lunes, marzo 16, 2009
Nunca te me aserpes ni te me a Forbes
En los tiempos de diazordacistas era muy moral y muy decente echarle la culpa de los males de la patria a grandes complós del comunismo internacional, algo que sin duda era cierto y que justifica los actos humanitarios que ejecutó con tanta puntualidad y de las que tanto se sintió orgulloso don Gustavo, en particular los del 2 de octubre de 1968. Por eso no debería resultarle tan asombroso a los histéricos y los catastrofistas que el gobierno calderónico haya detectado nuevos complós venidos del extranjero para acabar con la honra y el buen nombre de nuestro mexiquito lindo y querido. Todo es tan maravilloso, tranquilo y utópico en este lado del paraíso, que sin duda es una infamia que la revista Forbes —qué digo revista, ese pasquín de poca monta—, se haya atrevido a colocar al Chapo Guzmán, ese bandido, en su lista de los más ricos del mundo. Y, peor aún, compartiendo en tan exclusivo club donde se suponía que se reservaban el derecho de admisión, con nuestros multimillonetas, gente proba, sensible, sacrificada y patriota.
¡Oh, Dios, qué vergüenza!
Por eso me parecen comprensibles las coléricas reacciones del mainstream político, que con toda razón acusaban a Forbes de estar al servicio del crimen organizado. ¿Qué intereses inconfesables están detrás de esta designación? ¿Con tal de joderle la imagen a México de tierra tranquila, justa y serena le entregarán al señor Guzmán un Grammy por sus contribuciones al género del narcocorrido, o un Oscar por su papel protagónico en Temporada de narcos, o un Tony por la puesta en escena de Dulce caridad?
Miserables, canallas. A quién le importan que Stanford le haya estafado mil millones de dólares a un nutrido grupo de mexicanos (ya están grandecitos, dijo oscuro subsecretario de Hacienda), cuando se construye una conjura de los necios contra este nada despreciable país. O cómo nos va a interesar que le aumentaron dos pesos al kilo de tortilla que de por sí son de 800 gramos, o que los auditores encontraran más irregularidades en la Enciclomedia foxista (supongo que escribieron cajón con G), o que el Edomex y el DF encabecen los récord de feminicidios.
Hay prioridades.
Por eso, como soy, creo en sus palabras, solicito a Jelipillo que me lleve de tour por el México profundo para confirmar que no hay ingobernabilidad ni Estado fallido. Claro que si García Luna nos organiza un montaje como el de la Cassez, tampoco lo tomaría a mal. Digo, no vaya a ser la de malas.
¿Qué nos falta, ver al Chapo en la portada del Playboy?
jairo.calixto@milenio.com
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