Ricardo Andrade Jardí
Y ahí está todo el meollo, la iniciativa privada del imperio se disputa los dineros de la lucha contra el narcotráfico en México, el dinero del Plan Mérida será para los capitalistas gringos que ofrecerán asesoría y entrenamiento, al parecer a nuestra muy incapacitada fuerza bruta, que por los hechos hace evidente su desventaja logística y operativa frente a la muy bien organizada milicia criminal del organizado narcotráfico. La disputa por los dineros del Plan Mérida, confirma una de las muchas razones por las que la doble moral imperialista y los grupos conservadores empresariales, se oponen tanto a la idea de la legalización. Se trata pues de un negocio autorizado de facto, por el libre mercado y la “Democracia Corporation S.A.”, no pues de la seguridad, ni la salud de las personas, sino de los millones de dólares que el clandestino negocio genera a las más “pulcras” y empresariales familias de Wall Strest. Nos informan que la mayor parte de la “ayuda” de la iniciativa Mérida irá a parar a unas 40 empresas privadas que se encargarán de armar y preparar a los “nuevos defensores de la patria” . Pero mientras la rapiña imperialista se reparte las ganancias del inmoral negocio de la prohibición, acá el usurpador en turno militariza al país y los narcos hacen gala de su capacidad bélica al tiempo que implantan el terror al “estilo americano”, es decir tal y como lo aprendieron en la Escuela de las Américas, cuando los hoy ejecutores del crimen organizado, eran entrenados para ejecutar todo tipo de resistencia social, en la agredida Centroamérica de los años ochenta, horror que hasta el 28 de junio del 2009 parecía ya sólo un mal recuerdo de la historia latinoamericana, lo que los gorilettis de Honduras nos han informado de golpe lo equivocados que estábamos. No deja de ser curioso que el desgobierno de México desapruebe el regreso de Manuel Zelaya a terminar con el mandato que su pueblo le ha otorgado, es entendible por el hecho de que es la política gringa la que está detrás del golpe militar y Fecal no destaca precisamente por tener posiciones propias y contrarias a las que ordena la Casa Blanca, pero, insisto, no deja de ser curioso, porque México no está lejos de ese golpe, la incapacidad de Fecal pone toda la estructura del sistema en riesgo y en el México de hoy existe ya todo un contra estado gobernado por el narco, que en algunos lugares garantiza un bienestar social que el desgobierno de Fecal no puede, y por otro lado porque a diferencia de Zelaya, presidente electo por la mayoría hondureña, sobre Fecal pesa un desprestigio y una ilegitimidad que lo ponen en una de las posiciones más débiles del continente; y mientras en Honduras cientos de miles salen a la calle a exigir el regreso incondicional de su presidente, es decir del que los hondureños eligieron y no como en México, el que fue impuesto por una corte de (in)justicia, que carece de credibilidad, igual que la que apoya al usurpador Michelletti, en posible que en México la defensa sea por la dignidad y por la conquista de un verdadero camino democrático, pero nadie pedirá el regreso del usurpador Fecal, ni siquiera los militantes menos abyectos de su partido y ahí es donde la posición del desgobierno usurpador pierde lo poco que podría salvarlo en el futuro, pero es evidente que el panismo gobernante de facto no destaca por su inteligencia, no destaca por su comprensión de los fenómenos políticos históricos que vive el continente, su posición anti zelayista, que no es otra cosa que una posición antidemócrata, es sólo la confirmación de eso, de la falta de voluntad democrática que haiga sido como haiga sido lo impuso en un puesto para el que existen serias dudas que fuera electo por la voluntad popular, lo que que de mucho tiene a su favor Zelaya, y por los que su defensa no es otra cosa que la defensa de la democracia latinoamericana y del futuro de la misma en el continente, pero eso es algo que está muy lejos de la limitada comprensión dictatorial del caballerito de Los Pinos.
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