Lilia Arellano
Es este el último día en el que los candidatos de los distintos partidos políticos a ocupar una curul podrán hacer propaganda, apariciones públicas, llamar al electorado a acudir a las urnas. Son ya las horas clave para los indecisos y para quienes han contemplado muy seriamente la posibilidad de votar en blanco. Es tiempo de llevar a la memoria en que han basado sus campañas quienes aspiran a legislar y sobre todo analizar la del partido en el poder, la basada en la supuesta “guerra” contra el narcotráfico, que solo y solo Felipe Calderón puede considerar exitosa.
Una y otra vez, candidatos y candidatas del blanquiazul han salido a las pantallas televisivas, se han escuchado sus voces señalando que ningún presidente se había atrevido a dar de frente la batalla a la delincuencia organizada y hasta ejemplifican con figuras cuyo parecido se asemeja y mucho a procuradores y mandatarios anteriores. Tal parece que es este el único punto en el que consideran pueden apoyar una campaña con las intenciones que ellos guardan y que se centran en la obtención de un número mayoritario de curules que le permita al michoacano terminar de manejar a su antojo la quiebra del país.
Y es muy claro -y lo vemos y nos enteramos cada día- que tal batalla es todo un fracaso, uno que ha sembrado de cadáveres al país, que nos ha hecho casi testigos de los crímenes más sangrientos, de decapitados, de fosas comunes infames en las que los cuerpos hallados sufrieron las peores torturas, conocemos de las formas de ejecución más feroces en las que se muestran cadáveres descuartizados. Calderón apunta para un lado, para el de satisfacer el cuento americano del combate a las drogas a costa de cruentas batallas en el territorio que juró resguardar.
De esto no parece lógico que debieran los panistas enseñorearse ya que de ninguna manera le ha devuelto a los ciudadanos la tranquilidad ni la seguridad, sino todo lo contrario, ya que centrados en esta lucha no se han preocupado por disminuir ni en un punto el porcentaje de asaltos a las casas, a los transeúntes, del robo de autos, del tráfico de indocumentados, de la trata de blancas, de los secuestros, de las violaciones, ninguno de estos puntos ha sido resuelto; solo y ante la magnitud del tipo de crímenes relacionados con el narco se ha mantenido oculta toda la información.
A la delincuencia organizada la pretenden hacer el gran monstruo que ha hundido al país y de ahí que se resalte la dizque lucha de Calderón. Solo que todo esto no es sino otra gran mentira, otro gran teatro. Los narcos no son los culpables de que el Banco Mundial señalara que: “la capacidad del Gobierno mexicano fue reprobada en cuatro de seis rubros, según el Indicador de Gobernabilidad Global 2009 del Banco Mundial, que reporta datos hasta 2008. Para hacer esta medición, el organismo evaluó al País junto a otras 211 naciones. En una escala del 1 al 100 (donde 100 es la calificación máxima), en estabilidad política y ausencia de violencia, México recibió 24.4 puntos en 2008; 27, en 2007, y 45, en 2004”.
Tampoco son los narcotraficantes a quienes se les puede señalar como culpables de que en nuestro país todas las áreas estratégicas de desarrollo e incluso de seguridad nacional estén en manos de la iniciativa privada, tal y como hemos dado cuenta en las últimas entregas punto por punto: ferrocarriles, bancos, puertos, aeropuertos, servicios de seguridad, agua, telecomunicaciones, aduanas, petróleo, energía eléctrica, líneas aéreas, minas, todo lo que se puede vender ha sido rematado, fiado, subastado al postor con menos paga hasta convertirnos en un México, Sociedad Anónima.
Es absurdo culpar a la delincuencia organizada del desempleo, de la falta de servicios de salud, de la disminución en la captación tributaria debido a los enredos en los que ha convertido la paga de impuestos el célebre titular de Hacienda hijo del FMI, Agustín Carstens, o de las componendas con el sindicato magisterial y las entregas millonarias a doña Elba Esther Gordillo, que contribuyen a la flojera de los mentores y a la descalificación que tiene la educación a nivel mundial.
Menos aún se puede responsabilizar a estos grupos que se padezca la maldición nacional de las grandes mentiras que hundieron la actividad comercial en varias entidades dedicadas al turismo, como lo ha sido la mentada epidemia por influenza. No puede señalárseles por el indebido y usurero cobro de intereses que realizan los bancos y es hasta ridículo considerar que son intocables cuando sus fortunas encuentran en la Bolsa Mexicana de Valores, ahora bajo la presidencia de otro farsante, Luis Téllez, la mejor, más rápida y eficaz vía para lavar su dinero y hasta trasladarlo a empresas obviamente norteamericanas.
Así que el narco, este tipo de delincuencia no ha sido, tampoco, la gran amenaza para México. Sus cruentos crímenes responden a una causa brindada por el propio gobierno, por Felipe Calderón y su supuesta “guerra”, ya que al proteger a un grupo desató los enfrentamientos y, a esos con licencia para operar y hasta para matar otorgada por el propio gobierno federal, les pasa exactamente lo mismo que a los panistas: son intocables, tienen salvoconducto, incluso ya aparecen hasta en las revistas que dan cuenta de quienes son los hombres más ricos del planeta, los que pueden dar la cara que no son, necesariamente, los amos del mundo.
