viernes, noviembre 14, 2008

La batalla por PEMEX

La reforma energética vista por un trabajador petrolero mexicano

Kristin Bricker
Narco News

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

El Congreso mexicano aprobó ligeras reformas al monopolio petrolero de propiedad estatal PEMEX a fines de octubre de 2008. Aunque los detalles de las reformas aún no han sido publicados en el Diario Oficial de la Federación del Gobierno hay detalles que se han filtrado a los medios.
La mayor reforma de la que se habla hasta ahora asigna bloques específicos del Golfo de México a compañías privadas para que perforen y exploren. Se ha permitido que compañías privadas exploren y perforen durante años en el Golfo de México, pero es la primera vez en la que se les otorgan derechos exclusivos a bloques específicos. Era de una las partes más controvertidas de las nuevas leyes, y el líder opositor Andrés Manuel López Obrador llamó a que se utilice lenguaje que prohíba específicamente que el gobierno asigne bloques exclusivos a compañías privadas. Ve esta práctica como un paso inicial hacia la mayor privatización de la industria petrolera de México. Sin embargo, la Secretaria de Energía, Georgina Kessel, arguyó: “a los contratistas se les darán áreas específicas para que puedan dedicarse a trabajar y realizar las actividades requeridas, ‘porque de otra forma no sería posible que si se está perforando un pozo en un lugar en lo particular, y otra compañía viene a perforar exactamente en el mismo lugar, entonces es imposible poder tener a un contratista perforando en una determinada área con esa situación’".

Otras reformas importantes son la adición de 4 miembros independientes al consejo de directores de la compañía y de bonificaciones para compañías que terminen proyectos antes de plan o entreguen tecnología a PEMEX.

Las reformas provocaron reacciones poco entusiastas de la industria privada internacional del petróleo, que esperaba cambios arrolladores en el sector mexicano de la energía.

Las nuevas leyes representan un revés menor para el presidente Felipe Calderón y su Partido de Acción Nacional (PAN), que pidió la privatización de PEMEX en abril. Calderón quería permitir a las compañías privadas que construyeran y poseyeran refinerías y transportaran petróleo. El Partido Revolucionario Institucional (PRI) apoyó los esfuerzos del PAN pero se negó a calificar de “privatización” la reforma propuesta durante una temporada electoral.

A pesar del revés, los legisladores prometen que continuarán con la campaña por privatizar PEMEX, lo que requeriría cambios constitucionales. El senador Carlos Lozano del PRI declaró a Reuters: “Los cambios constitucionales no forman parte de nuestra agenda ahora mismo. Es una agenda trienal.”

La comunidad de los negocios parece estar de acuerdo en que aunque las nuevas leyes no cambian gran cosa, la lucha por privatizar PEMEX no ha terminado. “Lo que han aprobado es sólo una afirmación del status quo,” dijo el analista energético George Baker. “Son un marcador de posición para verdaderas reformas orientadas al mercado.”

En una cosa está de acuerdo todo el país y es que PEMEX necesita urgentemente una reforma; el problema es qué tipo de reforma. La infraestructura de PEMEX tiene en promedio 25 años. La capacidad de refinación de PEMEX es gravemente insuficiente. La producción general ha caído por los menos en un 10% durante el año pasado.

Laura Carlsen del Programa de las Américas del Centro para la Política Internacional argumenta que funcionarios del gobierno han saboteado a PEMEX para allanar el camino para la privatización:

Irónicamente, los mismos políticos que proponen la entrega de la refinación y otras operaciones de PEMEX a compañías extranjeras, son los responsables, al menos en parte, de la actual incapacidad de la paraestatal. Lo que todos los informes no mencionan es que gran parte del deterioro de PEMEX se fue dando bajo el régimen del mismo partido político que hoy alega que la única manera de salvar a la empresa es dar en contratación operaciones al sector privado. Calderón se desempeñó como Secretario de Energía en la administración de Vicente Fox de 2003 a 2004. Los gobiernos del PAN se han mantenido en el poder por casi ocho años, durante los cuales PEMEX superó su marca de ventas debido a los elevados precios internacionales del petróleo. ¿Por qué ese dinero no fue reinvertido en la compañía petrolera con vistas a evitar la crisis actual?

