viernes, enero 16, 2009

Derecho a la información, sepultado bajo siete llaves

Conjeturas
Por Alvaro Cepeda Neri

Diputados y senadores que integran la dictadura de la mayoría, contra la que tanto nos previene Tocquevielle en su clásico La democracia en América, aprobaron contrarreformas penales autocráticas al Código Federal de Procedimientos Penales (Art. 16), para impedir la información sobre investigaciones en marcha del Ministerio Público Federal (léase PGR, donde la democracia-republicana ha tenido un dique panista) y las ya concluidas, durante un período de tres a doce años.

El autoritarismo del PAN, apoyado por PRI y PRD (de este despedacerío de partido, apoyó la facción de Los Chuchos), logró derogar de facto el Art. 6 constitucional en lo que corresponde a sus recién aprobadas (¡por los mismos legisladores!) siete fracciones que amparaban el derecho a la información.
Donde se establece, ya como letra muerta, que prevalecerá “el principio de máxima publicidad”, de todo aquello que quieran saber los mexicanos en relación a los actos y omisiones de todos los funcionarios federales, empezando por el Presidente de la República en funciones, hasta el último servidor público, de los tres poderes de la Federación. Pero no será así.
Lo que impera es la mínima información y así, los integrantes de la administración pública federal, encabezada por el titular del Poder Ejecutivo; los legisladores del Congreso General y demás funcionarios, ya de por sí protegidos por una serie de limitaciones para informar sobre sus actividades, cuando sean objeto de averiguaciones en la PGR, estarán a buen recaudo y nadie podrá (salvo filtraciones) enterarse de ellas.
No habrá acceso a las averiguaciones previas ni cuando estén ya concluidas para archivarlas o mantenerlas bajo reserva e incluso cuando hayan sido consignadas ante los tribunales. Se trata de poner bajo siete llaves el derecho a la información, cada vez más acotado y sitiado por restricciones, para que no tengamos conocimiento de lo que cocinan en secreto los funcionarios federales.
Y como lo que hace la mano hace la tras, los gobernadores, presidentes municipales y el Jefe de Gobierno del Distrito Federal, también sepultarán la transparencia de sus actos y apretarán más los estrechos conductos para acceder a la información.
Panistas, perredistas del chuchismo y priístas no quieren trabajar en casa de cristal. Han decidido hacerlo de espaldas a la opinión pública. Ocultar los resultados de sus gestiones y sobre todo cuando son malas decisiones. La PGR es una cueva moderna de Alí Baba, para guardar lo que hacen sus agentes y así mutilar a la democracia para que carezca del derecho a la información y los secretos sean el santo y seña de los gobernantes.
Por ahora éstos han hecho reversible la conquista de la máxima publicidad, para dar paso a la mínima información con cero transparencia. Menos democracia y más autocracia, en vísperas de los centenarios de las dos Revoluciones (la de 1810 y 1910), que fueron para darnos el principio de “resolver con más democracia los problemas de la democracia”. Y no al revés.
cepedaneri@prodigy.net.mx

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