Ricardo Andrade Jardí
Ahora que el usurpador pirata (hasta para ser usurpador le faltó tamaño) se lava las manos e intenta responsabilizar a todo el mundo de lo que es responsable su desgobierno y su partido con la ayuda considerable del PRI, quien también intenta hacer como que ellos no tienen vela en el entierro cuando son tan culpables los unos y los otros.
Que nadie se engañe, en México el secuestro es un negocio, uno de los mejores, porque el PRIANNI, así lo ha hecho posible y no sólo son las policías corruptas las que se dedican al negocio, en él participan altos funcionarios, jefes de policía, burócratas con inmorales (por elevados) sueldos, que en su ambición le han pegado a todo y por supuesto la banca privatizada y rescatada ¿Y dónde guardan los botines los secuestradores, en bolsas del supermercado?
¿Y tú qué quieres ser de grande? Le preguntan a un grupo de adolescentes en un documental realizado en algún lugar del Norte del país
--Yo quiero ser secuestrador… eso sí que deja lana.
--No, deja más el siembra (narco)…
--Pues mejor las dos cosas.
¿Pero y no es muy peligroso? Ingenua pregunta del entrevistador.
--De todas maneras nos van a matar, mejor que seamos harto ricos cuando nos toque…
--Que pobres muertos.
El grupo de adolescentes ríe con fuerza.
Ese es un ejemplo del diálogo de la “competitividad” y el “progreso” que nos vende el desgobierno usurpador, esos adolescentes mexicanos son alumnos de los esbirros de “la maestra” y comenzarán su nuevo adiestramiento a la Vázquez Mota, pero no sólo es un problema de la educación decadente impulsada por la tecnocracia prianista, son también el reflejo de la cultura que viven, de las aspiraciones consumistas que nuestra telecracia les inyecta cada día y que ellos traducen en metas de éxito, hay comunidades enteras a lo largo del país donde no entrar en las redes del narcotráfico es ser un fracasado a los ojos de la comunidad, esa es la realidad de una buena parte de nuestro país y es el resultado de toda una política económica, del privilegio y la impunidad, que impulsa los imaginarios de la corrupción en la sociedad.
La corrupción se cobija en la impunidad y la impunidad en México es el equivalente del éxito. Banqueros ladrones que rescatan sus negocios con dinero público, narcotraficantes que lo mismo son alcaldes, que gobernadores, que senadores y pese a toda la información viven del negocio de la prohibición y escudados en el fuero, bandas de secuestradores que reciben sumas millonarias en cuestión de semanas sin que nada pase, el sueño monetario de cualquiera puede hacerse realidad desde la inmoralidad del sistema, que es donde se encumbran los “males” que hoy azotan el país…
¿Y la ética? Otra ingenua pregunta. Una generación de narcopolíticos “educados” o moldeados por Gordillo y adiestrados por el imperio, la ética e incluso la moral, son dos conceptos que la trasnacional y usurpadora “Democracia Corporation S.A.” no tiene, es pues el resultado del país que hoy es el primer lugar en secuestros y partiendo de la idea de que no estamos en guerra (como Afganistán o Irak) somos el número uno en ejecuciones diarias.
Pero la inseguridad seguirá imparable y presente mientras los banqueros secuestren la economía nacional, los “políticos” secuestren el gobierno, mientras los empresarios secuestren la economía familiar (FOBAPROA), los charros sindicales secuestren el sindicalismos, los medios electrónico concesionados (radio y TV) secuestren la información y el derecho a la misma, mientras las transanacionales secuestren los recursos naturales… la única diferencia es que a partir de ahora, también a ellos, a los que han hecho de este país el paraíso de la impunidad, la inseguridad ha tocado a sus puertas. Y conocerán el México que han creado, el que vivimos millones de personas que todos los días salimos de nuestra casa sin saber si la impunidad empresarial nos permitirá regresar.
Si el “consejo de seguridad” no sale con la firmeza de abrir el FOBAPROA cuando menos, nada pasará en materia de seguridad, si acaso militarizarán en país y nos llenarán de retenes, que tarde o temprano volverán a ser los paraderos del secuestro y la muerte, la crónica está anunciada, la inseguridad de un país es proporcional a la impunidad de sus oligarquías.
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