México es el país con más muertos violentas en la actualidad, afirma la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal
MEXICO, D.F., 12 de julio (UNIVERSAL).- A pesar de que no existe una guerra civil, México es actualmente el país con más muertes violentas, así lo consideró el presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), Emilio Álvarez Icaza.
Durante el seminario “Sociología del Crimen Organizado, Derechos Humanos y Sociedad Civil'', organizado por el Centro de Investigación y Docencia Económicas, AC, (CIDE), enfatizó que “el país sin guerra civil con el mayor número de muertes violentas es México, y este dato debe provocar a la reflexión''.
¿A la reflexión o a la acción? Organizarnos para hacer un paro nacional exigiéndole al pelele que ya detenga su estúpido combate al narcotráfico y se ponga a trabajar en elevar el acceso a la educación y a la creación de empleos.
Detalló que la Encuesta Nacional de Seguridad 2008, del Colectivo de Análisis por la Seguridad con Democracia, AC, reportó que 34% de los entrevistados consideró a la delincuencia organizada la principal amenaza para la seguridad nacional, mientras que 19% señaló a la inseguridad pública.
El ombudsman capitalino señaló que la seguridad es un derecho humano, y el Estado está obligado a proporcionarla. “Tenemos derecho a vivir sin miedo de los delincuentes, y también de los malos policías. La seguridad es responsabilidad del Estado'', subrayó.
En este sentido, el presidente de la CDHDF aseguró que el Estado mexicano abdica en su responsabilidad de brindar seguridad a la ciudadanía. Lo anterior, advirtió, ha llevado al debate de ceder derechos a cambio de seguridad pública, como si fueran dos conceptos distintos, cuando en realidad son complementarios.
“La percepción de que derechos humanos defiende delincuentes es una perversión, y quienes pierden son las y los ciudadanos, porque no es uno u otro, son los dos. Queremos seguridad con democracia sentenció. Lamentó que el término de relación entre policía y ciudadanía se funde en la desconfianza, y dificulte que los cuerpos policiacos sean un mecanismo eficaz y eficiente en la lucha contra la delincuencia.
Calificó como ruta falsa el incremento de las penas y la ampliación del catálogo de delitos graves ante el alza de la delincuencia. “Lo que ha pasado en estos dos ámbitos en los últimos años es de pavor'', resaltó. Reprobó el populismo expresado a través del abuso de la pena privativa de la libertad.
“Se cree que eso detendrá la delincuencia, pero los números demuestran que esa ruta es un fracaso en toda su dimensión'', sostuvo.
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