martes, enero 20, 2009

La Iglesia "toma" la cuna de la Constitución


Después de su Encuentro Mundial de las Familias, en el que participó con entusiasmo el presidente Felipe Calderón, la Iglesia católica dio un paso más en su pugna por obtener más derechos políticos y educativos. Como casualmente, organizó para el lunes 19 un acto "cultural" en el Teatro de la República de la ciudad de Querétaro, en una especie de "toma" de una de las sedes históricas del laicismo mexicano. Nada más y nada menos, donde se promulgó la Constitución de 1917.

El gobierno panista de Felipe Calderón le prestó a la Iglesia católica el Teatro de la República de Querétaro -icono del Estado laico y donde se promulgó la Constitución de 1917- para realizar un encuentro de intelectuales y académicos de todo el país, este lunes 19, con el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone.El acto surgió de una iniciativa de la Santa Sede y será organizado por la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), que desde hace tiempo pide cambios constitucionales para penalizar el aborto, dar instrucción religiosa en las escuelas públicas, manejar medios de comunicación masiva y lograr que los ministros de culto tengan acceso a cargos de elección popular, entre otros objetivos. De esta manera, el cardenal Bertone -el segundo hombre más poderoso de la curia romana- cerrará el VI Encuentro Mundial de las Familias, celebrado en la Ciudad de México la semana pasada y en el cual se reforzó la postura de la Iglesia contra el aborto y las uniones entre personas del mismo sexo. Pero además, el acto del enviado papal se realizará pocos días antes del aniversario de la Constitución Mexicana, el 5 de febrero, en ese histórico teatro queretano y en vísperas de los festejos nacionales por el Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución Mexicana. La Iglesia le encomendó la organización del encuentro al doctor en filosofía y director del Centro de Investigación Social Avanzada (Cisav), asentado en Querétaro, Rodrigo Guerra López, quien comenta:"El encuentro surgió de una petición de la Santa Sede al episcopado mexicano. El cardenal Bertone pidió reunirse con el mundo de la cultura en un lugar fuera de la Ciudad de México. Después, durante la asamblea plenaria del episcopado de noviembre pasado, los obispos discutieron la petición y finalmente se escogió la ciudad de Querétaro. Supongo que fue simplemente por su cercanía con la Ciudad de México; ignoro si hubo otra razón."
-¿Y por qué el Teatro de la República?
-Porque en Querétaro todos los eventos relevantes en el ámbito del arte, la cultura y la academia se realizan en ese teatro. Es la sede cultural de la ciudad.-Sin embargo, el teatro es un recinto con mucho significado para el Estado laico. Ahí se firmó la Constitución. Algunos sectores protestarán por ese encuentro de la Iglesia...
-Sí, así es, se sentirán agraviados. Pero ya pasaron los tiempos en que los católicos creíamos en modalidades de un Estado confesional. Hoy, los católicos no sólo tenemos que colaborar para construir, sino también para defender la laicidad del Estado. "El Papa Benedicto XVI y el cardenal Bertone insisten en que una propuesta fundamental de la Iglesia es el diseño de un Estado laico. Es el único modelo que puede separar la realidad religiosa de los intereses de poder, que son legítimos, pero distintos de aquélla." Guerra asegura que, lejos de una "intencionalidad política, el tema del encuentro será preguntarnos qué significa ser cristiano en la sociedad contemporánea, de manera que los juegos de poder en el ámbito partidista, o en otros ámbitos, ni siquiera serán temas de discusión. Antes de comprometernos en proyectos políticos, debemos tener bien clara nuestra identidad".
Acuerdo de poderes
Ese acto "cultural" cristiano se realizará ni más ni menos que en el lugar donde, en 1854, se estrenó el Himno Nacional y donde en 1867 se reunió el consejo de guerra que sentenció a muerte al emperador Maximiliano y a los generales imperialistas Miramón y Mejía. En el Teatro de la República tuvo lugar años más tarde el Congreso Constituyente, y el 5 de febrero de 1917 se promulgó la Constitución que le quitó prebendas al clero y sigue rigiendo al país.
-¿No han tenido obstáculos para realizar el encuentro en el Teatro de la República? -se le pregunta a Rodrigo Guerra.
