Dos reinos secuestrados por la mentalidad bélica
Fernando Buen Abad Domínguez
Rebelión/Fundación Federico Engels/Universidad de la Filosofía
Su Filosofía y la nuestra. ¿En qué piensan los que “controlan” al mundo?
A estas horas el pensamiento burgués inyecta belicismo a diestra y siniestra. En especial los negociantes multinacionales del petróleo, y de las armas, se han vuelto “señores de la guerra” y salpican su odio de clase y su terror al mundo entero. Ya no se contentan con el control de cualquier Estado, ya no se contentan con el saqueo de las materias primas, ya no se contentan con explotar, hasta la ignominia, a los trabajadores... ahora, además, mueven millonadas para crear milicias, entrenar mercenarios y fabricar armamentos infestados con su “Filosofía” de ambición y usura. El Petróleo esta en su “mira”. “Target” le llaman, eso si, muy civilizadamente. Y no faltan, al lado de esas milicias, los think tanks1. Nada baratos.
Aunque se hagan pasar por “buenos samaritanos”, no caracteriza a los magnates petroleros mundiales su lucha humanista por la Paz o por erradicar la pobreza, las hambrunas, las plagas ni las epidemias. Gastan lo inefable para poner a salvo su botín energético tras los muros de sus bancos, por ejemplo, en 2007 la Shell dio a conocer ganancias por 31 331 millones de dólares. ¿Dónde los guarda?. Con las transas bancarias se completa el circuito de una tarea bélica para el saqueo. ¿Cómo mandan el dinero para los “gastos” en “el frente”?, ¿en efectivo?, ¿en cheques?, ¿transferencias internacionales?, ¿a nombre de quién están las cuentas? La estética mayor de la burguesía globalizada radica en la economía de la barbarie. Muy bien pensada por sus asesores intelectuales.
Muchos “Filósofos”, financiados por las burguesías, fabrican explicaciones sobre los precios y los valores del petróleo para proveer a sus jefes con sustancias morales. Hacen su “metafísica” de doble fondo al servicio de los intereses económicos y políticos de un puñado de empresarios, clérigos y funcionarios públicos armados hasta los dientes para consolidar sus dominios. Hay, y son famosos, intelectuales atentos a generar pensamiento “conciliatorio” para paliar, incluso, los conflictos inter-burgueses donde hay –permanentemente- episodios y guerras de rapiña entre monopolios, empresas y negocios de todo tipo. Algunos filósofos dicen que eso es “el fin de la historia”... y escriben tratados best seller. Hay también “pensadores” encargados de anestesiar estudiantes de filosofía en recintos universitarios. Hablan mucho (y de todo lo que se les ocurre) para impedir la visibilidad nítida del estudiantado ente el espectáculo monstruoso de la matanza mundial financiada por el capitalismo en pos del petróleo. Esté donde esté. Eminencias y eruditos que dictan cátedras y más cátedras de espaldas a la realidad y hacen de la realidad misma un “sujeto de sospechas” sometido a las subjetividades más delirantes y más extraterrestres. Todo para esconder los muertos que produce el capitalismo. Y cobran por eso.
Hay pensadores financiados para ser indiferentes al espanto que abofetea a la humanidad con las peores monstruosidades tecnificadas por el orgullo burgués. No se acuerdan, por ejemplo, de Faluya y de los móviles de ese asesinato descomunal. No está en la mesa de las “enseñanzas filosóficas” eso que atañe a la humanidad, en sus fueros más hondos, victimada por la carrera imperialista desbocada por controlar los recursos laborales y las materias primas. No les parece, según se ve en las currícula, que interese al Filósofo actual, (actualizado), el petróleo, las reservas petroleras, las causas de sus precios y su distribución planetaria... como el caso de África donde está el 10 por ciento de los recursos petroleros mundiales. Nada menos que África, uno de los escenarios de las peores canalladas contra los seres humanos. La degradación total.
Hay filósofos que no estudian África, que se convirtió, como tema predominante del pensamiento actual, en un objetivo estratégico central, hacia 2015 los EEUU sueñan con apropiarse desde África el 25 por ciento de sus importaciones petroleras. Tal como le hace China hoy mismo. “Este país importa ya el 30 por ciento de su petróleo de África, principalmente de Somalia, Níger, Nigeria y Sudán. Pero sólo es el principio. Hu Jintau, el presidente de China, ha visitado 17 países africanos para reforzar las relaciones económicas, políticas y militares. En África están funcionando 800 empresas chinas y más de 100.000 chinos se han trasladado a África durante estos últimos años, muchos se han convertido en granjeros. También está claro que China proporciona ayuda militar a países africanos y que participa directamente con algunas de sus tropas. Por ejemplo, se calcula que hay 10.000 soldados chinos en Sudán, oficialmente son "trabajadores para la construcción del ferrocarril". La creciente influencia de China es la razón principal para que la UE y EEUU trabajen juntos en África contra el nuevo enemigo.”2
Aunque tengamos filósofos muy voluntariosos empeñados en demostrar nuestra “condición natural guerrera”, filósofos financiados para probar que ya somos así, peleoneros entre hermanos, desde los genes... que cierto destino nos impulsa al pleito entre nosotros... incluso que hay “dioses” y “demonios” que nos tiran al campo de batalla porque esa es nuestra condición esencial... es impostergable denunciar la miseria de un modelo filosófico degenerado por su adicción servil al capitalismo. Filosofía enmarañada en justificar guerras monopólico-imperiales. A cualquier costo y por irracional que sea. Y siempre han contado con “pensadores” muy dispuestos a defender lo indefendible. Mientras se masacra a los pueblos, se destruye en estado de ánimo, la esperanza, la solidaridad, se pisotean las leyes, los derechos humanos, la dignidad elemental... algunos filósofos miran “al más allá”, prometen paraísos del futuro más lejano posible, llaman a la resignación, culpan a todos por el crimen de unos cuantos, criminalizan eruditamente a las victimas y exigen bibliográficamente la reconciliación de clase en el mundo feliz de la “economía de mercado”. Como soñaba, entusiasmado, Octavio Paz. Por ejemplo.
“Durante los preparativos para la guerra en Irak, Donald Rumsfeld estimó que el costo global sería de menos de $50,000 millones. Paul Wolfowitz argumentó que Irak podría usar su petróleo para ``financiar su propia reconstrucción''. Sin embargo, en varios estudios minuciosos se ha intentado sumar costos diversos, e indican que la cuenta será de más de $1 billón, quizá de más de $2 billones. La suma más elevada sería de un total de $6,600 por cada hombre, mujer y niño estadounidenses. ''Es probable que el costo total de la guerra, incluidos los costos presupuestal, social y macroeconómico, exceda los $2 billones'', escribe Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía.... Estamos gastando $380,000 por cada minuto extra que nos quedamos en Irak, y podemos encontrar mejores formas de gastar ese dinero.”3
Se solicita una generación nueva de Filósofos no alienados
La única fuerza que puede acabar con este baño de sangre, miseria y barbarie desatadas, es la clase obrera.
Hacen falta muchos Filósofos dispuestos a estudiar y enriquecer las ideas y la práctica que demuestren que sólo la abolición, organizada desde abajo, del sistema de clases sociales y con ella la abolición de la propiedad privada sobre los medios de producción, puede detener esta monstruosidad criminal ideada por la avaricia y la usura capitalista.
La clase trabajadora yace sumergida en la miseria material y esto no puede, no debe, continuar. Es preciso expropiar todo el petróleo del mundo bajo control obrero, control de los trabajadores que sólo serán salvados por los trabajadores. No ponerlo bajo control de las burocracias sindicales, ni de las burocracias gubernamentales, ni cualquier otra forma de corporación sectaria. No ponerlo a la disposición de “fórmulas” modernizantes de esas que, bajo la palabrería con apariencia jurídica han ideado camaleones legaloides que se convertirán en privatizaciones en cuanto se acerquen los dinosaurios petroleros internacionales.
