México SA
*Cambian previsiones del clima tropical al frío europeo
*México vence en peores resultados
*¿Guerra sucia, humor negro o premonición?
*Cambian previsiones del clima tropical al frío europeo
*México vence en peores resultados
*¿Guerra sucia, humor negro o premonición?
El Limosnero (FECAL) y su garrote (Zapatero)
Parece que los aires londinenses sacudieron la deteriorada neurona del gobierno calderonista, pues su terca cuan irreal expectativa sobre la economía mexicana cambió de un día para otro (del tequilero Medellín a la refrescante capital inglesa), pues la Secretaría de Hacienda ya no se aferra a que México registrará este año un crecimiento económico positivo” (Carstens dixit en la ciudad colombiana; ver México SA del pasado 30 de marzo), sino que ahora reconoce, en pleno periplo por la tierra de Isabel) una caída de cuando menos 2.8 por ciento en 2009.
En Medellín, el doctor “catarrito” celebraba, con una “edición exclusiva de 120 botellas” de tequila reposado, la designación de Cancún como la sede de la asamblea 2010 del Banco Interamericano de Desarrollo; en Londres, el crédito del Fondo Monetario Internacional que “blindará” a la “blindada” economía mexicana. El problema es que de una ciudad a otra, de un clima tropical a los fríos europeos, la calculadora del fallido beisbolista reaccionó en sentido contrario: del “México registrará este año un crecimiento económico positivo” pronunciado en el cálido clima colombiano, al México registrará una caída de 2.8 por ciento en 2009.
A ciencia cierta no se sabe si las estimaciones de la Secretaría de Hacienda dependen del clima, el humor o el tequila reposado, pero si nos atenemos a la más reciente de ellas, entregada formalmente el miércoles muy noche a la Cámara de Diputados, el gobierno calderonista se vio en la penosa necesidad de aproximarse a la realidad económica del país y, por ende, reducir, una vez más, su proyección sobre el “crecimiento” en el presente año, dado lo profundo de la crisis, o lo que es lo mismo, lo que todos de tiempo atrás sabían.
Así, del originalmente previsto 3 por ciento de crecimiento económico en 2009, pasó a 1.8 por ciento; de allí a cero por ciento; en Medellín reconsideró y se apresuró a pronosticar un “crecimiento positivo”, para 24 horas después reconocer una caída de cuando menos 2.8 por ciento, no sin antes difundir la nota feliz de que en 2010 “creceremos 2 por ciento” (SHCP: Documento relativo al cumplimiento de las disposiciones contenidas en el artículo 42, fracción I, de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria 2009), aunque no explica cómo.
Con las nuevas proyecciones del doctor “catarrito” y técnicos que lo acompañan, se llega a la siguiente conclusión: la tasa anual promedio de “crecimiento” económico en México sería de un raquítico 0.92 por ciento en cuatro años de calderonismo (2007-2010), la peor, para un periodo igual, desde tiempos del inefable Miguel de la Madrid, cuyo promedio fue -0.25 por ciento. El “logro” del actual inquilino de Los Pinos sólo es equiparable al de Alvaro Obregón (0.98 por ciento) entre 1921 y 1924, es decir, 85 años atrás, cuando el país también estaba en crisis.
Lo anterior, desde luego, en el lejano caso de que se cumplan las idílicas expectativas del gobierno calderonista para 2009 y 2010, porque la cosa pinta mucho peor, pero en cualquiera de los casos con dicho resultado (0.92 por ciento) obvio es que nadie puede “vivir mejor”, como asegura el bombardeo propagandístico del inquilino de Los Pinos.
Para dar un punto de comparación, hay que ver cómo se comportó la economía mexicana en los primeros cuatro años de los seis gobiernos anteriores (todos con devaluación y crisis, y algunos con mega crisis). Va la tasa anual promedio alcanzada por: Vicente Fox, 1.5 por ciento; Ernesto Zedillo, 2.65; Carlos Salinas, 4.26; Miguel de la Madrid, -0.25; José López Portillo, 7.82; y Luis Echeverría, 6.4. De hecho, administraciones como las de Miguel Alemán y Adolfo Ruiz Cortines (con devaluaciones superiores a 50 por ciento en cada una) los resultados para un mismo periodo fueron infinitamente superiores a los de Calderón: 5.72 y 6.41 por ciento, respectivamente.
Entonces, para que Felipe Calderón cumpla con una de sus promesas de campaña (5 por ciento de crecimiento promedio anual durante su sexenio) y con lo establecido en el Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012 (la misma proporción), la economía mexicana tendría que reportar un incremento del PIB no menor a 15 por ciento en 2011 y una proporción igual en 2012, si es que quiere alcanzar ese 5 por ciento comprometido. Así, sumen la anterior al de por sí grueso inventario de FC de promesas incumplidas.
Mientras él y Carstens celebran el “blindaje” referido, hay noticias que reflejan lo bien que va el modelo económico mexicano: Haití, nuestro sempiterno competidor en lo que se refiere al peor crecimiento económico en América Latina y el Caribe, se aleja peligrosamente de su rival, México, y en este caótico 2009 ocupará el escalón número 13 en el contexto latinoamericano, con 0.5 por ciento de crecimiento.
Así, México resulta el indiscutible vencedor en eso del peor comportamiento regional, al ocupar el escalón 20 de 20 posibles (el último, pues) de acuerdo con la proyección que ayer hizo circular la Cepal. Brasil se estaciona en la penúltima posición, con una caída de uno por ciento, y arriba de él se colocan Costa Rica y Paraguay, con un descenso en sus respectivas economías de 0.5 por ciento. Son los únicos países de la región que reportarán caída en sus economías.
En sentido contrario, sin “blindaje” ni “líneas de crédito”, Panamá reportará un crecimiento de 4 por ciento, ocupando la primera posición latinoamericana; le siguen Perú (3.5 por ciento), Cuba y Bolivia (3) y Uruguay (2.5 por ciento), proporciones que en tiempos de crisis representan un verdadero bombón. Cuatro países reportarán un crecimiento de 1.5 por ciento en 2009: República Dominicana, Honduras, Guatemala y Argentina; uno por ciento Nicaragua y Venezuela; Colombia, Haití y El Salvador, 0.5 por ciento; Ecuador y Chile redondean el panorama, con cero por ciento.
México, pues, con su “blindaje”, su “línea de crédito”, su “sólido” navío de “gran calado” y su “envidiable equipo económico y financiero”, último lugar latinoamericano en crecimiento, o lo que es lo mismo, realidad contra discurso oficial.
Las rebanadas del pastel
Ahora que la propaganda electoral está a la orden del día, no sé por qué viene a la memoria aquel espot panista transmitido por los medios electrónicos a mediados de 2006, el cual advertía (en off una voz de sepulturero): si gana el contrincante, “aumentará la deuda, habrá devaluación y crisis; ¿quién puede salvar a México”... y sonriente aparecía el mismísimo Felipillo. Tres años después, uno se pregunta: ¿esa propaganda blanquiazul fue guerra sucia, humor negro, o premonición?
cfvmexico_sa@hotmail.com • mexicosa@infinitum.com.mx
En Medellín, el doctor “catarrito” celebraba, con una “edición exclusiva de 120 botellas” de tequila reposado, la designación de Cancún como la sede de la asamblea 2010 del Banco Interamericano de Desarrollo; en Londres, el crédito del Fondo Monetario Internacional que “blindará” a la “blindada” economía mexicana. El problema es que de una ciudad a otra, de un clima tropical a los fríos europeos, la calculadora del fallido beisbolista reaccionó en sentido contrario: del “México registrará este año un crecimiento económico positivo” pronunciado en el cálido clima colombiano, al México registrará una caída de 2.8 por ciento en 2009.
A ciencia cierta no se sabe si las estimaciones de la Secretaría de Hacienda dependen del clima, el humor o el tequila reposado, pero si nos atenemos a la más reciente de ellas, entregada formalmente el miércoles muy noche a la Cámara de Diputados, el gobierno calderonista se vio en la penosa necesidad de aproximarse a la realidad económica del país y, por ende, reducir, una vez más, su proyección sobre el “crecimiento” en el presente año, dado lo profundo de la crisis, o lo que es lo mismo, lo que todos de tiempo atrás sabían.
Así, del originalmente previsto 3 por ciento de crecimiento económico en 2009, pasó a 1.8 por ciento; de allí a cero por ciento; en Medellín reconsideró y se apresuró a pronosticar un “crecimiento positivo”, para 24 horas después reconocer una caída de cuando menos 2.8 por ciento, no sin antes difundir la nota feliz de que en 2010 “creceremos 2 por ciento” (SHCP: Documento relativo al cumplimiento de las disposiciones contenidas en el artículo 42, fracción I, de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria 2009), aunque no explica cómo.
Con las nuevas proyecciones del doctor “catarrito” y técnicos que lo acompañan, se llega a la siguiente conclusión: la tasa anual promedio de “crecimiento” económico en México sería de un raquítico 0.92 por ciento en cuatro años de calderonismo (2007-2010), la peor, para un periodo igual, desde tiempos del inefable Miguel de la Madrid, cuyo promedio fue -0.25 por ciento. El “logro” del actual inquilino de Los Pinos sólo es equiparable al de Alvaro Obregón (0.98 por ciento) entre 1921 y 1924, es decir, 85 años atrás, cuando el país también estaba en crisis.
Lo anterior, desde luego, en el lejano caso de que se cumplan las idílicas expectativas del gobierno calderonista para 2009 y 2010, porque la cosa pinta mucho peor, pero en cualquiera de los casos con dicho resultado (0.92 por ciento) obvio es que nadie puede “vivir mejor”, como asegura el bombardeo propagandístico del inquilino de Los Pinos.
Para dar un punto de comparación, hay que ver cómo se comportó la economía mexicana en los primeros cuatro años de los seis gobiernos anteriores (todos con devaluación y crisis, y algunos con mega crisis). Va la tasa anual promedio alcanzada por: Vicente Fox, 1.5 por ciento; Ernesto Zedillo, 2.65; Carlos Salinas, 4.26; Miguel de la Madrid, -0.25; José López Portillo, 7.82; y Luis Echeverría, 6.4. De hecho, administraciones como las de Miguel Alemán y Adolfo Ruiz Cortines (con devaluaciones superiores a 50 por ciento en cada una) los resultados para un mismo periodo fueron infinitamente superiores a los de Calderón: 5.72 y 6.41 por ciento, respectivamente.
Entonces, para que Felipe Calderón cumpla con una de sus promesas de campaña (5 por ciento de crecimiento promedio anual durante su sexenio) y con lo establecido en el Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012 (la misma proporción), la economía mexicana tendría que reportar un incremento del PIB no menor a 15 por ciento en 2011 y una proporción igual en 2012, si es que quiere alcanzar ese 5 por ciento comprometido. Así, sumen la anterior al de por sí grueso inventario de FC de promesas incumplidas.
Mientras él y Carstens celebran el “blindaje” referido, hay noticias que reflejan lo bien que va el modelo económico mexicano: Haití, nuestro sempiterno competidor en lo que se refiere al peor crecimiento económico en América Latina y el Caribe, se aleja peligrosamente de su rival, México, y en este caótico 2009 ocupará el escalón número 13 en el contexto latinoamericano, con 0.5 por ciento de crecimiento.
Así, México resulta el indiscutible vencedor en eso del peor comportamiento regional, al ocupar el escalón 20 de 20 posibles (el último, pues) de acuerdo con la proyección que ayer hizo circular la Cepal. Brasil se estaciona en la penúltima posición, con una caída de uno por ciento, y arriba de él se colocan Costa Rica y Paraguay, con un descenso en sus respectivas economías de 0.5 por ciento. Son los únicos países de la región que reportarán caída en sus economías.
En sentido contrario, sin “blindaje” ni “líneas de crédito”, Panamá reportará un crecimiento de 4 por ciento, ocupando la primera posición latinoamericana; le siguen Perú (3.5 por ciento), Cuba y Bolivia (3) y Uruguay (2.5 por ciento), proporciones que en tiempos de crisis representan un verdadero bombón. Cuatro países reportarán un crecimiento de 1.5 por ciento en 2009: República Dominicana, Honduras, Guatemala y Argentina; uno por ciento Nicaragua y Venezuela; Colombia, Haití y El Salvador, 0.5 por ciento; Ecuador y Chile redondean el panorama, con cero por ciento.
México, pues, con su “blindaje”, su “línea de crédito”, su “sólido” navío de “gran calado” y su “envidiable equipo económico y financiero”, último lugar latinoamericano en crecimiento, o lo que es lo mismo, realidad contra discurso oficial.
Las rebanadas del pastel
Ahora que la propaganda electoral está a la orden del día, no sé por qué viene a la memoria aquel espot panista transmitido por los medios electrónicos a mediados de 2006, el cual advertía (en off una voz de sepulturero): si gana el contrincante, “aumentará la deuda, habrá devaluación y crisis; ¿quién puede salvar a México”... y sonriente aparecía el mismísimo Felipillo. Tres años después, uno se pregunta: ¿esa propaganda blanquiazul fue guerra sucia, humor negro, o premonición?
cfvmexico_sa@hotmail.com • mexicosa@infinitum.com.mx
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