Si Estados Unidos adopta tal medida para facilitar la elección indirecta del Presidente de ese país que funge como modelo de los oligarcas venezolanos, es absolutamente correcto; pero en Venezuela no, aunque no se trate siquiera de la elección de su Presidente, que es directa, igual que la de los demás cargos ejecutivos.
La abyecta sumisión al imperio, la fuga de divisas por incontables miles de millones de dólares que escapan cada año, mantener la pobreza, el analfabetismo y el desempleo por encima del 20 por ciento, es para ellos lo único honorable y limpio.
No me atrevería a emitir opinión alguna con relación a otro país de este hemisferio, si olvidara que somos hermanos y que Martí, quien luchó y murió por Cuba y por Nuestra América, dijo un día ante la estatua del Libertador Simón Bolívar: "Déme Venezuela en qué servirla: ella tiene en mí un hijo".
En el seno de ese pueblo hermano laboran 40 mil compatriotas altamente calificados que están dispuestos a dar su vida por el pueblo de Bolívar y junto a él corren por igual los riesgos de cualquier zarpazo imperialista.
No soy un opinante intruso en el país del ALBA.
Venezuela puede convertirse en un modelo de desarrollo socialista a partir de los recursos que las transnacionales extraían de su rica naturaleza y del sudor de sus trabajadores manuales e intelectuales. Ningún poder extranjero determinará su futuro. El pueblo es dueño de su destino y marcha en pro de los más altos niveles de educación, cultura, salud y pleno empleo. Es un ejemplo a seguir por otros pueblos hermanos de este hemisferio sin ponerse de rodillas: no desea marchar a remolque de un imperio que los saquea. Venezuela reclama con razón y dignidad, de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que diseñe una nueva estructura financiera internacional. Cuba la apoya en ese empeño.
Cuando se observan las noticias internacionales, parecería que la URSS se desintegró ayer. Como diría Stella Calloni, hoy lunes el aparato de terror mediático se desató. Después de la bruma, sin embargo, emergerá de nuevo la verdad.
Las elecciones de ayer constituyeron un gran salto cualitativo para el proceso revolucionario bolivariano en muchos aspectos que se pueden medir; no como dice el aparato de desinformación masiva: "Castro opina que la Revolución en Venezuela seguirá adelante a pesar de las elecciones". ¡No!, precisamente por el análisis de los datos fundamentales que reflejan los boletines del Consejo Nacional Electoral, veo con toda claridad la gran victoria obtenida.
Hubo datos precisos, victoria inobjetable de los candidatos a gobernadores en 17 de los 22 estados, todos pertenecientes al Partido Socialista Unido de Venezuela; mayor asistencia que nunca, 1,5 millones de votos más que los obtenidos por los candidatos de la oposición que aspiraron a ese cargo; 264 alcaldías de las 328 que tuvieron elecciones. No existe un partido de oposición; existe una suma de opositores con media docena de partidos, y transparencia total. Por eso dije y reitero que la llama de la Revolución será muy difícil de apagar en Venezuela.
Fidel Castro Ruz
Noviembre 24 de 2008
6 y 35 p.m.
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