“El verdadero padrino, el que mueve los hilos es Don Carlioni. Carlos Salinas de Gortari, que ha vuelto por sus fueros”, afirma Porfirio Muñoz Ledo / “Sí, al principio de su sexenio, Felipe Calderón era como un cachorro enjaulado... sigue atrapado por la coagulante oligarquía... pero está claro que el que encabeza a la clase política tradicional, la que le marca lo que debe hacer, se llama Carlos Salinas”
MEXICO, D.F., 20 de julio (UNIVERSAL).- Es Porfirio, el lapidario. Es Muñoz Ledo, el punzante. Es el que dice muy serio: “No es justo, no es correcto que a Beltrones le digan Don Beltroni. ¡Eso no es correcto!”. Está muy serio. Fuma de su cigarrillo y deja que evidentemente aumente la expectación por lo que dice. Entonces agrega: “Beltrones es un operador, un operador político eficaz. Pero el verdadero padrino, el que mueve los hilos es Don Carlioni. Carlos Salinas de Gortari que ha vuelto por sus fueros”.
Porfirio Muñoz Ledo, en una terraza, junto a su despacho. Cuida todo, lo que dice, estar bien peinado para las imágenes. Un hombre que sabe jugar con las palabras, de constante ironía: “Sí, al principio de su sexenio, Felipe Calderón era como un cachorro enjaulado, preso de su inmadura ferocidad, inconsciente de la fragilidad de sus propias fuerzas, de su prisión a presa del foxismo que le heredó ilegítimamente la Presidencia. Sigue atrapado por la coagulante oligarquía, pero ya puede andar en libertad en el jardín. Pero está claro que el que encabeza a la clase política tradicional, la que le marca lo que debe hacer, se llama Carlos Salinas. Carlos regresó por sus fueros”.
- ¿Vicente Fox te traicionó? Porque ustedes hicieron una alianza.
- A Fox yo le llamo el alto vacío. Fue un excelente publicista, un gran vendedor. Le traicionó su frivolidad, como a José López Portillo con quien acabé en buenos términos. Fox dilapidó de manera impía el patrimonio que le representaba el voto que le permitió, nos permitió lograr la alternancia, y que hubiésemos sido varios los que cumplimos el compromiso de impulsar una candidatura de unidad, una alianza. No se atrevió a llevar adelante la reforma del Estado. Pero no sólo eso, después actuó contra ella, la impidió.
En la mesa está el nuevo libro de Muñoz Ledo: La ruptura que viene. Crónica de una transición catastrófica. Son testimonios de su labor, entrevistas, artículos, discursos, ensayos. En las primeras páginas, junto en el que critica a Cuauhtémoc Cárdenas por haberse entrevistado en pleno conflicto de 1988 con Carlos Salinas de Gortari de manera clandestina.
- ¿Rompiste totalmente con el ingeniero Cárdenas?
- Nos hemos encontrado pocas veces. No hay una relación política directa. En algún momento le propuse que discutiéramos nuestras propuestas para la nación, yo insistía, insisto en una nueva República. Que de buscarme, ya no lo hizo. Y cuando nos hemos encontrado, y luego le preguntan por esas entrevistas, dice que él se ve con cualquiera. Prefiero no hablar más del tema.
Porfirio Muñoz Ledo. Siempre activo. Recuerda que en 1997, en la Cámara de Diputados terminaron con el sistema hegemónico de un solo partido. Hoy, dice, seguimos buscando que se consume la transición. Por eso impulsamos la expresión de la democracia que es la consulta pública, hoy, particularmente, en el caso de la “reforma energética”.
El clamor, las razones, son abrumadoras, la iniciativa de Carlos Salinas que está en el Congreso debe ser retirada, no pasará. Porfirio Muñoz Ledo. Genio y figura. Un torrente de ideas.
Insiste: Es fundamental lograr la verdadera división de poderes.
- Si se te presentara una dama y dijera que es la historia, ¿cómo le pedirías que te recordara?
- Depende de qué clase de dama. Una santa no una perdida tampoco. Bueno, yo le pediría que hablara de mí como un luchador, un político que luchó con puesto y sin puesto, con cargo de representación popular o sin él. Así, un luchador. Porfirio, el demoledor. Muñoz Ledo, el punzante.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario