María Teresa Jardí
Qué tendrán que ver Epitafios, el chupacabras y el Ejército Nacional con la influenza, se preguntarán ustedes, mientras que yo habría querido añadir, pero se habría alargado demasiado el título, a las vacas locas, a los cerdos acatarrados y a los pollos agripados. Con Epitafios, la serie argentina de novela negra, además de por lo que toca a lo enajenante que es también la telebasura cuando es buena, el que aquí la novela negra ha pasado a ser forma cotidiana de vida.
Epitafios es lo que colecciona el PAN. Epitafios en las tumbas de los miles de ejecutados. Epitafios en las de los cientos de mujeres impunemente asesinadas. Epitafios, de los muchos, que no alcanzan ni siquiera a descansar en una tumba, de los que apenas logran ser un pequeño recuerdo en el gran epitafio del país que se llama Impunidad para proteger a los corruptos políticos que usurpan las instituciones, a las que se les ha desarmado la estructura ética que propicia el funcionamiento de las repúblicas que no se conforman con pasar a ser un número entre las más bananeras maneras de desgobernar concebidas por el hombre.
Epitafios a los que suman unos cuantos y a los que se sumarán cientos, y bien haríamos en pedir unidos el milagro, ya que no podemos hacer otra cosa, de que no sean cientos de miles los muertos, de entre la inmensa mayoría de mexicanos amenazados de muerte, no por una vaca loca o un cerdo acatarrado o un pollo con gripa, no, merced a que en manos de frívolos sin preparación y ocupados sólo de la elecciones, como su única y pequeña mira y como consecuencia lógica de la llegada usurpando y no de manera legítima, como bien señalaba ayer el maestro Gilberto Balam Pereira, está el derecho a la salud, cancelado, al pueblo mexicano. Sí, los epitafios han pasado a ser parte importante en la vida de todas las familias mexicanas desde la llegada de la derecha panistas, tan fascista.
Pero como además es un golpe mediático aterrorizante el del cierre de todas las escuelas, de jardín de niños llegando hasta las universidades, en la capital de la república y en el Estado de México, anunciado a media noche, cuando los hombres y mujeres comunes y corrientes duermen, no puede dejar de llevarnos a la pregunta, que me hago yo, desde que leo la nota en POR ESTO! el viernes muy de mañana, que es lo primero que veo al encender la computadora, sobre qué nueva amenaza de tragedia nos estará anunciando el cierre de escuelas de manera soterrada como plus adyacente.
Qué nueva sorpresa maligna nos depara el fecalismo capaz de llegar a ese extremo de generación de miedo y haciendo correr la alerta a través de estresados comunicadores radiales, sin análisis de contenido, y, aunque no veo, deduzco, que peor será aún la de los televisivos, invitando incluso a que dejen de acudir al trabajo los padres y las madres que no tienen manera de acomodar, en tan corto lapso de horas, a sus hijos menores.
No sé ustedes, pero yo no puedo dejar de preguntarme en qué jugarreta estarán pensando imponernos y al seguir analizando las noticias, que claro tienen que ver con el estado fascista que es en lo que se convierte todo estado policíaco, me voy enterando también del obvio descontento del Ejército Nacional al que ponen un límite absurdo de tiempo en la calle y al que quieren poner bajo las manos de un civil, tan decentes, los panistas, que hasta a García Luna mantienen en el puesto, cuando no están reviviendo a sujetos como Tello o comiendo y retratándose, beso de por medio, con la esperpéntica Gordillo.
Y pienso en lo tan convenientemente útil que es la influenza para la irredenta derecha usurpadora, como el chupacabras lo fue para Carlos Salinas, y me queda claro el porqué se da a conocer el cierre de escuelas de manera generadora, entre los mexicanos, de la grave e incontrolada oleada de pánico.
16 muertos, hasta ahora (viernes 24 de abril), dice el usurpador empleado encargado de la salud de los mexicanos, por la cabeza usurpadora del Ejecutivo federal, porque usurpador es también el que sirve a quien usurpa porque como cualquiera sabe el fraude legalizado no convalida la calidad de usurpador del que no obtiene el triunfo en las urnas. 16 muertos me dice un experto, no justifican ni aquí ni en China, con muchos más millones de personas, el cierre de las escuelas de jardín a universidad de una capital del tamaño de la nuestra y menos aún cuando decenas más mueren de una diarrea cada día.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario