jueves, septiembre 04, 2008

Escasez de servicios y delitos al alza

Sin beneficio social

La construcción de la presa hidroeléctrica de La Yesca, con su cortina de 220.5 metros –la más alta de México y América Latina– y un costo estimado de 880 millones de dólares, cambió la faz de los municipios cercanos, pues de pronto llegaron miles de trabajadores que hicieron insuficientes los servicios de agua, vivienda y seguridad. Ahora los ayuntamientos tienen que batallar con la federación y con las empresas para que realicen obras compensatorias y encontrar la forma de aprovechar la derrama económica –menor que la prometida por el presidente Calderón– para que la economía local no se colapse cuando los trabajos concluyan.

HOSTOTIPAQUILLO.- Hace siete meses el presidente Felipe Calderón anunció que con el arranque de la construcción de la presa hidroeléctrica La Yesca habría una importante derrama económica y social en los linderos de Jalisco y Nayarit; pero hasta el momento sólo se han incrementado los índices delictivos y el costo de la vida, sobre todo en este municipio y en el de Magdalena. Autoridades de ambos ayuntamientos coinciden en que, con la inmigración de trabajadores de la construcción, no se dan abasto para brindar servicios de salud, agua, drenaje, recolección de basura y vialidades. No obstante, dicen que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) está realizando fuertes inversiones en obras compensatorias para las cabeceras municipales, como son nuevos colectores, drenaje y rehabilitación de vialidades. Además, apuestan a que se incrementará el turismo dentro de cuatro años, una vez que se concluya la presa.El proyecto de la presa hidroeléctrica La Yesca está a 23 kilómetros de este municipio, en el cañón que ha formado el cauce del río Santiago. Del otro lado está el municipio de La Yesca, Nayarit, pero el 80 ciento del vaso estará del lado jalisciense. La cortina de la represa será la más alta del mundo: medirá 220.5 metros de altura (equivalentes a 12 veces la pirámide del Sol en Teotihuacan). Así mismo, es 32 metros más alta que las de El Cajón y Aguamilpa, que están en el mismo río y eran hasta ahora las más elevadas de México y América Latina. El costo estimado de la presa es de 880 millones de dólares y, según cálculos de la CFE, almacenará un volumen de 7 mil millones de metros cúbicos, cantidad que equivale al consumo de agua de la Ciudad de México en dos años. La generación de energía será de 750 megawatts, es decir, la misma capacidad que la de El Cajón, pero menos que la de Aguamilpa, que genera 960 megawatts, es decir, una cantidad equivalente a 1.5 veces el consumo de Nayarit durante un año y 15% del consumo anual de Jalisco.
“No estábamos capacitados”
En entrevista, el presidente municipal de Magdalena, el priista Gonzalo Bañuelos Riestra, admite que el ayuntamiento no estaba preparado para enfrentar el gran impacto social que implica la gigantesca obra.Al crecer la población de 14 mil a 17 mil personas, los servicios de salud pública son insuficientes, dice, y “necesitamos apoyo para aumentar la seguridad”.El súbito incremento de habitantes “acarreó que las faltas administrativas se incrementen los fines de semana, cuando los trabajadores se vienen a descansar. Si antes había ocho detenidos, ahora agarramos a 40 por beber alcohol, por andar orinando o por riña en la vía pública”.Creció de igual modo el robo a transeúntes y a casas habitación. El alcalde menciona que “de haber uno, hay dos, pero se están controlando porque tenemos a la policía del estado aquí y cada 15 días entran los militares a hacer rondines. Eso ayuda a que la gente no ande robando”.Otro inconveniente es que el hospital de la Secretaría de Salud “está saturado, y más con el seguro popular que te inscribes en un lugar, pero puedes hacer uso de él en otras partes. Es por ello que se pidió a ICA –constructora encargada del proyecto de la presa– que amplíe la clínica, por lo que, de tener cuatro camas para urgencias, habría seis. En lo interno no sé cuántas camas más serían”, indica Bañuelos.Añade que, debido a la obra, “las personas que rentaban su casa a gente de aquí mismo se la pidieron para rentársela a las compañías porque (éstas) pagaban más. En consecuencia, se incrementaron las rentas de mil 500 pesos a 6 mil”.Además, prosigue el alcalde, como ICA aún no ha terminado su campamento en el poblado Mesa de Flores, a dos kilómetros de la presa, alrededor de 3 mil trabajadores tuvieron que asentarse en bodegas, salones de baile y establos cercanos a la cabecera municipal, y en consecuencia el parque vehicular se triplicó.Este incremento y la lentitud con que circulan los camiones de carga provocan congestionamientos viales, además del mayor desgaste del pavimento. Para solucionar este problema, agrega, “estamos en negociaciones para hacer un libramiento en Magdalena”.La edificación de la presa también afectó el servicio municipal de recolección de basura. Antes de la llegada de trabajadores de la construcción se generaban 70 toneladas por día, y ahora son 120 toneladas. Por esa razón, el municipio “consiguió un camión nuevo para la recolección y se aumentó el personal en la cabecera municipal”, apunta Bañuelos.Sin embargo, aclara que la presa La Yesca también beneficios, como la inversión de 17.5 millones de pesos –3.5 millones aportados por la CFE y el resto por el municipio y la federación– para instalar dos colectores de agua, hacer funcionar a toda su capacidad la planta de tratamiento de aguas residuales y construir ocho kilómetros de infraestructura hidráulica.Dentro de todo, afirma, “sí se ve más afluencia económica”, aunque “a lo mejor no como se esperaba”, pues 200 personas oriundas de Magdalena tienen empleo en la obra, así como seis transportistas. De igual forma, “se abrieron algunos negocios de comida, y los de ropa surtieron más su tienda”.
No más “pueblo fantasma”
La CFE, que ejecuta la obra de La Yesca, prometió que apoyará en la gestión de recursos para construir corredores turísticos en el municipio Hostotipaquillo, asegura en entrevista el síndico Juan Manuel Rodríguez García. Él ha observado también la insuficiencia de los servicios municipales: “Las escuelas están saturadas por los hijos de los trabajadores. Tienen al menos 30 alumnos en cada grupo, en los distintos niveles. Los servicios de salud también nos rebasaron; si antes daba 10 consultas diarias, ahora son más de 20.“Teníamos la idea de que vendría un mundo de gente, pero no estábamos preparados para los servicios básicos que se necesitan”, admite el síndico. Además, comenta que la canasta básica se encareció hasta en 10%.
–¿Cuántas personas del pueblo están empleadas en la construcción?
–Son pocas, unas 150, de las más de 3 mil (que trabajan en la obra). La mayoría vienen del resto del país, quizá por la mano de obra barata. Al principio pensamos que habría una derrama económica pero no fue así. No había casas suficientes y los trabajadores de fuera mejor buscaron otro lugar.Ante la demanda de vivienda, la renta de una casa con dos cuartos, baño, cocina y comedor, subió en 3 mil pesos. Antes no superaba los 500 pesos al mes.
–¿Qué planes tienen para cuando se concluya la presa?
–Se pretende que la actividad económica se mantenga, no sólo por la construcción de la presa. Por ejemplo, planeamos apostarle al ecoturismo para reactivar la economía. Eso nos dijeron los de la CFE. Hay mucho que ofrecer, como las visitas a lugares antiguos. Tenemos una hacienda, un sitio prehispánico en La Coronilla, a escaso medio kilómetro, y tendremos la presa más grande del país. Tenemos lugares preciosos, naturales, para construir algunos miradores desde los cuales se verá una parte de la Sierra Madre Occidental. Y todo para no quedar peor que antes.
–¿Hubo alguna oposición al proyecto hidráulico?
–La gente de la CFE ha presentado el proyecto en maquetas y videos aquí en la cabecera municipal. Al principio, hace un año, se juntaban unas 20 personas que estaban en contra de la presa, pero al parecer platicaron con la CFE y se convencieron.
–¿Por qué se oponían?
–Decían que la presa traería graves consecuencias en el medio ambiente, que modificaría el clima.Lo cierto es que las tierras que serán inundadas son fértiles; actualmente se siembra ahí maíz, frijol, calabaza, jamaica y trigo.Otro aspecto que ha cambiado en el municipio, dice el síndico Rodríguez García, es el de la seguridad: “Antes podíamos caminar sin miedo a que nos atropellaran; (ahora) se ocupan calles más amplias, hay mucha circulación vehicular”. Así mismo, el consumo de bebidas alcohólicas se incrementó, al igual que las detenciones por faltas administrativas: antes se sancionaba a dos personas en promedio durante los fines de semana, y ahora son más de 15. En Hostotipaquillo hay tres billares y cuatro expendios de cerveza.“Y habrá más movimiento. Ahora trabajan en la obra más de 3 mil personas, pero llegarán a 5 mil cuando empiecen a construir la cortina”, prevé el síndico.A su vez, el cronista David Rodríguez, médico de profesión, considera que el pueblo será saqueado como en el siglo pasado, cuando empresas mineras explotaban los yacimientos de ópalo y plata.En aquel entonces, cuenta, “se acabó la mina y se fueron, no dejaron nada para el pueblo. Pienso que nos sucederá lo mismo ahora, con la presa hidroeléctrica. Puede traer muchos beneficios a la región por el turismo, siempre y cuando el agua esté limpia. Actualmente el río Santiago está contaminado. No me atrevo a bañarme en esa agua”. Matiza: “Al menos habrá beneficios durante los cinco años que dure la construcción de la obra, pero no creo que veamos más ventajas importantes. Una de las cosas positivas es que están reparando las brechas”. El cronista comenta que el río Santiago ha perdido caudal, y por eso pregunta: “¿De donde saldrá tanta agua para una presa tan grande como la Yesca, si además en ese mismo río construyeron las presas El Cajón y Aguamilpa?”
Obras compensatorias
El director de obras públicas de Hostotipaquillo, el arquitecto Gustavo Castañeda González, señala que desde el inicio de la construcción del embalse aumentaron las faltas administrativas, pero aclara: “Contrario a lo que se espera, las detenciones no se hacen a los albañiles, sino a los ingenieros de la obra”.Afirma que en la cabecera municipal no “existe ningún antro ni se han dado licencias para abrir giros negros. Hay menos derrama económica, pero son menos los problemas”. Aun así, por recomendación de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, el ayuntamiento está construyendo, con recursos federales y estatales, un edificio de 2 mil metros cuadrados para la Dirección de Seguridad Pública municipal, donde estarán las oficinas del juzgado y el consultorio médico, el área de barandilla, un aula de capacitación, así como celdas para mujeres y menores infractores. Además, la Secretaría de Seguridad estatal dispuso que ante el incremento poblacional el municipio debe aumentar gradualmente el número de policías: el año pasado había 20, actualmente son 31 y deben llegar a 55 en tres años. A decir del arquitecto Castañeda, el ayuntamiento acordó con ICA que debía cubrir el sueldo de los nuevos agentes contratados, pero la constructora ha incumplido.El entrevistado agrega que, con la llegada de las constructoras, el año pasado una tercera parte de la población de Hostotipaquillo (aproximadamente mil personas) se quedó sin agua porque las líneas de conducción de agua eran insuficientes. En vista de ello, se invirtieron 4 millones de pesos para traer más agua al pueblo.Ahora, dice, el problema es con el drenaje, pues cuando circulan vehículos pesados por las calles empedradas “destruyen los tubos que están instalados a 30 centímetros de profundidad, por lo que se está negociando con la CFE la construcción de un libramiento”.En una situación similar está el centro de salud, que fue insuficiente para atender a los trabajadores provenientes de Veracruz, Baja California, Chiapas y Monterrey, por lo que el ayuntamiento acordó con la CFE instalar una clínica prefabricada con un costo de 2.3 millones de pesos, para la cual enviará más personal la Secretaría de Salud.En opinión del director de obras públicas, uno de los efectos positivos de la construcción de la presa es que Hostotipaquillo “dejó de ser un pueblo fantasma; ahora mucha gente está regresando para invertir su dinerito en un negocio. Al menos se abrieron tres negocios de comida, una lavandería y varios tendejones”.Sin embargo, el arquitecto aceptó que los beneficios económicos no son los esperados, puesto que de las 5 mil personas que participarán en la obra, sólo alrededor de 600 buscarán conseguir vivienda y comida en el municipio.Por otro lado, el ayuntamiento y la CFE acordaron que como obras compensatorias se va construir la Casa de la Cultura con una inversión de 2 millones 225 mil pesos en las dos primeras etapas, se renovará la carretera con un costo de 3 millones de pesos, e ICA donará concreto con un valor de 3.6 millones de pesos para mejorar vialidades.Finalmente el funcionario recordó que en 2007 la CFE se negó a saldar la licencia municipal de construcción y “quería intercambiarlo por obras compensatorias, pero al final tuvo que pagar 3.2 millones pesos. Para este año hizo la misma propuesta e insistimos en que pagaran 4.3 millones de pesos; sin embargo, por recomendación de la subsecretaría de Asuntos del Interior aceptamos que se canalizaran a obras públicas, y además deberán hacer obras compensatorias”. l

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