-No, ninguno. Es más, hará unos seis meses se realizó ahí la convención nacional de los Caballeros de Colón. El teatro es una instalación pública que se presta para actividades musicales, académicas y culturales. El mismo derecho que tienen para expresarse distintas opciones políticas, denominaciones religiosas o grupos con distintas preferencias sexuales, lo tenemos también los católicos. Indica que el encuentro tiene el aval del gobierno de Querétaro, encabezado por el mandatario panista Francisco Garrido Patrón, así como la autorización del alcalde de la ciudad, el también panista Manuel González Valle. "Con el gobierno del estado sacamos el permiso para realizar el evento, directamente con la Secretaría de Gobierno", dice Guerra López.Y detalla cómo se realizará el acto, que tendrá tres horas de duración, de las 11 de la mañana a las dos de la tarde: "Dará la bienvenida el obispo de Querétaro, don Mario de Gasperín y Gasperín. Después, el presidente del episcopado, monseñor Carlos Aguiar Retes, dirigirá unas breves palabras para explicar el significado del evento. Luego yo hablaré sobre la experiencia que tenemos los católicos en el mundo de la cultura, la ciencia y la academia."Ya después vendrá la intervención principal, que pretende ser larga, del cardenal Tarcisio Bertone. Seguirán las preguntas de los asistentes. Y finalmente la despedida, a cargo del arzobispo de Morelia, don Adolfo Suárez Inda. Hasta el momento no está contemplado ningún mensaje del Papa."
-¿Quiénes serán los invitados?
-Alrededor de 500 académicos e intelectuales, principalmente de la Asociación Mexicana de Instituciones de Educación Superior de Inspiración Cristiana (AMIESIC), que aglutina a universidades católicas como la Anáhuac, La Salle y la Iberoamericana. También estarán presentes académicos de centros educativos cristianos afiliados a la Confederación de Escuelas Particulares.
-¿Se invitó a académicos de universidades públicas?
-Sí, por supuesto. Participará la UNAM, donde fundamos hace más de un año la red Fe y Razón, conformada por académicos que desean confrontar su ejercicio científico con su fe. Espero tener la oportunidad de explicarle este asunto al cardenal Bertone.
Señala el doctor Rodrigo Guerra que además se invitó a algunos funcionarios del gobierno estatal, entre ellos al gobernador Garrido Patrón y al alcalde González Valle. Lo mismo al secretario de Gobierno, Alfredo Botello Montes, identificado como un miembro prominente de la organización secreta El Yunque en el estado, donde colabora bajo el seudónimo de Paul Queres.El encuentro estará custodiado por elementos del Estado Mayor Presidencial, que enviará Felipe Calderón para darle seguridad al cardenal Bertone.Para Roberto Velázquez, especialista en las relaciones de la Iglesia con el Estado mexicano e investigador en el Archivo Secreto del Vaticano, es claro que el acto "tiene todo el apoyo del gobierno federal, estatal y municipal".
-¿Fue planeado meticulosamente por la Santa Sede y el gobierno mexicano?-Desconozco los detalles, pero supongo que así fue porque la diplomacia vaticana trabaja de esa manera. Incluso pudo haber intervenido Luis Felipe Bravo Mena, quien hasta hace poco era nuestro embajador ante la Santa Sede y ahora trabaja muy estrechamente con el presidente Calderón.
-¿Qué significado tiene el hecho de que el encuentro se celebre en el Teatro de la República?
-Bueno, el recinto es un icono del laicismo. Y es el lugar donde, cada sexenio, los presidentes de la República van a justificar su proyectos de nación y a rendir tributo a nuestra Constitución de 1917. Ésta fue elaborada por un congreso constituyente, conformado por villistas, carrancistas y obregonistas, que le cobró cara la factura a la Iglesia católica por apoyar al régimen de Victoriano Huerta. Con la Constitución, se consolidó la separación del Estado y la Iglesia, y ésta quedó reducida a nada."De manera que hoy se está marcando un parteaguas, con una ceremonia presidida nada menos que por el hombre más importante del Vaticano después del Papa. Estamos presenciando la reivindicación de la Iglesia católica y del panismo en el poder, la consolidación de un nuevo proyecto de nación. Es un hecho inédito en la historia reciente del país."
-¿El encuentro viola alguna ley?
-No, no viola ninguna norma interna ni ningún tratado internacional. Se realiza dentro del marco de derecho que se les permite a las iglesias, puesto que es un evento cultural y académico auspiciado, eso sí, por la Iglesia católica, a la que el régimen salinista le reconoció su personalidad jurídica."El acto es también un preámbulo a los festejos que el gobierno prepara para el año próximo, cuando se conmemorará el Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución Mexicana: los dos grandes acontecimientos que dieron origen a la nación mexicana. "Al realizarse (el encuentro) en el Teatro de la República, la Iglesia está enviando un mensaje sobre todo al Poder Legislativo, el único que puede modificar la Constitución en los términos que ella quiere. Y bueno, el evento en Querétaro cierra con broche de oro el Encuentro Mundial de las Familias, en el que se reforzó la concepción que la Iglesia tiene sobre la familia."
