Ricardo Andrade Jardí
Y mientras en Yucatán el gobierno de la “Nueva Mayoría” publica leyes aprobadas al gusto de la minoritaria reacción católica, poniendo al estado en el centro de discusiones que se superaron hace tiempo en las “democracias occidentales”. Retrocediendo en la historia cuando menos hasta el siglo XIX. Atraso infinito de leyes —ya publicadas por el Ejecutivo y aprobadas por la mayoría prianista— que representan un retroceso de varios siglos por lo que respecta a los derechos humanos, particularmente en materia de diversidad sexual y equidad de género. El Nuevo PRI y sólo una ingenuidad, mal sana, puede hacernos pensar que hay algo de “nuevo” en un PRI, que de dientes para dentro no es más que otro partido conservador de derecha, aunque en su discurso “externo” se disfrace de compromiso social. La homosexualidad, condenada como enfermedad, por pensar, lo menos. Mucha suerte tendrán los homosexuales, que no lo sean de clóset, como posiblemente son muchos de los aprobadores de esa ley, los homosexuales pobres, los que estorben, si no se desata una cacería de brujas que les cueste la vida a manos de los grupos de cabezas rapadas que surgirán, que nadie lo dude, aunque aquí no se llamen así, debido “al derecho” que entenderán que les confiere la ley ya publicada.
La mujer reducida a la pura condición de aparato reproductor en el Yucatán gobernado por Ivonne. Y mientras abierto falso debate, que sólo intenta bajar los ánimos, pues la ley pudo no ser publicada y aun así se publicó.
La reacción conservadora a la que responden los priístas, de hoy, es la del poder económico de la oligarquía criolla de Yucatán.
¿La voluntad popular? Eso es lo que menos importa.
En tanto esa misma oligarquía, en otras geografías, juega sus cartas golpistas e inician, con el apoyo del terrorista presidente colombiano Alvaro Uribe, la escalada de agresión contra el presidente Rafael Correa, de Ecuador, envalentonados, los oligarcas continentales, por el golpe militar de Honduras que gana tiempo gracias al evidentemente apoyo de la afroamericana Casa Blanca, que resultó ser igual de perversa para el continente que su antecesora “blanca”.
Condenados estamos, los latinoamericanos, a las intervenciones imperialistas y a los golpes militares, en nombre de una y única “democracia” para el poder económico y el libre mercado, donde la voluntad popular nada vale, como tampoco se valora la vida de quienes osan defender esa voluntad.
La imposición por la fuerza de una economía rapaz y en decadencia será la nueva política de la Casa Blanca para el continente, Obama requiere distraer a los reaccionarios gringos con envalentonadas intervenciones políticas y militares que tanto disfrutan, para que estos conservadores no vean la realidad de un país que se desmorona en los basureros de su propia mentira financiera.
La única salida posible para los países latinoamericanos será la unidad entre ellos y la cancelación urgente de las embajadas gringas para evitar golpes de estado controlados por la política militar del imperialista vecino del Norte.
Por lo pronto la resistencia hondureña, a casi un mes del golpe militar oligarca, hace el llamado urgente a la comunidad mundial, para organizar la red alimentaria y de soporte que les permita resistir pacíficamente el intento conservador de implantar nuevamente la dictadura, que, de llegar a prosperar, en Honduras, será la primera de todas las que el imperialismo requiere y tiene calculadas para sostener su criminal política financiera para entronizar una única visión del mundo donde la dignidad de los hombres sea pisoteada siempre por el poder del dinero.
¡Honduras somos todo el continente!
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