El desangramiento de PEMEX fue una decisión consciente política y administrativa tomada por dos razones. En primer término, los fondos trasegados del gigante petrolero enmascararon el verdadero estado de la economía mexicana. La Secretaría de Hacienda utilizó el ingreso de PEMEX, especialmente las inesperadas ganancias de los últimos años a las que no se fijó destino en el presupuesto aprobado por el congreso, como una caja chica. Gran parte de este dinero sirvió para saldar deuda extranjera. Una parte desapareció en la corrupción como en el caso PEMEXgate, en el que se desviaron fondos para financiar la candidatura presidencial del PRI. Y el resto se acabó en proyectos favoritos de la presidencia. Regímenes sucesivos fueron despojando a PEMEX para fines políticos, con poca o ninguna rendición de cuentas al congreso o al pueblo mexicano.

En segundo lugar, los administradores neoliberales buscaron intencionalmente crear un panorama desolador de la empresa paraestatal a fin de que prosperara su ya ardua defensa de una privatización. Sólo presentando un escenario apocalíptico podían esperar que se aprobaran las reformas legislativas claves con respecto a la industria petrolera que finalmente satisfarían los objetivos para la reforma estructural concebida por el Banco Mundial, el gobierno de EE.UU. y los dirigentes neoliberales de México.

La batalla por PEMEX está lejos de haber terminado. La energía es un componente central de la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte [ASPAN-SPP], que es dirigida por un grupo de treinta corporaciones – incluidas Chevron Texaco, Sunoco, y ExxonMobil. La ASPAN llama a la integración energética norteamericana. Otras corporaciones tras la ASPAN incluyen a varias compañías de transportes a las que sin duda se les hace agua la boca ante la perspectiva de abrir el transporte petrolero en México al sector privado a través de la reforma energética de Calderón.

Estos protagonistas corporativos y neoliberales no disminuirán su presión para privatizar el petróleo de México, y tampoco lo harán las fuerzas conservadoras en México. La retórica de los partidos políticos sobre la reforma energética ha sido intencionalmente poco clara porque diferentes participantes claman por beneficios financieros y políticos. Justo antes de que el Congreso mexicano considerara las nuevas reformas, Narco News se reunió con Eduardo Gomezcaña Morales, ex trabajador de PEMEX y actualmente economista para la Unión Nacional de Trabajadores de Confianza de la Industria Petrolera, A. C. (UNTCIP A.C.), un sindicato de trabajadores de PEMEX, para comprender lo que está realmente en juego en el actual debate sobre el futuro de las reservas petrolíferas de México.

Narco News: ¿Puede explicar la situación actual de PEMEX? ¿Qué partes de la industria petrolera de México ya han sido privatizadas y cuáles siguen siendo de dominio público?

Gomezcaña Morales: Surge la inquietud sobre lo que significa la “privatización”. Para eso tendríamos que remitirnos a un diccionario. Privatización es convertir en privado lo que ha sido monopolizado por el Estado, por lo que se conoce como público. Dadas las circunstancias en PEMEX desde 1973 se han venido privatizando algunas partes sustantivas de la industria petrolera. ¿Por qué marcamos 1973 como la etapa inicial? Porque México se convirtió en exportador de crudo antes de esta fecha, antes de 1974 específicamente. México generaba petróleo para su beneficio interno, para consumo interno. A raíz de que EE.UU. ya no recibía el petróleo que le vendían los árabes, y del pico en EE.UU. que se dio en 1970, EE.UU. se vio en la necesidad de golpear a los países pequeños, a los países subdesarrollados, a los países del Sur, con el objeto de atraer el petróleo y la producción que tienen de ese mismo producto. Entonces, en 1974, comienza la sobreproducción en México para vendérsela a EE.UU. Ya no con fines estratégicos sino con fines comerciales. Esto inició el proceso de privatización.

En los años subsiguientes vino el proceso de privatización de actividades sustantivas como los petroquímicos. La industria petroquímica fue la punta de lanza de la privatización.

Los gobiernos neoliberales, a partir de Carlos Salinas de Gotari, rompieron la clasificación de los petroquímicos en productos primarios y secundarios, lo que es una aberración porque en el mundo no existe esa clasificación. De modo que con esa nueva clasificación, en 1985 dieciséis productos petroquímicos fueron clasificados como secundarios con el objetivo de evadir la Constitución mexicana. La Constitución decía que será potestad del Estado la regulación de los productos primarios derivados del petróleo. Así que los convierten en secundarios para que comiencen a elaborarlos las iniciativas privadas. Como no les funciona, al siguiente año clasifican 32 más y como no les funciona convierten en S.A. algunas petroquímicas anómalamente lo que genera un movimiento de resistencia por los años ochenta y tanto a mitad de ese decenio. Ese movimiento de resistencia lo detiene y vuelven las actividades a Petróleos Mexicanos pero sin una reestructuración. Se compran unas plantas que ahora mismo están en obsolescencia e incluso algunas plantas que no se han utilizado hasta la fecha. Se quedaron intactas después de que fueron instaladas. No se les dio mantenimiento, no se les dio seguimiento – ni uso. Lo que provocó el gobierno neoliberal fue que México se convirtiera en importador de productos petroquímicos.

Después de esto viene el proceso de privatización del gas natural. En una primera etapa, con los petroquímicos básicos que, según la empresa clasifica, está el gas. El transporte por gasoducto se lo concesionan a particulares. Los gasoductos, como lo sabemos los petroleros en cualquier parte del mundo, requieren una protección rigorosa. Por ejemplo, requieren mantenimiento, requieren ‘pigging’ [inspección especializada y eliminación de residuos del interior del gasoducto] – actividades que no están haciendo las compañías privadas que recibieron las concesiones. De modo que estas compañías cobran por entregar el producto, pero no le dan el mantenimiento a los tubos. Esto es para el gas. Porque los otros ductos que van acompañando al poliducto tenemos que darles mantenimiento los mexicanos. Realmente es como un regalo que le estamos haciendo a la iniciativa privada. Después viene la concesión de meter el gas doméstico hacia las casas a empresas francesas, a empresas españolas, primero en Ciudad de México y subsecuentemente en otras ciudades como Guadalajara y Monterey, y van avanzando paulatinamente.

Con esto ellos modificaron el Artículo 27 de la Constitución con el efecto de que la iniciativa privada pudiera comercializar los productos derivados del gas. Pero gobiernos como el de Fox ya son más cínicos y ni siquiera como decimos en México le tapan el ojo al macho, ellos comienzan a generar cínicamente actividades que van a ir a manos de las transnacionales, no solamente de la iniciativa privada nacional, sino a manos de las internacionales. Fox lanza una licitación pública en el año 2000 a efecto de explorar, explotar y comercializar el gas natural de nuestro país, específicamente en la Cuenca de Burgos, que es un nuevo yacimiento que se encontró. Nosotros tenemos demandada a Repsol, por este caso, contratos derivados también están demandados. Se trata de un proceso claro de privatización. Quieren engañar a México y al mundo entero diciendo que esto no es una explotación cuando ellos lo sacan del subsuelo, y lo llaman un desarrollo. Ellos lo están comercializando. Hay un contrato que se acaba de denunciar públicamente por el cual Repsol quiere venderle gas a Perú, y es el gas de nuestra Cuenca de Burgos.

Entonces, a todas luces, el proceso privatizador se ha dado dentro de la industria petrolera y actualmente Calderón se inscribe en el mismo patrón. Calderón está promoviendo una privatización para justificar todas las anomalías que han hecho los gobiernos anteriores para que se legalice todo ese proceso, para borrar el error. Pero ya está hecho así como el daño que nos han hecho a los mexicanos. Entonces, Calderón pretende también con esto, por el lado laboral, despedir a 30.000 trabajadores de la industria petrolera con un proyecto que está lanzando ahorita llamado Proyecto SUMA [1] Ahora mismo tenemos una plantilla de 140.000, y quieren despedir a 30.000.

Narco News: ¿Puede explicar el papel del Partido de la Revolución Democrática de centroizquierda en el debate?

Gomezcaña Morales: El problema de nuestro país es que el PAN y el PRI (que fue el anterior gobierno antes del PAN) tienen actualmente la mayoría en la Cámara y estamos dependiendo de que el PRI pueda ser el que detone que se acepte o no se acepte la privatización que propone Felipe Calderón.

El PRD trae una propuesta nacionalista. Hay un problema partidista muy fuerte ahí con ellos. El PRD trae un divisionismo muy fuerte porque por un lado como que lo quiere cooptar el gobierno, se temía que ellos pudieran votar a favor de la privatización; los diputados que son del PRD, que son de parte de ellos.

Sin embargo, es muy difícil que se dé esto. El PRD en bloque va por un proceso nacionalista. Andrés Manuel López Obrador encabeza actualmente el movimiento en defensa del petróleo, independientemente de sus desatinos y de sus desvaríos o la burbuja política que existe a su alrededor; es el único que ha tenido el acierto de hacer una movilización social que es la movilización más fuerte que hay en nuestro país en defensa de la nacionalización del petróleo. Esto lo está haciendo al margen del PRD. El PRD supuestamente tiene un proyecto con el FAP (Frente Amplio Progresista, una coalición de partidos de centroizquierda), pero López Obrador va caminando por su cuenta y con los seguidores que tiene. Pero es la única forma de resistencia que existe en nuestro país, la única forma de resistencia que existe actualmente, la que está planteando Andrés Manuel López Obrador.

En torno al petróleo la propuesta es buena, pero es la propuesta de López Obrador, más que del PRD. Si la propuesta del PRD en suma, junto con los otros dos partidos del FAP – Partido de Convergencia y el Partido del Trabajo – es una propuesta que incluso no supera la de Andrés Manuel, y si las sumamos en conjunto es la única forma de avanzar. El pueblo de México se ha sumado a esa propuesta y está esperanzado de que pueda parar la privatización.

Nosotros colaboramos con parte de la propuesta que hacen ellos; independientemente de que nosotros seamos apartidistas entregamos algunas propuestas a ellos: es que todo sea parte del Estado. Es parte de nuestra propuesta y participar en estos foros como el Plan Puebla-Panamá, la defensa contra el Plan Puebla-Panamá, es precisamente que sean áreas estratégicas y que no sean áreas de servicios, que no sean áreas comercializables. La energía debe ser garante del desarrollo del país. La energía debe ser parte de un propósito estratégico nacional. No tenemos por qué utilizarla como un recurso que tiene que venderse, es un recurso para hacer crecer a nuestra propia nación. En ese sentido van todas las propuestas que se han hecho técnicamente. Van desde la producción primaria, desde la exploración hasta la comercialización. No tiene que haber manos extranjeras. Toda la propuesta global tiene ese sentido. Que la petroquímica se recupere, que la exploración tenga recursos, que el mantenimiento de las instalaciones tenga el presupuesto suficiente para poder salir adelante, que la refinación crezca.

Hay un engaño en nuestro país. Los medios electrónicos, la televisión, el gobierno está atacando muy fuertemente diciendo: es que queremos refinerías. Si nosotros también las queremos. Ya están utilizando nuestra misma estrategia, desde una fecha específica. Al otro día comenzaron con una campaña utilizando las mismas palabras que nosotros. Nosotros también queremos refinerías, pero queremos refinerías de México. No queremos de la Shell, no queremos de Texaco en México. Me llama la atención que si observamos las gasolineras que existen en Guatemala, que existen en El Salvador, que existen en Honduras, no tienen las mínimas condiciones de seguridad como las que tenemos actualmente en México. ¿Eso por qué? Es porque en México ese recurso está bajo control del Estado.

Por ejemplo, no tienen señalizaciones en el piso. En México existe una recuperación de gases en cada toma de gasolina, entonces cuando llega un coche, le quitan el tapón, le insertan la válvula, existe un capuchón que evita que se escapen los gases y contaminen el medio ambiente. En ninguno de esos países de Centroamérica existe la recuperación de gases. La distancia que existe entre el tinaco en el que se almacena el producto y la bomba, por ejemplo, en Guatemala está lejísimo, lo que provoca contaminación. La señalización, la altura que deben tener los dispensarios de gasolina para que si un coche choca, no provoque algún derrame de gasolina, no existe. Hay producto tirado en todas las gasolineras, cosa que en México es sancionado. Son medidas de seguridad que no se están tomando. ¿Por qué? Porque Texaco no lo permite, porque Shell no lo permite, porque Exxon no lo permite, porque todas esas empresas están al margen de la legalidad de todo el país. Son empresas que tienen el poder de las transnacionales, el poder de EE.UU., el poder de las grandes potencias. Dadas esas circunstancias no vamos a poder hacer que se sujeten a las reglas.

Narco News: ¿Cómo está ligada la privatización de PEMEX al Plan Puebla-Panamá, conocido ahora como Proyecto Mesoamérica, y a la hegemonía de EE.UU.?

Gomezcaña Morales: Mira, yo creo que México es un laboratorio. Es una estrategia neoliberal que va más allá del Plan Puebla-Panamá, alias Proyecto Mesoamérica. México no es sólo Puebla y lo que está al sur de ese Estado. En todos los Estados existe privatización y lo quieren utilizar como ejemplo para aplicarla en todos los demás países. Si ellos logran avanzar en la petroquímica van a poder fregar a Costa Rica [3], si ellos logran privatizar las refinerías de México, sí van a poder insertar la refinería que tenían en Costa Rica. Es evidente que están haciendo experimentos.

