miércoles, septiembre 03, 2008

Columna Asimetrias. Lo que Sigue...

Por Fausto Fernandez Ponte

"La inseguridad pública es consecuencia de la descomposición gradual y creciente de las instituciones públicas en los tres órdenes de gobierno", reconoció al fin Felipe Calderón, aunque esquiva la solución y pretende diluir su culpa en los policías y ciudadanos, a quienes responsabiliza de lo que se necesita.

I

En un rapto de verismo y sinceridad, el Presidente de Facto --así considerado por millones de sus conciudadanos, dada la espuriedad de su asunción en 2006-- reconoció públicamente un hecho insoslayable: la descomposición del Estado mexicano.

Subráyese que esa realidad había sido negada por el propio Jefe de Estado y sus colaboradores, cofrades y partiquinos, e incluso acusado de "alarmistas" y "desenfocados" a quienes, como este escribidor, describen la descomposición ocurrente.

Es más, a los intérpretes de esa realidad tan dramática, el titular moralmente ilegítimo del Poder Ejecutivo y sus asociados y priostes los han señalado reiteradamente como personas motivadas por un interés ideológico o político o partidista.

Mas no es el caso. Los intérpretes de esa realidad, como éste y muchos otros escribidores de oficio, tienen motivos ajenos a la cultura de la ideología organizada, la estrechez de la política partidista y los adalides providenciales. Sus motivos: la buena fe.

Ante los organizadores de Iluminemos México que le visitaron el domingo, Felipe Calderón dijo: "La inseguridad pública es consecuencia de una descomposición gradual y creciente de instituciones públicas en los tres órdenes de gobierno".

Por eso, añadió, "el crimen organizado aumentó su capacidad operativa, logística y financiera en muchas regiones del país".

Afirmó: "El crecimiento de la criminalidad y la virulencia con la que (éste) actúa, obedece a la impunidad, a la falta de acción de las autoridades por negligencia, incapacidad institucional o por franca corrupción en algunos casos".

Preside, pues, el señor Calderón un Estado en desintegración.

II

Esta situación, aceptó, "ha sido posible en gran parte por una autoridad y una fuerza policiaca cada vez con menos incentivos pra rechazar de manera contundente la acción intimidatoria o corruptora del crimen".

Agregó que, por lo descrito anteriormente, "todos los gobiernos, todas las autoridades somos responsables (...) por lo que los tres órdenes de gobierno y los tres Poderes de la Unión deben resolver la problemática".

Señálese que el señor Calderón dijo también que otra de las causas de la descomposición "es el deterioro del tejido social, en el que hay (sic) una sociedad con menor solidez en términos de valores, de tal manera que pueda rechazar la ilegalidad".

¿Qué movió al Presidente de Facto a reconocer una realidad negada desde su asunción? ¿Fue acaso que los personeros de la organización de Iluminemos México representan el alcance de la capacidad de presión pública de los patrocinadores de don Felipe?

¿O que esos personeros, dirigentes y operadores de la movilización social auspiciada por los patrocinadores del señor Calderón, son portadores de una advertencia de éstos en el sentido de que así como lo instalaron en Los Pinos lo pueden remover?

Pero, ante todo, ¿quiénes son esos patrocinadores de don Felipe, al parecer todopoderosos por su alcance para removerlo?

Ésto nos lleva a la miga vera de las declaraciones del Presidente de Facto reconociendo que el Estado mexicano (que él identificó como "instituciones" y como "tres órdenes de gobierno y "tres Poderes de la Unión") va hacia la desintegración.

III

Esa desintegración es el desenlace inexorablemente lógico de un proceso de descomposición de un ente moral o cuerpo físico o sus equivalentes finitos, como el Estado. El fenómeno se describe a sí mismo por la semántica del vocablo "descomposición".

O desprendimiento --descohesionarse-- de los componentes de una totalidad. Ese desprendimiento de componentes es, como decía Konrad Lorenz, un proceso mutante de reacomodo de los elementos de una realidad, con arreglo a ciertas leyes universales.

La descomposición del Estado mexicano y su eventual desintegración, alarma, y sus secuelas aterrorizan a la inmensa mayoría del total de mexicanos, pero los patrocinadores de don Felipe sólo ven sus intereses en peligro.

Los patrocinadores de don Felipe son los 39 clanes familiares y sus socios mexicanos, estadounidenses y españoles que conforman la gran oligarquìa mexicana y se ostentan como los amos de México, cuyas riquezas saquean bajo sofisteras coartadas leguleyas.

Lo 39 clanes familiares y consocios están alarmados. Don Felipe no ha sabido crear las condiciones políticas y socioculturales propicias para un mayor o más intenso saqueo del país. Y la inseguridad pública se cierne como una amenaza real.

Pero las limitaciónes de las mortecinas luces ideológicas y la magritud del capital político del Presidente de Facto, así como su carencia de una visión de estadista, le impiden ir más allá de reconocer la descomposición y desintegración del Estado.

Don Felipe carece de propuestas --es decir, de soluciones políticas, pues no lo sutenta un contrato social-- y reitera la justificación de la históricamente desacreditada e ineficaz vía de la mano dura y leyes Gestapo. Acelera la descomposición.

ffponte@gmail.com

Glosario:

Gestapo: acrónimo de la policía secreta de la Alemania nazi.

Priostes: cofrades. Mayordomo de una hermandad o cofradía.

Sic: del latín "sic", así. Textual.

Sofisteras: de sofisma. Razón o argumento aparente con el que se quiere defender o persuadir de lo que es falso.

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