Alberto Híjar
Dictadura del capital financiero, parlamento y sistema judicial de pacotilla para beneficiar a los traficantes del poder, militarización de la vida y control corporativo de gremios y clases sociales son señales del fascismo. Le falta el movimiento de masas, aquel que vitoreó a Mussolini con camisas negras, a Franco “de cara al sol con la camisa nueva”, a Hitler enaltecido en escenarios grandilocuentes. De algún accidente se valió Bertolt Brecht para atesorar una película donde Hitler ensaya los gestos, los ademanes, el tono de voz y los pasos de ganso con los que enloquecía multitudes. De aquí el paso importante del trío formado por Elba Esther Gordillo, Enrique Peña Nieto y Aquiles Córdova el dirigente histórico y perpetuo de Antorcha Campesina. 130 mil asistentes al Estadio Azteca el domingo 21 de junio llegaron acarreados desde los estados centrales de la República, escucharon el discurso retador y violento de Córdova para insistir en la presencia organizada de los antorchistas ante las sonrisas complacientes de Gordillo y Peña a quien lo traicionó el subconsciente al declararse en lucha por la desigualdad en México.
El proyecto es aterrador. Antorcha Campesina asume desde su adhesión priísta, un lugar de agresivo apoyo a quienes encabezan empresas de Estado y privadas acompañadas por lecciones con apariencia sindical suficientemente sumisas al poder gremial y corporativo. El fascismo es este orden donde corporaciones beligerantes asumen su cuota de poder vertical en un Estado que las beneficia a cambio de su apoyo sustituto de cualquier otra representación. El parlamento, la administración de justicia y los grupos represivos se someten a los mismos intereses con la consigna de acabar con las protestas populares. Tanto Peña como Gordillo han probado su eficiencia en estos menesteres. Atenco es ya un caso histórico de represión impune donde las mujeres violadas, los dos jóvenes asesinados, los presos condenados a injustas sentencias, las familias pobres desmembradas, no sólo no tienen equivalente con los castigos a los culpables cuyas fianzas fueron pagadas por el gobierno del Estado de México, sino que los culpables fueron encumbrados hasta ser uno el Procurador General de la República y el otro el Secretario de la Seguridad Nacional. Gordillo por su parte, preside a perpetuidad uno de los sindicatos más numerosos de América desde el que controla al gremio, a la Secretaría de Educación Pública, a las fuentes de financiamiento de sus proyectos empresariales con el control de la Lotería Nacional y su tajada en el ISSSTE y con la asociación con Televisa para cerrar la rosca empresarial con la idiotización masiva. Peña gasta dinerales en promoverse en radio, prensa y televisión, ostenta a una estrellita de Televisa como novia y el Día del Padre organizó una fiesta pública en Toluca donde Danna Paola cantó al mundo de caramelo con las niñas Peña para que papi saludara al conmovido público. 16% ha aumentado el gasto de Comunicación Social (sic) del Estado de México y 5% ha disminuido el presupuesto de Desarrollo Social.
En tiempos de Raúl Salinas de Gortari al frente de CONASUPO, Antorcha Campesina vivió sus años de gloria levantando campesinos para someterlos a promesas de tierras, insumos y créditos. Todavía se ven indígenas de la Sierra de Puebla cumpliendo su cuota de propaganda al mendigar en los transportes públicos con sus famélicos hijos repartiendo papelitos. Y todavía los seleccionados son entrenados militarmente en casas de seguridad. Quizá resurja en la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo la organización de Los Bolcheviques como formación de cuadros de dirección al amparo de la educación pública.
Nada de esto alcanza todavía una dimensión pública suficiente aunque hay regiones donde la violación a los derechos humanos por el Ejército, las policías y los grupos paramilitares son cotidianos. Es aún una reserva estratégica para los dirigentes del empresariado y de la educación encabezada por Televisa cuyo presidente proclama las bondades de la caridad en encuentros empresariales de América y España. Con la Gordillo, Azcárraga echó a andar un programa de concurso como gran aportación educativa mientras las telenovelas son orientadas a exaltar a las comunidades indígenas falsas, bien vestidas y peinadas, como prueba del bien que hacen las fundaciones filantrópicas sustitutas de las obligaciones del Estado. Todo esto aletarga conciencias y cede posiciones de poder, pero lo grave es que ahí está el proyecto larvado del fascismo alimentado por la crisis total.
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