En EE.UU., existe Deer Park, que es una refinería donde supuestamente PEMEX tiene una participación de un 50%. Hasta la fecha, en la memoria de labores de resultados de PEMEX no hay un solo quinto, no hay un solo dólar, no hay un solo centavo mexicano ni gringo donde nos beneficien a nosotros de esa inversión. Yo me imagino nada más, que Shell venga a construir una refinería en México, que México le entregue en el mismo país nuestro producto, y que ellos nos entreguen el producto elaborado a un precio de mercado internacional.

Ese experimento es el que quieren aplicar en todos los países centroamericanos. Por eso Fox insistió tanto en que se invirtiera ahora en una refinería en Costa Rica, porque es parte del Plan Puebla-Panamá. Así podrían replicar otros experimentos semejantes por todas partes.

Narco News: ¿Cómo responde usted a las declaraciones de políticos en los medios de que a México se le está acabando el petróleo, así que hay que privatizar PEMEX antes de que suceda?

Gomezcaña Morales: El pico del petróleo es una realidad. El pico del petróleo es la caída del petróleo. El pico mundial ya viene en este año. En México también lo estamos viviendo para 2009. México deja de producir petróleo. No encontramos más yacimientos.

El problema es que no hay proyectos alternativos. Los pocos proyectos alternativos que puedan existir para energías alternativas se los están dando a los extranjeros. Y en el caso de México, esto va inscrito en el Plan Puebla-Panamá, aquí en La Ventosa, en lugar de que sea la compañía [4] que tiene bajo su mando un recurso estratégico para la energía eléctrica, que tiene la responsabilidad de invertir en la energía eólica en La Ventosa, en nuestro viento – aunque suene abstracto – se le otorga a particulares extranjeros como es Repsol para que instale sus molinos de viento en esta zona. Obviamente las ganancias no van a ser para México, las ganancias son para ellos, porque se las van a llevar los muy rateros. Incluso Repsol no tiene la infraestructura para realizar estos proyectos, Repsol subcontrata a otras empresas a nivel mundial, lo mismo que Halliburton y le siguen otorgando proyectos a Repsol y a Halliburton porque son los consentidos de los gobiernos neoliberales, específicamente el de México.

En México sucede algo muy importante. En ningún país del mundo se aceptaría el conflicto de intereses que existe con el Secretario de Gobernación de México. Es el hijo chiquito de Felipe Calderón, Juan Camilo Mouriño, tiene intereses clavados en las cuestiones energéticas de nuestro país. [5] Es español. Está promoviendo que en nuestro país inviertan los españoles. Ellos tienen intereses metidos, tienen las narizotas metidas aquí en México. Entonces, ése es el gran problema. [N. del T.: Entrevista realizada antes del accidente de aviación en el que falleció Mouriño]

Y el resumen es que existen dos proyectos completamente diferentes: el de nosotros los del Sur y los del Norte. Nosotros, los de abajo, y los poderosos. Los que defendemos todos nuestros recursos – uno de ellos es el petróleo – contra proyectos como el Plan Puebla-Panamá, y los que quieren lo nuestro.


NOTAS:

[1] El Proyecto SUMA es un plan amañado por EE.UU. y México para “sinergizar” las operaciones de PEMEX. La Unión Nacional de Trabajadores de Confianza de la Industria Petrolera, A. C., dice que llevaría al despido de trabajadores y reduciría a PEMEX a una compañía que simplemente administra contratos y carteras de inversión en la industria petrolera mexicana. También eliminaría la Oficina Corporativa de Ingeniería y Desarrollo de Proyectos de PEMEX, ostensiblemente para entregar el control de la ingeniería y desarrollo de proyectos al sector privado. El sindicato estima que entre 30.000 y 60.000 trabajadores serían despedidos según este proyecto.

[3] Costa Rica también tiene una compañía petrolera estatal, Recope.

[4] La electricidad también está nacionalizada en México bajo la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

[5] En 2002 y 2003, mientras trabajaba como asistente del entonces Secretario de Energía, Felipe Calderón,

Mouriño firmó por lo menos tres contratos de energía como representante oficial de la compañía mexicana de transportes de su padre Transportes Especializados Ivancar. Los contratos fueron por servicios suministrados a PEMEX. Andrés Manuel López Obrador, quien presentó los contratos a los medios, dijo: “Obtuvo contratos por millones de pesos otorgándolos directamente a fin de beneficiar los negocios de su familia.”

http://narcosphere.narconews.com/notebook/kristin-bricker/2008/11/battle-PEMEX-mexican-oil-worker-explains-energy-reform

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