Juan Antonio Zúñiga e Israel Rodríguez
El incremento en el precio de los alimentos fue el factor central del aumento de la pobreza en México en los dos primeros años de gobierno del presidente Felipe Calderón Hinojosa, afirmó Julio Boltvinik, investigador de El Colegio de México, quien estimó en 80 millones el número de habitantes en pobreza, de acuerdo con su método de medición de este fenómeno.
El especialista en temas de desigualdad precisó que la expansión de la pobreza entre 2006 y 2008 no abarcó la recesión económica de México, la cual comenzó a finales del año pasado, mientras que la Encuesta nacional de ingresos y gastos de los hogares se levantó entre el 21 de agosto y el 17 de noviembre, por lo que difícilmente pudo captar cabalmente el impacto de la crisis en las diferentes variables económicas y sociales del país.
El informe bianual sobre la distribución de los ingresos y los gastos de la población reveló que, en términos de dólares, en el país los hogares más pobres vieron reducir su ingreso real en casi 14 por ciento en los dos primeros dos años de esta administración. La percepción corriente de 10 por ciento de la población más pobre disminuyó en promedio de 6.75 a 5.83 dólares por día.
La mayor pérdida del ingreso se debió a la caída en las remesas y las transferencias gubernamentales de las cuales vive prácticamente la mitad de los hogares en México, explicó Guillermina Rodríguez, especialista de la división de Estudios Económicos y Sociopolíticos del Grupo Financiero Banamex-Citigroup, al analizar las causas por las cuales 50.6 millones de personas en el país, 47.4 por ciento de la población, se encuentran actualmente en condiciones de pobreza de patrimonio.
En 2008 la mitad de los hogares en México recibió algún tipo de transferencia, cifra que se eleva a 67 por ciento en el decil más pobre. Sin el rubro de transferencias los ingresos promedio de los hogares hubieran sido 10 por ciento menores a los observados (23 por ciento en el decil más pobre).
Guillermina Rodríguez afirmó que aun con la caída de los apoyos gubernamentales y las remesas, sin esas transferencias, apuntó, estos ingresos contribuyeron a que la situación no haya empeorado todavía más.
La disminución en los ingresos de los hogares y los recientes incrementos en precios de los commodities o materias primas afectaron los patrones de consumo, coincidió en esto con Boltvinik Guillermina Rodríguez.
En 2008, puntualizó, el gasto monetario promedio de los hogares mostró una disminución de 12.7 por ciento con respecto a 2006. Los rubros más castigados fueron los de salud y educación y esparcimiento, mientras los gastos con menores retrocesos se localizaron en alimentos (-0.1por ciento) y vivienda y combustibles (-1.7 por ciento). Los gastos en estos dos últimos rubros, además, incrementaron su participación en el total: en el caso de alimentos, la proporción pasa de 29.4 por ciento en 2006 a 33.6 por ciento en 2008, mientras que el de vivienda y combustibles lo hace de 8.9 a 10.0 por ciento, respectivamente.
Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), la pobreza patrimonial se define como la insuficiencia del ingreso disponible para adquirir la canasta alimentaria, así como realizar los gastos necesarios en salud, vestido, vivienda, transporte y educación, aunque la totalidad del ingreso del hogar fuera utilizado exclusivamente para la adquisición de estos bienes y servicios.
Esto quiere decir que a casi la mitad de la población mexicana no le alcanzan los ingresos para cubrir las necesidades básicas de alimentación, salud, vestido, vivienda y educación. En este sentido, el incremento en la emisión de tarjetas de crédito por parte de la banca en los pasados dos años puede haberse convertido en un instrumento para completar el ingreso y el gasto.
Según los reportes del Banco de México, entre julio y septiembre de 2006 y el tercer trimestre de 2008, la emisión de tarjetas bancarias de crédito aumentó en 6 millones 117 mil 719, lo cual representó un incremento de 30.55 por ciento en esos instrumentos de uso generalizado para el consumo.
Sin embargo, de esas tarjetas nuevas sólo se utilizaron 3 millones 153 mil 283 para realizar compras de mercancías y pagos de servicios. La encuesta sobre ingresos 2008 indicó que el gasto de los hogares en alimentos fue de 33.6 por ciento en promedio para todos. Pero esa proporción se elevó a 46.1 por ciento en el 20 por ciento de los hogares más pobres.
Por su parte, Julio Boltvinik señaló en entrevista que los resultados de la encuesta corroboraron las previsiones de que con el alza de los alimentos básicos se iba a ir al cielo la pobreza, como calculaba el comité técnico del Coneval.
Boltvinik, colaborador de este diario, reconoció el mérito del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) al informar del agravamiento de las condiciones de pobreza de la población en los dos años recientes. Añadió: en principio es correcto y sólo hay que saludar positivamente el hecho de que tanto el Inegi como el Coneval reconozcan esta verdad y la den a conocer, porque en el pasado, cuando eran desfavorables las cifras, las ocultaban, y ahora son desfavorables para el gobierno y sin embargo las publicaron.
