martes, septiembre 29, 2009

La Honduras inventada de "La Vanguardia"

Otra prueba más de que el enemigo de la humanidad son los medios privados:

Javier Adler
Rebelión

Roberto Micheletti, el dictador golpista de Honduras, habría firmado encantado una crónica de Joaquín Ibarz en la edición digital de La Vanguardia (1). Ibarz es un “periodista” bien conocido en su labor propagandística en América Latina (2), por la que ha sido premiado recientemente (3). Su última contribución a la desinformación de la sociedad muestra una Honduras inventada y falseada, típico producto del libertinaje de expresión que se permite en nuestro país.

En referencia al presidente legítimo, dice Ibarz que “Manuel Zelaya empieza a mostrar síntomas de agotamiento”, aclarando que, según ciertos “allegados”, que por supuesto no identifica, Zelaya debe sentirse “incómodo en una embajada sin comodidades, rodeado de unos 85 seguidores, sin camas y sin baños en los que asearse”. ¿Y cómo podría alguien sentirse cómodo en un sitio sin comodidades? Según este imaginativo periodista, Zelaya además está cansado física y psicológicamente, debido al “fracaso de su maniobra para volver a la presidencia”.

No sé si Zelaya está cansado o no, porque no tengo esa clarividencia periodística, pero sin duda debe afectarle respirar gases tóxicos, como los que ha introducido el ejército hondureño en la embajada, según acusó el propio Zelaya. Pero esto es algo que Joaquín Ibarz, el corresponsal que La Vanguardia mantiene desde hace muchos años, no se cree,

“Su denuncia de que la legación diplomática brasileña en la que está alojado había sido atacada con gases tóxicos fue recibida con escepticismo. Ningún vecino del barrio de Palmira sufrió la mínima molestia ni percibió un olor extraño.”

¡Ningún vecino! ¿Es que acaso los ha entrevistado a todos? ¿o es que su olfato de periodista premiado le basta para certificar la ausencia de olor? El caso es que lo de los gases tóxicos no es una mera invención de Zelaya, como insinúa Ibarz (cree el ladrón …), sino que ha sido notado también por funcionarios brasileños. “Está todo sitiado, no tenemos teléfono, estamos totalmente cercados, aislados”, dijo Francisco Catunda, encargado de negocios de la Embajada de Brasil, quien además “reafirmó que algunos de los funcionarios brasileños habían denunciado el lanzamiento de gases tóxicos por parte de las fuerzas de seguridad hondureñas” (4). Uno de esos funcionarios es Wilson Batista, de 49 años, quien declaró que sintió “la nariz ardiendo y un poco de dolor de cabeza”, tras respirar un gas que un reportero del periódico Folha de Sao Paulo describió como "un tipo de gas no identificado de olor similar a un insecticida" (5) En total se habla de unas 60 personas afectadas por los gases tóxicos (6)
Aunque la evidencia muestre lo contrario, interesa vender la imagen de que el presidente legítimo está a punto de rendirse, para así desanimar a los hondureños que luchan contra la dictadura. Pero Zelaya dice cosas como “Estamos dispuestos a resistir, sin importar los riesgos hasta que se establezca la constitucionalidad en Honduras" (7) o “Nosotros no tenemos un tiempo más que una decisión de luchar de pie antes de vivir de rodillas ante una dictadura militar” (8)

Sobre las movilizaciones populares, el enviado de La Vanguardia tiene la genial idea de tomar las “informaciones” de El Heraldo, uno de los periódicos propiedad de la oligarquía hondureña y por tanto más descaradamente pro golpista (9)(10). Según escribe Ibarz,

“El diario El Heraldo de esta capital informa de que Zelaya solicitó a los coordinadores de la resistencia al golpe de Estado que convocaran en Tegucigalpa a unas 500.000 personas para que, tras su regreso, lo reinstalaran en volandas en la presidencia, doblegando a policías y soldados.”

¿Eso dijo Zelaya, “me llevarán en volandas”? ¿o es una simple licencia literaria de Heraldo-Ibarz? ¿y lo de los 500.000 cómo debe interpretarse, literalmente o como otra licencia? Como no se indican las fuentes ni hay el menor rigor periodístico, todo vale. El texto de la noticia sigue así:

“Sólo unas 5.000 personas se concentraron en las cercanías de la embajada (…) En la noche del lunes, apenas unos mil seguidores se quedaron en la zona, ...”

Así que la expectativa inventada de 500.000 personas sirve para quitarle importancia a las “sólo” 5.000 personas de día y las “apenas” 1.000 por la noche ante la embajada, que normalmente serían bastante impresionantes.
En la misma línea de infravalorar la resistencia popular, podemos leer en la noticia afirmaciones del tipo “el presidente de facto Roberto Micheletti controla la situación” o “los periodistas ya se están marchando de Honduras”. Sobre lo primero, tal vez sea cierto de momento, pero sólo al precio de una represión brutal que Ibarz no menciona: dos muertos, 18 heridos de bala, más de 92 lesionados y más de 600 detenidos (11). Eso en sólo 4 días. Sobre lo de los periodistas, probablemente Ibarz sólo se refiera a sí mismo, y es bien comprensible, pues ese “trabajo” bien podía haberlo hecho desde el sillón de su casa.

Finalmente, en lo que parece más bien un mal chiste, el periodista nos da dos versiones distintas para explicar por qué no hay “diálogo” entre el presidente legítimo y los golpistas. Vale la pena copiarlas literalmente:
Versión 1:

“Zelaya y Micheletti habían coqueteado esta semana con el diálogo, pero esa posibilidad se ha aparcado de nuevo con los últimos llamamientos a la insurrección del derrocado mandatario.”

Versión 2, unas líneas más abajo:

“Zelaya y el presidente de facto Roberto Micheletti habían coqueteado esta semana con el diálogo, pero esa posibilidad se esfumó al chocar con un obstáculo aparentemente insuperable: la restitución del mandatario derrocado el 28 de junio.”

¿Falta de rigor? ¿un lapsus? ¿las prisas? Sea como sea, está claro que a este diario le da igual publicar una cosa que otra. Y bueno, ¿a quién le importa?

Notas:

No hay comentarios.: