Intento de terrorismo alimentario en el Senado, con panfletos anónimos
Arturo Cano
¿Sabía usted que de no aprobarse las reformas petroleras del presidente Felipe Calderón millones de mexicanos no tendrían tortillas en sus mesas durante ocho años? Es el mensaje que quieren mandar, es de suponerse, los funcionarios anónimos que dejan en la sala de prensa los documentos “¿Cómo beneficiaría a Pemex la aprobación de la reforma energética?” y “El costo de una refinería”. Datos rudos y crudos, y anónimos, como el espot del “tesorito” que circuló en la Internet, sin firma, durante semanas.
Es de suponerse que los documentos llegaron en el portafolios de Jesús Reyes Heroles hijo, director general de Pemex, quien no había tenido tiempo de venir a los debates petroleros y se aparece aquí justo el día en que los titulares anuncian la remoción de Santiago Creel, coordinador de los senadores del PAN, de la mano de un golpe de timón en la estrategia del gobierno para lograr la aprobación de sus propuestas. Una “coincidencia completamente”, dice Reyes Heroles, quien promete acudir más seguido en adelante.
Por lo pronto, viene a urgir al PRI a que presente su propuesta, a declarar que no se mete en el tema de la consulta convocada por Marcelo Ebrard y a utilizar una metáfora gimnástica para explicar por qué, sin que nadie sea responsable, se ha registrado una “pérdida de habilidades” en Pemex: “Hacer proyectos es como cuando se ejercita un músculo; o sea, si durante años no se han estado haciendo proyectos y de repente llegan y dicen: ‘tiene que hacer 80 plantas al mismo tiempo’, pues es lo mismo que si después de que no se han subido a la caminadora durante no sé cuánto tiempo les dicen: ‘mañana van a correr el maratón’, o si no han salido a correr.”
Eso, ya va entendiendo el público gracias a que, por fin, el director de Pemex tuvo tiempo de venir a los debates, aunque no a debatir: todos los males de la petrolera nacional comenzaron cuando cambió su logo y abandonó al charrito de las piernas chuecas que, como se sabe, corría maratones.
Caminadoras aparte, Reyes Heroles confirma la información publicada por este diario: altos ejecutivos de la paraestatal se han entrevistado con la empresa española Compañía Logística de Hidrocarburos. “Seguiremos teniendo reuniones con ellos porque el propósito es poder concretar un acuerdo técnico, una manera de trabajar para que nos den asesoría técnica en el mejoramiento del sistema de ductos de Pemex.”
Un eufemismo (“asesoría”) más en el adoquín de la privatización, dirían los adversarios de la reforma.
El debate en otro lado
La nota del día es una ausencia en la mesa principal. Si la memoria no falla, es la primera vez desde que iniciaron los debates que Santiago Creel Miranda no encabeza la sesión.
Manlio Fabio Beltrones y Carlos Navarrete, sus pares del PRI y el PRD, dicen no haber sido notificados oficialmente de la remoción, y se lamentan, al tiempo que elogian al ex secretario de Gobernación.
En las oficinas y pasillos no se habla de otra cosa. Pocos siguen el debate del día sobre refinación del petróleo.
“Seguimos pensando que el más adecuado es el tema de maquila”, dice, algo enigmáticamente, Reyes Heroles, en referencia a las opciones que se barajan en la mesa. El “tema de maquila” quiere decir que refinerías construidas y operadas por la iniciativa privada transformen el crudo en gasolina y otros derivados. Es de suponerse, porque al escuchar o leer lo declarado por Reyes Heroles, el observador está tentado a creer la versión gubernamental de que asuntos técnicos no pueden ser llevados a consulta popular porque su complejidad los aleja de la comprensión general. Si los explica el director de Pemex de verdad resultan complejos.
No hay tales enredos en la remoción de Creel, al menos en la conclusión que corre de boca en boca en la casona de Xicoténcatl: es simplemente una revancha de Germán Martínez y Felipe Calderón.
“El pelele buscó un chivo expiatorio para justificar que su reforma no ha pasado”, dice desde alguna de sus giras Andrés Manuel López Obrador.
Aquí, Manlio Fabio Beltrones cubre el expediente y valora los “grandes acuerdos” logrados con Creel, aunque otros senadores del PRI admiten que el ex titular de Gobernación “ya no funcionaba” como interlocutor: una parte de sus colegas senadores “ni le hacía caso”, y en su partido y algunas secretarías de Estado “ya ni le tomaban las llamadas”.
En la sala de prensa, Carlos Navarrete es menos cuidadoso o más entrón. Toma un teléfono tras otro para defender a Santiago Creel. “El gobierno y el PAN doblaron las rodillas ante los poderes fácticos”, repite en la bocina lo que acaba de decir a los reporteros de la fuente.
Del otro lado, una conductora de Televisa le pregunta a qué se refiere cuando habla de “presiones externas” que motivaron la remoción de Creel. “Tengo mi fuente de primera mano, así como ustedes tienen fuentes que no revelan”, responde Navarrete.
“Un error, un mal cálculo”, sostiene el tabasqueño y panista Gerardo Priego, mientras se placea entre los reporteros, como ya va siendo costumbre. Priego se suma a quienes consideran una torpeza cambiar el caballo a la mitad del río.
“Le quieren pasar la factura a Creel de un gran error político de todo el gobierno: su estrategia para la reforma energética”, resume Navarrete.
El Corunda Power aprieta tuercas
El partido que lavaba su ropa sucia en casa queda en el baúl de los recuerdos. Curiosamente lo mandan ahí quienes se reclaman herederos de los “doctrinarios” de Acción Nacional.
En la zona azul de los pasillos senatoriales se recuerda que esta historia –el capítulo de hoy es la remoción de Creel, quien sacó sus tiliches de la oficina de coordinador desde la noche del lunes–, comenzó cuando, contra la tradición, Carlos Medina Plascencia se negó a felicitar a Manuel Espino una vez que fue electo presidente del partido. “Ya ni Pablo Emilio Madero lo hizo. Cuando perdió fue a felicitar a Luis H. Álvarez; en cambio, Medina y Felipe Calderón se salieron y ni se despidieron.”
Otro del linaje Madero, de nombre Gustavo, es a quien se menciona a media tarde para remplazar a Creel. También está en la puja José González Morfín, michoacano como el presidente Calderón.
Y con la salida de Creel se anuncian otras: la del coordinador de los diputados, Héctor Larios, por ejemplo, quien se declara dispuesto a marcharse si se lo pide el presidente de su partido.
Y también se habla de una nueva posición para el diputado Rogelio Carbajal, quien nació en Coahuila pero forma parte también del Corunda Power, como se conoce al grupo de Felipe Calderón dentro del PAN. Carbajal fue director de la Fundación Rafael Preciado Hernández, igual que Germán Martínez.
Paga Creel para que el Corunda Power tome el control total. Y en los pasillos del Senado se multiplican las preguntas: ¿Es el único responsable del resultado de los debates? ¿No fue Georgina Kessel quien anunció la iniciativa antes de que estuviera lista? ¿Fue Creel el autor de la estrategia del “tesorito”?
Alguien recuerda que en los tiempos del PRI –recuérdese el sexenio de Carlos Salinas– las cabezas del gabinete o de los gobernadores solían rodar cuando el presidente se ausentaba del país.
En eso los doctrinarios se comportan igual. Hoy el agregado es, según versiones surgidas del propio PAN, el peso de la confrontación de Creel con las televisoras. El PAN de Martínez y Calderón emite un comunicado para atajar la versión: “Ningún factor externo impone agenda, ni suplanta la libertad de organización que desde siempre ha sido parte de la tradición democrática de Acción Nacional.”
La doctrina ha hablado, podéis iros en paz, la cabeza de un senador ha rodado.
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