El presidente católico
Efectivamente, del miércoles 14 al domingo 18, bajo el auspicio del Vaticano, en la Ciudad de México se realizó el VI Encuentro Mundial de las Familias, en cuya inauguración participó Felipe Calderón con un discurso en el que se refirió a México como "la tierra de María Guadalupe y de San Juan Diego, también de los mártires de la persecución y del primer santo mexicano, que es además mi patrono, San Felipe de Jesús".De pie en el estrado -ante un atril con el escudo de la República-, el presidente se enorgullecía de su formación católica con los "hermanos maristas, las misioneras del Espíritu Santo y las hermanas del Verbo Encarnado".Lo escuchaban los miles de asistentes que abarrotaban el salón plenario de Expo-Bancomer, la ultramoderna mole de acero y cristal que cobijó el encuentro. Ahí estaban también dirigentes y miembros de las principales organizaciones de laicos católicos: Caballeros de Colón, movimiento Regnum Christi, Comité Nacional Provida, Unión Nacional de Padres de Familia..."¡Viva nuestro presidente católico!", vitoreaban, e interrumpían con aplausos el discurso de Calderón.Las primeras filas eran ocupadas por cardenales y obispos de distintos países. Solemnes, de negro riguroso y púrpura. Más atrás, había también muchas monjas y sacerdotes.Calderón llegó acompañado de su esposa, Margarita Zavala. Ambos se sentaron en el presídium, al lado del cardenal italiano Ennio Antonelli, presidente del Pontificio Consejo para las Familias; de Carlos Aguiar Retes, presidente del episcopado mexicano; y de Norberto Rivera, arzobispo primado de México. Las banderas de México y el Vaticano, a las espaldas de los jerarcas y el mandatario. Se cantó el Himno Nacional. Todos los católicos de pie y en posición de firmes. Dos pantallas gigantes trasmitían los close ups de Felipe Calderón, vestido de traje gris y corbata roja a rayas.Una ausencia era notable: la del Papa Benedicto XVI. Lo invitó Calderón al evento, lo invitó el episcopado y lo invitó la arquidiócesis de México... Pero el pontífice se negó a venir.Desde el atril con el escudo nacional, Calderón dio un trago a su vaso de agua, mandó un saludo al Papa y dijo: "La verdad es que lo extrañamos en México. Aquí lo vamos a seguir esperando con los brazos abiertos".Por su lado, y delante de Calderón, monseñor Aguiar Retes criticó en su discurso las leyes que despenalizan el aborto, al señalar que son "legislaciones civiles contrarias a la familia" y que "amenazan el futuro de los pueblos".En su intervención Norberto Rivera aclaró que el encuentro se regiría por la premisa de que la familia es fruto del "matrimonio indisoluble entre un hombre y una mujer", con lo que excluyó a las uniones entre personas del mismo sexo. Termina el acto inaugural. Se escuchan los acordes del Himno a la alegría. Calderón y Zavala bajan del estrado. Con lentitud, caminan entre las vallas rumbo a la salida, estrechando manos de eufóricos asistentes.Y vuelven los vítores: "¡Gracias, Margarita!"... "¡Saludos a tus hijos!"... "¡Viva nuestro presidente católico!".Al día siguiente no faltaron los inconformes que censuraron la participación del presidente. Los grupos parlamentarios del Partido de la Revolución Democrática, del Trabajo, de Convergencia y Nueva Alianza aseguraron que Calderón "cometió una violación flagrante al Estado laico, así como un exceso que va en contra de su obligación de respetar la Constitución". Mientras tanto Armando Martínez, presidente del Colegio de Abogados Católicos y principal encargado de darle forma jurídica a los reclamos de la Iglesia, sigue cabildeando en el Congreso para que se modifiquen sustancialmente los artículos 3, 14, 24 y 130 de la Constitución.El objetivo es conseguir una plena "libertad religiosa" para que los ministros de culto accedan a cargos de elección popular, la Iglesia tenga medios de comunicación masiva y pueda dar instrucción religiosa en las escuelas públicas. De igual forma, se pretende que la Constitución proteja "el derecho a la vida desde el momento de la concepción" y que un porcentaje de los impuestos que recauda el Estado se destine a las arcas eclesiásticas...
Ante la reunión en el Teatro de la República y a un año de los festejos patrios de 2010, dice Rodrigo Guerra:
"Actualmente, la Iglesia católica en México trata de releer la historia nacional: ni todos los conservadores eran hijos de la Iglesia ni todos los liberales eran excomulgables. Al contrario, hubo realmente valores evangélicos en el proceso de la Independencia y luego en la Revolución Mexicana."Y reitera, por último, que con el encuentro católico no se intenta socavar al Estado laico: "El acto en el Teatro de la República contribuirá a preservar y fortalecer al Estado laico, pero no para que sea un Estado antirreligioso, sino un Estado protector de libertades". l

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