Aporrea
Según un artículo recientemente publicado por el escritor venezolano Luís Britto García, sobre "La Guerra Contra Venezuela", el gobierno de la República Bolivariana Venezuela, mantiene un ejército de algo más de ochenta mil efectivos, al cual según el World Economic Outlook dedica en 2005 unos 1.477 millones de dólares, el 1,6% de un PIB del cual destina casi 9% a la Educación. Mientras tanto, Colombia, en 2007, mantiene 459.687 funcionarios destinados a labores de Defensa y Seguridad; y gasta anualmente en la guerra 6,5 % de su PIB, unos 22.000 millones de dólares anuales. Brito toma estas cifras de los investigadores Juan Camilo Restrepo y Pedro Medellín (Semanario VOZ, edición 2427, cit. Por Álvaro Angarita: “Crece el gasto militar. Guerra devora el presupuesto”; 27-2- 2008 www.geocities.com/vozxcol/voz.pdf).
Para Britto, tales cifras, no sólo implican una extrema desestabilización social, financiera y política de Colombia, sino la dedicación preponderante de todo un país a un empeño bélico que acarrea un abrupto desequilibrio estratégico para la región.
En su interpretación de la conducta bélica del gobierno colombiano, el investigador y analista venezolano, considera que "un ejército y un gasto militar de tal magnitud no pueden tener por único objetivo el control de unos 15.000 insurgentes" y que "por su talla, apuntan más hacia las reservas de energía fósil de Ecuador y Venezuela, así como al sector amazónico de ambos países y de Brasil". Detras de todo esto está, como se sabe, la sombra de los Estados Unidos, con su participación militar desde el territorio colombiano, que ahora dispondrá de al menos cinco bases militares que podrían ser como los seudópodos de una ameba fagocitadora tendiéndose sobre países como Venezuela y Ecuador, con procesos sociopolíticos adversados por la oligarquía colombiana y el imperialismo norteamericano.
Además de lo anterior, de acuerdo con lo señalado por el autor, se suma la "continua penetración en Venezuela de paramilitares colombianos", que según fuentes dignas de todos crédito cobran “vacuna” e instalan alcabalas en los estados fronterizos, y según el Presidente Hugo Chávez Frías ya han llegado hasta la Capital. Recuérdese que en el año 2004 fue desmantelado en la periferia de Caracas un campamento con decenas de paramilitares traidos de Colombia por golpistas de la derecha venezolana (y con conexiones con cubanos anticastristas). Ver:
http://www.minci.gob.ve/entrevistas/3/5830/abortada_incursion_paramilitar.html
Expone Britto que "los paramilitares se instalan en zonas populares, invierten fondos del narcotráfico en actividades tales como el préstamo usurario a los buhoneros, la trata de personas, el tráfico de drogas, el sicariato y el juego ilegal de bingos, casinos y maquinitas en los expendios de alimentos y bares, y algunos dominan líneas de transporte en los estados limítrofes y otras industrias de significación estratégica".
Preocupa sobremanera que "estos núcleos paramilitares podrían ser cabezas de puente y Quintas Columnas de una intervención, desatar una guerra civil, y en el caso de un conflicto interno podrían impedir una movilización de los sectores populares como la que decidió el 13 de abril de 2002" cuando el pueblo bolivariano dió al traste con el golpe antichavista y el brevísimo gobierno dictatorial de Carmona (ex jefe del empresariado venezolano hoy prófugo en Colombia).
Para ver el artículo completo de Luís Britto García pinche aquí:
http://aporrea.org/tiburon/a83023.html
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