Aunque habrá que considerar que también dentro de esos que no pueden ser juzgados ni tocados están los que pertenecen a otra mafia, los que sí han causado todos los daños antes narrados y que se encuentran apoyando a quienes están ahora en el máximo poder de éste país. Entre ellos aparecen alcaldes, gobernadores, legisladores, secretarios, subsecretarios, procuradores, autoridades policíacas y no sólo con registro en Acción Nacional o de aparición reciente, sino de todos los partidos y con años en la práctica o mejor dicho en la actividad política de la más baja calaña. Así que ni dudar que si hay, que si se nos presentó, que sí está vigente quien es, sin lugar a dudas, el verdadero peligro para México.
DE SHOWS Y CANDIDATOS
La semana anterior dio inicio el espectáculo montado por Televisa -empresa que ya puede considerarse como otro partido político con candidatos a todos los cargos de elección popular y suficiente influyentismo como para acomodar en puestos clave a funcionarios de todos los niveles- para sacar a Enrique Peña Nieto, alias “Jimmy Neutrón” o “Barbie”, como el único designado para ocupar la candidatura y, con sus bendiciones, la presidencia de la República. Con el programa implementado para este efecto denominado “Mujeres con valor” le dieron una gran cobertura a la Entidad que Peña considera que gobierna aún y cuando a ésta actividad no le dedique ni un par de horas al día.
Y mire bajo qué lupa encontraron a las mentadas “mujeres con valor”. De entre vimos a quienes tienen un pasado personal que de hacerse público serviría también de medición para la calidad moral de quien esperan apoyar con esos eventos, es decir al tal Peña Nieto. A ello habrá que agregar que también en esa semana una de las revistas que llaman “del corazón”, sacó en portada a la “gaviota” y su parvada. Aparece la ex actriz ¿o estará desempeñando un papel protagónico y para eso la contrataron?, con sus hijos y los del mandatario mexiquense.
Obviamente que no falta la sobada frasecita “tus hijos, los míos ¿y los nuestros?”. Ahí da cuenta de que con tantos años de pareja del hermano de Verónica Castro resulta que fue maltratada, que el señor nunca se quiso casar con ella que soñaba con la clásica boda con vestido blanco, ceremonia y toda la cosa, aunque nunca dijo que el señor Castro se lo prometió cuando decidió fugarse con él a los 20 años. Lloró a moco tendido cuando le dijo a la reportera que al momento en que se decidió que se celebrarían las bodas, tanto civil como eclesiástica, la actitud de su ex marido fue la de estarle haciendo un favor, lo cual le causó un gran dolor.
Resulta infantil que con tanto sentimentalismo que lo único que pretende es hacer ver que en esta mujer hay algunos valores morales de esos que le gustan a la sociedad, la boda le resultara más falsa que una moneda de tres pesos. La curia decidió cancelar la validez de la ceremonia (¿a petición de Peña Nieto, gracias a los oficios de Onésimo Cepeda, o por cumplir con todos esos requisitos que pretende cubrir Televisa?) por haberse realizado como cientos, miles de ellas, en la playa, en Acapulco sin reunir lo que la Iglesia impone y que va más allá, por lo visto, de la bendición a la unión de una pareja realizada por uno de sus ministros.
Otra vez el clero y los intereses políticos unidos y si este favor se lo van a deber cuando aún son aspirantes ¿qué les entregarán si realmente llegaran a ostentar el poder? Pero por si las dudas la gente sigue manifestándose en contra de los partidos políticos, si continúa, como se espera, esta exigencia de depurarlos y de lograr que existan las candidaturas ciudadanas, Televisa ya tiene preparado su escenario, está en plena y muy veloz construcción.
Éste gira en torno a la figura de Alejandro Martí. Resulta extremadamente curioso que tenga tantos foros y que se dé el lujo de escoger quiénes sí y quiénes no pueden firmar el compromiso sobre la seguridad. Hay que llenar un formulario, hacer una solicitud que tendrá que ser aprobada por los miembros de un consejo de los que se desconocen los nombres y en ese colador pasan todos, desde gobernadores hasta asociaciones que se han formado a lo largo de los años en busca de soluciones para la seguridad.
Como no había sucedido antes, Martí, quien ya no es empresario porque habrá que recordar que vendió con anterioridad sus tiendas deportivas, aparece constantemente en los canales de Televisa, por una razón o por otra o sin razón misma. No se duda del gran dolor que debe haber acompañado a don Alejandro con la muerte de su hijo, sin embargo, tal parece que éste se ha transformado en el gran placer de estar en los foros, de pretender convertirse en un hombre con poder en el país. De la frase que pareció haber sacudido a los funcionarios “¡si no pueden, renuncien!”, a lo que ahora pregona el señor Martí ya hay un mundo de diferencia, sobre todo cuando se ha comprobado que ni las multitudinarias manifestaciones con los ciudadanos vestidos de blanco exigiendo seguridad han servido absolutamente para nada y lo hasta hoy hecho por el ex empresario tampoco.
Por lo tanto, lo único que queda es estar prácticamente cierto que Televisa tiene dos candidatos en la mira, uno con partido, otro sin él, habrá que ver cuál de ellos tiene progenitora, la respeta y espera que cuando se habla de ellas no sea con una clásica mentada.
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