “alianzas que afiancen el MERCOSUR” yfaciliten la “expansión del capitalismo regional autónomo”. Estasconcepciones suelen idealizar al empresariado industrial en desmedrode los financistas y evitan reconocer los obstáculos que impone eseproyecto al logro de mejoras populares.Los promotores de las etapas tampoco registran los costos sociales delsostenimiento (o creación) de una clase patronal con los fondospúblicos. Sus planteos conducen a adaptar las demandas sociales a lasprioridades de las clases dominantes y desembocan en la frustraciónpopular. Con esa concepción se empuja en la actualidad alcongelamiento del proceso bolivariano en Venezuela o al usocapitalista de la nueva renta petrolera que podría generarse en Bolivia.
INTERNACIONALISMO Y ANTIIMPERIALISMO
Guevara defendía un proyecto de expansión internacional del socialismomuy diferente a la coexistencia perpetua con el imperialismo quepropiciaban los líderes de la ex URSS. En su discurso de Argelia fueparticularmente crítico con la escasa solidaridad de estos dirigenteshacia las sublevaciones del Tercer Mundo. Convocó a forjar “uno, dos,tres, muchos Vietnam” en oposición a la pasividad del Kremlin.
El Che desenvolvió una concepción internacionalista alejada del simpleenunciado de consignas. Transformó su experiencia juvenil en unprograma razonado y asentado en la simbiosis de la teoría con lapráctica. Implementó en el Congo y Bolivia lo que postuló en laConferencia Tricontinental.
Guevara propiciaba el socialismo internacional frente a la utopía derestringir de la edificación anticapitalista a un solo país o región.Pero debatía tácticas y estrategias, sabiendo que el socialismo noemergerá de un acto simultáneo a escala planetaria.
Los ecos de su internacionalismo han emergido en los últimos años enlos movimientos contra la guerra de Irak y en las iniciativas de losForos Sociales Continentales. En estos dos ámbitos la figura del Cheha estado presente.
Pero su legado se verifica más nítidamente en América Latina, ya queen ningún país se consideran actualmente proyectos exclusivamentenacionales. Frente a las clases dominantes que debaten convenioscomerciales para forjar bloques competitivos, despuntan variasiniciativas de proyectos de emancipación a escala regional.
El Che sabía que ningún progreso popular es factible sin doblegar alimperialismo norteamericano y alzó su voz contra el gendarmeestadounidense en la OEA y en la ONU. La vigencia de este clamor saltaa la vista en una era signada por la masacre de 600.000 personas enMedio Oriente, la legalización de la tortura, el creciente uso demercenarios y la generalización de los secuestros en cualquier parte del mundo.
El reconocimiento a Guevara se ha extendido junto al desprestigio querodea al mandatario estadounidense. Basta contrastar lasconmemoraciones que reivindican al Che con el repudio que acompaña alas giras de Bush. Este clima obedece a la pérdida de influencia de laprimera potencia en su patio trasero. El pantano de Medio Oriente leha quitado al imperialismo capacidad de intervención militar directacontra Venezuela o Cuba.
Pero a falta de condiciones presentes el Pentágono se prepara para elfuturo. Propició un ensayo de guerra preventiva de Colombia contraEcuador, militariza las ciudades de México, construye nuevas bases enPerú y reactiva la Cuarta Flota que opera desde Miami.
La tradición antiimperialista que legó el Che es fraternal hacia todoslos pueblos del mundo. No es una batalla contra los oprimidos deEstados Unidos, sino contra los gobiernos, corporaciones y bancos deese país. El comportamiento de la hija de Guevara en Irán -cuando seretiro de un homenaje oficial que cuestionaba el socialismo y elateísmo- ratifica este sentido de una concepción ajena a cualquierdogma religioso.
SOCIALISMO INTEGRAL
La atracción que ejerce Guevara también obedece a la supervivencia dela revolución cubana al cabo de 50 años de conspiraciones y bloqueos.Difícilmente el interés por el Che presentaría la envergadura actual,si se hubiera repetido en la isla lo ocurrido en la URSS. Pero sureivindicación expresa, además, el resurgimiento de convocatorias alsocialismo.
Ha concluido el período de auto-censura que expurgó ese término de losdiscursos de la izquierda y en América Latina vuelven a debatirse loscaminos para forjar una sociedad de igualdad y justicia. Este proyectose recrea en oposición a los presidentes centroizquierdistas, queabandonaron cualquier alusión al socialismo para congraciarse con lasclases dominantes.
Como la figura del Che es indisociable del horizonte anticapitalista,su obra ha sido también debatida en las recientes conmemoraciones delMayo francés. El socialismo constituye el eje de estas reflexiones, yaque alude al único sistema efectivamente poscapitalista.
En este terreno Guevara ha dejado también importantes lecciones en supapel de funcionario de la revolución (1959-64). Desarrolló en Cubauna concepción integral del militante como luchador y administrador.El Che no aceptaba las especializaciones restrictivas y combinó elperfil guerrillero con su rol de Ministro de Industria.
En su gestión de las empresas públicas impulsó mecanismos departicipación y democratización opuestos a la primacía del mercado y ala arbitrariedad de los burócratas. Objetaba el esquema de competenciaentre los trabajadores de firmas estatales que se instrumentaba enYugoslavia y cuestionaba la simulación mercantil en la administraciónde compañías públicas en Hungría. Se opuso anticipadamente a la“Perestroika” que condujo a restauración del capitalismo en la URSS yal modelo que empuja a China hacia el mismo sistema. Pero Guevaratampoco aprobaba el esquema de planificación compulsiva, que laNomenklatura del Kremlin manejaba en forma ineficiente y despilfarradora.
En su breve experiencia como economista dejó irresuelto el diseño delos mecanismos que permitirían gestar una transición anticapitalistaexitosa. Este avance requeriría desenvolver formas de planificaciónsustentadas en la democracia socialista, a fin de asegurar laparticipación colectiva. Esta presencia es indispensable para corregirlos errores y discutir las alternativas, en un sistema que combine elpoder popular con la representación indirecta.Pero cualquier debate sobre la gestión presupone la nacionalizaciónprevia de las empresas estratégicas. Este paso se consumó en forma muyacelerada en Cuba y presenta enorme actualidad en los países queencaran la nacionalización de los hidrocarburos.
“EL HOMBRE NUEVO” EN EL SIGLO XXI
En los debates sobre el impulso a la productividad en una transiciónsocialista, Guevara tomó partido por los incentivos morales contra losestímulos materiales. Pero adoptó esta postura para el contexto cubanode los años 60, sin emitir un juicio aplicable a cualquier momento o país.
Su postura fue coherente con el proyecto comunista de gestar una éticadel hombre nuevo. Promovía la expansión de la solidaridad y lahermandad desde el inicio de la revolución, sin esperar estos efectosde una ampliación del bienestar material. Destacaba la imposibilidadde forjar una conciencia socialista eludiendo compromisos activoshacia el prójimo y repudiaba el cinismo que observaba entre losjerarcas del “socialismo real”. Este mensaje humanista ha caladoprofundamente entre los jóvenes que actualmente admiran al Che.
Guevara ubicaba los obstáculos para erigir una sociedad poscapitalistaen el terreno político. No localizaba estas dificultades en elegoísmo o el individualismo innato de personas. Por esta razón sulegado incluye un código de conductas, actitudes y comportamientos queincentivan a continuar su obra.
Buenos Aires, 9-6-08.
Notas
[1]Economista, Investigador, Profesor. Miembro del EDI (Economistas deIzquierda). Su pagina web es: www.lahaine.org/katz
Solidaridadconcuba mailing listSolidaridadconcuba@lists.laneta.apc.org
https://lists.laneta.apc.org/lists/listinfo/solidaridadconcuba
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