Ramón Trujillo
Creo que fue John Berger quien escribió que la principal característica de los pobres es que son invisibles. Los grandes medios de comunicación españoles han hecho invisible la perspectiva de los millones de venezolanos pobres que han votado a Hugo Chávez, pero se han alineado con la perspectiva de sus detractores. El economista Vicenç Navarro señala que es mucho más fácil encontrar enfoques críticos sobre Chávez en los medios de comunicación venezolanos que enfoques favorables a Chávez en España. “De este hecho podría deducirse que hay más diversidad ideológica en los medios de información venezolanos que en los españoles” [1] .
El respaldo popular conseguido por Hugo Chávez jamás lo ha tenido un presidente español. En 1998, ganó las elecciones presidenciales con el 56% de los votos. En 2000, con el 59% de los sufragios y, cuatro años después, también un 59% de los votantes le dio su confianza en el referéndum revocatorio. En 2006, con un 73% de participación, obtuvo el respaldo del 61% de los electores [2] . Es más, el Latinobarómetro de 2007 revela que el 59% de los venezolanos está satisfecho con la democracia, frente al 37% de los latinoamericanos [3] .
Estos datos debieran hacernos reflexionar sobre esa precariedad de nuestra cultura democrática reflejada en el inaceptable apoyo de los grandes medios de comunicación estatales, junto con el gobierno de José María Aznar, al fracasado golpe de estado contra la democracia venezolana, ocurrido hace seis años. El principal diario español justificó la detención de Chávez por militares golpistas tildándolo de “caudillo” y “autócrata peligroso”, afirmando que “sería bueno” que rindiera cuentas “de sus desmanes autoritarios” [4] y que hubo un “alivio mayoritario ante su destitución”. También El País indicó que Chávez “deberá someterse a juicio” por el asesinato de quince manifestantes que pedían su renuncia [5] .
Sin embargo, veinticuatro horas después, El País reconocía que Chávez “cuenta con el apoyo de una mayoría de la población”. El inesperado fracaso de los golpistas dejó en evidencia las mentiras del rotativo, incluida la atribución a Chávez de la responsabilidad por la muerte de quince manifestantes, que ahora recaía en “los enfrentamientos entre partidarios y adversarios suyos” [6] . El País cuestionó el pedigrí democrático de Chávez mientras apoyaba un golpe de estado contra Venezuela. Pocos cuestionaron el pedigrí democrático de El País.
Pero lo cierto es que la demonización de Chávez ha sido tan eficaz que permitió a muchos dar la espalda a la democracia venezolana y apadrinar una aventura golpista. Los creadores de opinión pública han rechazado a Chávez por su negativa a privatizar empresas públicas, su lucha por incrementar los precios del petróleo y sus esfuerzos para que la riqueza se reparta en Venezuela como en Europa. Recordemos que el PIB per cápita venezolano es seis veces inferior al español, pero, según Naciones Unidas, mientras que en España los ingresos del 10% más rico de la población equivalen a nueve veces los ingresos del 10% más pobre, en Venezuela la diferencia es de sesenta y dos veces [7] .
La tarea de poner fin a las grandes injusticias económicas en Venezuela es enorme y complicada. Sin embargo, tanto los cálculos del coeficiente de Gini del INE venezolano como los de la Cepal, muestran que el gobierno de Hugo Chávez ha reducido las desigualdades en su país [8] . Además, de 2003 a 2007, la tasa de pobreza de los hogares venezolanos pasó del 54% al 27.5% [9] .
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