Se requiere Filósofos dispuestos a producir, fecundar y propagar la praxis del pensamiento revolucionario que, (como entre otros, lo hizo Lázaro Cárdenas) al juntar las fuerzas sociales y las fuerzas de la razón logremos derrotar las ansias saqueadoras del imperio. Filósofos dispuestos a luchar contra la intervención militar en cualquier país, Filósofos que se entiendan a sí mismos con una posición de clase solidaria con las huelgas de trabajadores en Sudáfrica, Nigeria y Egipto... en Bolivia, en USA, en México, China... donde el movimiento obrero requiera dar pasos a su emancipación de pensamiento, palabra y obra revolucionaria.
Se requiere Filósofos para luchar contra el imperialismo, contra las elites bancarias, los terratenientes y sus títeres gubernamentales. Filósofos al servicio de la lucha mundial contra el imperialismo y solidarios a la hora de nacionalizar los recursos naturales, la infraestructura y la industria bajo control democrático desde abajo. Filósofos pues, de los que urgen muchos más, en combate.
Sólo el derrocamiento del capitalismo puede impedir que la humanidad se hunda, cada vez más, en la barbarie. Ese es el lugar de los Filósofos para pensar y ayudar a pensar, como trabajadores de la filosofía, los temas inmediatos y dentro de los sindicatos, dentro de los partidos obreros para que las ideas más avanzadas se vuelvan nuestra herramienta diaria capaz de impedir todo plan para destruir a los trabajadores y a sus pueblos. Filósofos en acción solidaria con la revolución socialista para garantizar la paz, la estabilidad y la prosperidad no de los patrones, si de una humanidad sin trabas para su desarrollo. La paz que la humanidad necesita y anhela no es la paz demagógica ni la paz de los amos... la paz genuina no es posible a menos que los trabajadores y las masas explotadas tomen el destino en sus manos. La paz genuina de la humanidad sólo se pude conseguir destruyendo las bases de la dependencia económica de las potencias imperialistas. Esto sólo es posible mediante la nacionalización de los recursos naturales, el comercio, la banca y la industria bajo el control democrático organizado por la clase obrera. Esto también será tarea de los Filósofos.
Una excepción llamada PETROCARIBE.
“PETROCARIBE es un Acuerdo de Cooperación Energética propuesto por el Gobierno Bolivariano de Venezuela, con el fin de resolver las asimetrías en el acceso a los recursos energéticos, por la vía de un nuevo esquema de intercambio favorable, equitativo y justo entre los países de la región caribeña, la mayoría de ellos sin control estatal del suministro de estos recursos. Está concebido como un organismo multilateral capaz de asegurar la coordinación y articulación de las políticas de energía, incluyendo petróleo y sus derivados, gas, electricidad, uso eficiente de la misma, cooperación tecnológica, capacitación y desarrollo de infraestructura energética; así como el aprovechamiento de fuentes alternas, como la energía eólica y solar, entre otras... busca contribuir con la transformación de las sociedades latinoamericanas y caribeñas, haciéndolas más justas, cultas, participativas y solidarias, por lo que está concebido como una propuesta integral que promueve la eliminación de las desigualdades sociales, fomenta la calidad de vida y una participación efectiva de los pueblos en la conformación de su propio destino... Con base en los principios solidarios de este acuerdo, la República Bolivariana de Venezuela está dispuesta a aceptar que parte del pago diferenciado de la factura se realice con bienes y servicios, por los que puede ofrecer, en algunos casos, precios especiales.”4
Parece que alguien está pensando –filosofando- el futuro de la humanidad, el futuro de los recursos naturales y el futuro del petróleo a contrapelo de los interese bélicos del imperialismo. Hay que estar atentos para que cunda el ejemplo. ¿Podríamos los filósofos hacer algo para ayudar?
Con el petróleo de los pueblos no se juega. En México, y en el mundo entero, urge la defensa del petróleo. Urge el ascenso de la conciencia, urge la organización, urge la movilización y urge un movimiento mundial de comunicación, desde abajo, para defender los recursos naturales.
13 tareas, ineludibles, para la Filosofía a estas horas:
Ayudar a construir la praxis revolucionaria.
Hacer visible el esfuerzo humano, relatado por la filosofía, para liberarse de todo atavismo y toda alienación.
Hacer hasta lo indecible por emancipar las conciencias de todo cuanto frene su desarrollo.
Denunciar y combatir a la mentalidad bélica mercantil –y sus autores- que se adueñó del mundo.
Contribuir, organizadamente, por todos los medios, a transformar el mundo... cambiar la vida.
Contribuir, organizadamente, a la destrucción de todo cuanto humille, explote y extermine a los seres humanos.
La Filosofía debe perfeccionar sus herramientas contra todo lo que amenace a la verdad.
Contribuir a elevar la calidad del discurso transformador y la cantidad de la movilización social.
Explicar que la filosofía, nuestra, significa lucha de la inteligencia por comprender al mundo para transformarlo.
Contribuir a enterrar al capitalismo definitivamente.
Transformar también a la Filosofía, sacarla de las cárceles de los “ilustrados”, de la erudición por la erudición y de la contemplación para la inmovilidad, liberarla de las sectas y de las burocracias para combatirlas.
Confirmar el lugar de la Filosofía en las luchas de los pueblos donde es indispensable pensar correctamente el triunfo de la clase trabajadora, sus alcances, sus autocríticas y su revolución permanente.
Luchar por la organización mundial de los trabajadores de la filosofía, luchar contra todo lo que aliena a los filósofos, luchar contra todo lo que los explota y reduce a un papel decorativo e inútil en el mercado burgués de las ideas. Luchar por un movimiento revolucionario de filósofos capaces de romper los cascarones academicistas para ponerse hombro con hombro a luchar, como trabajadores, con la clase trabajadora en todo el mundo.
“En la actualidad se realizan negociaciones para que Exxon Mobil, Shell, Total y BP –socios originales hace varias décadas en la Compañía de Petróleo de Irak, a los que se han sumado Chevron y compañías petroleras más pequeñas renueven las concesiones perdidas en el proceso de nacionalización cuando los productores de crudo se hicieron cargo de sus propios recursos. Los contratos, sin licitación, aparentemente redactados por las corporaciones petroleras con la ayuda de funcionarios estadounidenses, prevalecieron sobre ofertas de más de otras 40 compañías, entre ellas empresas de China, India y Rusia. “Hubo sospechas en muchas partes del mundo árabe y entre sectores del pueblo estadounidense de que Estados Unidos había ido a la guerra con Irak precisamente para asegurarse la riqueza petrolera que esos contratos intentan extraer”, escribió Andrew E. Kramer en el diario The New York Times... Pero lo cierto es que toda la invasión fue un crimen de guerra, en realidad, el supremo crimen internacional. Y difiere de otros crímenes de guerra en que abarca toda la maldad que sigue, en términos del juicio de Nuremberg. Ése es uno de los tópicos que no pueden ser discutidos, en el curso de la campaña presidencial, o en otra parte. ¿Por qué estamos en Irak? ¿Qué le debemos a los iraquíes por haber destruido su país? La mayoría del pueblo de Estados Unidos está en favor de la retirada de Irak. ¿Interesa su opinión?” Noam Chomsky5
“Nadie quiere la privatización de PEMEX. El siguiente paso es muy importante y consiste en hacer valer el deseo de las masas, no sólo el de evitar la privatización del petróleo, sino la de sanear nuestra, ya de por sí golpeada, economía.”
¡Hagamos ley nuestra voluntad, impulsando una huelga general
¡El debate acerca del petróleo no es suficiente, hace falta una huelga general!6
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