El ex diputado perredista criticó que esos resultados se dieran a conocer después de las elecciones del 5 de julio pasado. En este sentido, expresó: una cosa que quisiera comentar es que se esperaron a que pasaran las elecciones. Eso no fue lo que hicieron en 2003; ese año la encuesta de 2002, que resultó favorable y que bajaba la pobreza de 2000 a 2002, hicieron un gran escándalo por ahí de mayo de 2003 para favorecer, obviamente, al PAN en las elecciones intermedias de aquel año.
–¿De qué número de pobres estamos hablando en México?
–El número de pobres abarca algo así como 75 por ciento de la población nacional, es decir, 80 millones de habitantes.
Los comentarios del gobierno son:
Cordero:
"Hay más pobres pero los programas van bien"
"Pese al incremento en el número de pobres, vamos por el camino correcto"
"No tenemos elementos que indiquen que haya un riesgo de problema social"
"Las cifras de pobreza que reveló el Coneval no quieren decir que los programas no funcionen; lo que quiere decir es que las condiciones de pobreza por ingreso dependen, más allá de la política social, de la crisis alimentaria y económica, de la cual apenas estamos saliendo. Es un error pensar que hay que experimentar en programas sociales; no hay política social que no haya sufrido un deterioro en alguno de sus índices".
"Esta información obliga a reflexionar y apoyar los programas que están dando resultados. Estos datos de pobreza son parciales, toman en consideración el ingreso, ninguna otra acción, ya sea educativa, de vivienda o salud".
"La crisis económica: afecta a la población más pobre y la que más lo necesita; esto reflejó el estudio. En 2009 ya empezaron a resentirlo las clases medias; se verá afectada la población que está en la raya de la pobreza patrimonial".
"En relación con los recursos de que dispondrán los programas sociales para el próximo año, hay que ver las condiciones de las finanzas públicas. Habrá que ver la capacidad presupuestal del gobierno federal. Integraremos un presupuesto para mantener los programas como hasta ahora".
“No tenemos elementos que indiquen que haya un riesgo de problema social; no hay evidencias de que el tejido social se haya reblandecido".
“Estamos haciendo –indicó– una reflexión profunda y revisando los programas para saber cuáles son los más efectivos, el análisis del Coneval es un indicador del ingreso, no de la política social, no es un reflejo de la realidad, ya que si se observa a largo plazo la tendencia es decreciente. Vamos por el camino correcto".
El presidente Felipe Calderón, acompañado del gobernador Mario Marín, visitó la planta de Volkswagen de Puebla. Foto José Castañares
Calderón con Mario Marín, al que hace más de tres años iba a llevar a juicio político, dijo que:
Su gobierno ha podido contener los impactos recesivos de la crisis, ya que en el primer semestre del año la economía cayó 9 por ciento y el empleo 3 por ciento "nada más".
Señaló que aun cuando dispone de un automóvil modelo 1993, no participará en el Programa de Renovación Vehicular que él mismo anunció la semana pasada para aumentar la alicaída demanda en el sector automotriz.
"Yo podía llevar el coche que tengo, que es, como he dicho, un Golf 93. No lo voy a hacer porque está en muy buenas condiciones todavía, pero pudiera hacerlo para adquirir un vehículo nuevo, expresó en relación con este programa que subsidia con 15 mil pesos a quien entregue a cambio su vehículo con 10 o más años de antigüedad. De todos modos, insistió, ojalá se aproveche esta iniciativa".
Luego de recorrer la planta a bordo de un automóvil descapotable blanco en compañía del gobernador priísta Mario Marín, Calderón escuchó las cifras negativas de la Volkswagen en Puebla. Su presidente en México, Otto Lindner, expuso que en el primer semestre del año la producción disminuyó 34 por ciento con respecto a 2008, y hasta finales de julio habrán acumulado 30 días de paro técnico general y 500 empleados se encuentran en paros técnicos rotativos.
Así, a diferencia de Europa, donde dijo que en esta empresa trabajan turnos especiales para enfrentar la gran demanda generada por el programa de renovación vehicular, financiados por los gobiernos de ese continente, expresó que la planta en Puebla no tiene esta suerte.
No obstante el diagnóstico presentado por el directivo de esta empresa alemana, Calderón insistió en que comienzan a verse algunos signos alentadores que hacen pensar en una pronta, aunque sea pausada, recuperación económica.
Desde la perspectiva del Presidente, los distintos programas instrumentados por su gobierno son muestras de que se ha enfrentado la crisis con decisión, ya que se ha logrado aminorar el impacto que ha tenido la caída de la economía mundial en diversos sectores en México.
Por tanto se declaró convencido de que el país no sólo va a salir adelante, sino que resultará fortalecido por la crisis económica internacional, con un rumbo claro y con la expectativa de crecer y ser más competitivo.
De igual forma, Calderón festejó el anuncio hecho por el directivo de VW en el sentido de que producirán el auto del Bicentenario en la planta de Puebla. Lo calificó de buena noticia para la empresa y motivo de alegría para México y para la industria automotriz nacional, porque 2010 será un año de celebración y de unidad entre los mexicanos.
Minutos antes, Lindner lo había invitado a que regresara a esas instalaciones en 2010, para que celebraran juntos la puesta en marcha de la nueva fábrica y el lanzamiento al mercado mundial de un nuevo automóvil que, sin duda, va a ser el auto del Bicentenario.
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