Ricardo Andrade Jardí
Mientras la telecracia discute la "idea" de que el presidente, ¿cuál?, ¿el usurpador o el legítimo?, intervenga ¿verbalmente? en el proceso electoral, como en todas las "democracias", lo que supone que, según su "análisis", México no es una democracia, mientras discute sugerir prohibir la participación de AMLO porque sería lo mismo que reconocerlo como lo hacen millones de mexicanos como Presidente Legítimo de México, lo que no es algo que requiera de mucha inteligencia, que sabemos no es una virtud de la televisión comercial mexicana, en fin, mientras la telecracia impone su visión "oficial" de porqué ¿el presidente? debería poder intervenir con sus preferencias electorales en plena campaña, el usurpador fecal, sugiere que los que más han "recibido" aporten más, sea lo que sea que esto quiera decir, en tanto el senador Beltrones sugiere que sea el fondo de pensiones, es decir, el ahorro de los trabajadores mexicanos, el que sirva de escudo para amortiguar la crisis mundial inducida por los grandes empresarios y banqueros. ¡Ni hablar! Que sean los mal pagados trabajadores y sus "ahorros" los que sigan garantizando los millonarios e inmorales sueldos de la partida de cretinos que se hace llamar "representantes populares", aunque para estas alturas sólo representen a la telecracia, verdadero poder de facto que nos "gobierna", culturalmente, pues, el poder político y económico es el que se está disputando en las redes del crimen organizado (narcotráfico, pederastia, turismo sexual, contrabando, piratería, banca, casas de bolsa, afianzadoras, aseguradoras, pornografía, etc.), con toda la violencia que eso supone ante un desgobierno federal sin legitimidad y chantajeado por el empresariado chatarra y completamente rebasado y atrapado por la mentira de su discurso y por la realidad financiera global.
Al tiempo que Zedillo, mejor conocido como "Lopitos", hace su aporte al discurso político, aporte que nada tiene de nuevo, pero sí de novedoso, viniendo de un sujeto que saqueó al país, que reventó al Estado, que desmanteló la industria nacional, siguiendo el manual de la "Democracia Corporation S.A.", impulsada por el hoy socialdemócrata priísmo del tecnócrata chupacabras Carlos Salinas de Gortari: "legalizar el consumo de marihuana" propone el expresidente, que siendo todavía presidente se garantizó el empleo chatarra, en ferrocarriles transnacionales, a los que siendo mandatario de México remató los ferrocarriles nacionales. Proponen seis ex presidentes latinoamericanos, entre ellos "Lopitos", que antes se negaron a entender ese argumento, al tiempo que su supuesto combate al narcotráfico abrió las redes de IMPUNIDAD y corrupción que hoy hace de nuestro continente y en particular de México una de las geografías más peligrosas y violentas del planeta.
Para terminar con el rentable negocio de la droga y la violencia que genera, es urgente, efectivamente, debatir su legalización y las normas de la misma, obligar al Estado y al sector privado a invertir en verdaderas campañas de prevención de gran escala y en la oferta de alternativas de vida digna que combata eficazmente la adicción y el consumo. Pero el Estado no puede seguir rigiendo sobre la libertad de consumo y menos aún cuando el Estado no sólo no prohíbe otro tipo de droga chatarra, sino que la promueve con el nombre de "alimento", sin valor nutricional y con sustancias activas que en sus efectos en nada se diferencian de las drogas duras y que el sector público tolera pese a que son identificables muchos padecimientos crónicos debidos al consumo de estos productos "legalmente" aceptados y "moralmente" tolerados, por no hablar del daño medioambiental que su elaboración y desecho produce.
Muchas son las cuentas pendientes del ex secretario de Educación salinista, muchas: el FOBAPROA, primero que nada, pero no le falta "razón" cuando propone la posibilidad de abrir el debate sobre la legalización del consumo de cuando menos algunas drogas. Pero el debate necesario es aquel debate que apele a la razón y a la lógica y no a la doble moral de una sociedad que condena la marihuana, por ejemplo, pero retaca los biberones de los recién nacidos y los vasos de niños con: "la chispa de la vida", poniéndonos entre los países con mayor obesidad y diabetes infantil, entre otros males prevenibles con una buena alimentación, es decir, con una alimentación sin Cola, sin Bimbo y sin Sabritas, entre otros dudosos productos "alimenticios".
Entre la norma mexicana que permite que Bimbo venda pan, sin serlo, y legalizar el consumo personal de algunas drogas, versa una parte del debate urgente hacia una nueva ética como país en México.
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