Ramón Alberto Garza
Dossier Índigo
Genaro García Luna está obligado con la sociedad a explicar el origen de los recursos con los que construye su nueva casa en Jardines de la Montaña.
Como secretario de Seguridad, no basta que se organice un road show mediático por media docena de radiodifusoras y periódicos para tirarse al piso y, con el aval de algunos comunicadores que le sirven como tapete, decirse víctima de una conspiración.
Mucho menos poner de escudo a su esposa e hija para invocar, en nombre de una intimidad mal entendida, que nadie tiene derecho a cuestionarle de dónde salieron los dineros para edificar la nueva propiedad.
El planteamiento hecho desde Reporte Índigo hace una semana es muy claro. Con los documentos oficiales a disposición, no existe forma de justificar el gasto viniendo de su solo ingreso como jefe de la seguridad nacional. Ni la declaración patrimonial, como tampoco la declaración fiscal que hoy se revela en la misma publicación electrónica, le conceden suficiente ingreso. No para comprar un terreno en esa colonia y una construcción como la que está levantando.
Hasta hoy el cuestionado jefe policiaco sólo se limita a decir que vendió la casa en donde actualmente vive para pagar la nueva. Y que el faltante lo cubrió con una hipoteca.
Quisiéramos creerle. Pero en su última declaración patrimonial consta que de su casa adquirida en 7.5 millones de pesos aún debe más de 6.5 millones.
Esto significa que si la vendió, debió pagar con ese dinero la hipoteca que pesaba sobre la actual casa. Es decir, apenas rescató unos 700 mil pesos a favor más la revaluación de dos años de haberla comprado.
Bajo esa realidad, sólo el terreno de la nueva casa, de más de 400 metros a un costo de 16 mil pesos el metro cuadrado, necesita una hipoteca de un monto igual al de la casa en la que hoy vive, y que dice que ya vendió.
Entonces, toda la construcción debe ser un nuevo préstamo, sobre la hipoteca que debió sacar para comprar el costoso terreno. Pero en el Registro de la Propiedad no existe anotación de hipoteca al margen.
Pero concediendo un descuido, si así fuera no hay forma de pagar esa doble hipoteca. Su monto —terreno y casa— sería cercano a los 20 millones de pesos. Y esa deuda no se puede pagar con un sueldo que de acuerdo a su declaración fiscal apenas supera los 250 mil pesos mensuales, menos impuestos.
Por eso García Luna tiende cortinas de humo. Como la que armó el viernes pasado cuando pretendió sorprender con un presunto intento de secuestro a su esposa y a su hija. Un montaje a la Florence Cassez, parte II.
Eran reporteros de la televisora por cable TVC. Fueron detenidos contra sus derechos más elementales, humanos y de libertad de expresión, para ser liberados 15 horas después, sin siquiera un usted disculpe.
Por eso ante el fallido complot el secretario de Seguridad salió de gira mediática. Para tratar de echarle tierra a algo que hoy no puede explicar y para lamentar que “la infamia” reveló su domicilio.
Como si se tratara de un secreto de Estado que no está inscrito en las hipotecas, o en los documentos oficiales de un terreno que está públicamente registrado a su nombre.
Y es que bajo ese absurdo supuesto, alguien tendría que estar preparando ya la mudanza del presidente Felipe Calderón de Los Pinos. Todos ya sabemos dónde vive.
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