jueves, octubre 15, 2009

Muchos estamos confundidos

He recibido un correo de compañeros anarquistas que realmente no sé si son ellos los confusos o realmente mi entendimiento y cultura política no basta para comprenderlos pero les dejo el mensaje con algunos comentarios:

Solidaridad con l@s trabajadores despedid@s de Luz y Fuerza del Centro
Ante los hechos, hacemos un llamado urgente a la solidaridad directa con l@s trabajadores/as de la compañía paraestatal despedid@s por decreto presidencial. Sin embargo, nos vemos obligad@s a precisar algunos puntos:
En primer lugar, hay que subrayarlo, lo que más desconsuela del momento, no es la arrogancia del Estado-capital sino la carencia de respuesta. Estamos frente a la parálisis total de las grandes mayorías. Cara a cara con la inacción. De frente al inmovilismo absoluto. A la pasividad incondicional. No cabe duda: partidos y sindicatos han hecho muy bien la tarea. Han servido con honores al Estado-capital. Han adormecido sistemáticamente a l@s excluid@s. Han contenido a pié juntillas todo descontento. Han apagado hasta la más insignificante llamarada insurreccional. Claro está, cumplen con su función al pié de la letra y como tal son recompensados. Es la lógica de la izquierda del Capital. Para eso existen.

Hasta aqui lo entiendo y hasta estoy de acuerdo, sólo me confunde que estén expresando su solidaridad con los trabajadores electricistas y al mismo tiempo los ataquen como miembros del sindicato. ¿Estarían disociando al trabajador de su condición de sindicalista?

Son los mismos que insisten en que no hay nada que hacer. Los que predican la espera. Los que aguardan entusiastas por las condiciones “objetivas” y “subjetivas”. Los que invitan a “las bases” a resistir. Los que acarrean a las multitudes a cambio de “mejoras”, de “servicios”, de “prestaciones”. Los que arman y desarman mítines, marchas y plantones, mientras se afilan las uñas para la negociación. Los que construyen día a día el movimiento ficticio de l@s excluid@s. Los que parean la miseria con miseria. Los que alimentan la explotación y la opresión.
Es de esperarse que así sea. Lo extraño sería que actuaran diferente. Izquierda y Derecha, prometen el mismo horizonte. Capitalistas y “anti”-capitalistas ofrecen la misma perspectiva restringida a la gestión de la explotación, a la administración de la miseria. Ambos cultivan entusiastas al Estado-capital. A veces, lo disfrazan, lo rebautizan, lo camuflan. Pero siempre nos imponen la misma mierda.

¿A quienes impondrían la misma mierda? Porque en la medida que a todos meten en el mismo paquete, sólo quedarían los anarquistas. Quiénes según sugieren en párrafos posteriores, su lucha si es válida y efectiva, entonces como pueden los otros imponerles nada. Y no olvido que parte del triunfo de Franco se debió a la división de la izquierda y a los anarquistas. Su postura en aquel tiempo ayudó a que se impusiera la dictadura fascista en España durante 40 años y aún ideológicamente no han salido de ella.

No obstante, gritan auxilio cada vez que nos necesitan. Es coherente, saben que sin las multitudes no son nada. Por eso les llaman “masas” porque las requieren moldeables. Eso les queda claro a partidos y sindicatos. Lo lamentable es que la multitud se ha acostumbrado a ser manejable, útil, dócil. Es la servidumbre voluntaria que hoy vota para elegir que alguien decida por ella y, mañana muere por algo tan estúpido como la Patria o se inmola en el nombre de Dios. Mientras continuamos sumid@s en la enajenación, ellos ―Partidos, sindicatos, Derecha e Izquierda, capitalistas y “anti”-capitalistas―, mantienen el buen ritmo de nuestra explotación. Que algo, tan evidente, no se visualice y no se reflexione sobre esto, sólo nos confirma aún más el estado de servidumbre voluntaria en que se yace.

Nuevamente todos: partidos, sindicatos, derecha, izquierda, capitalistas y anti-capitalistas son lo mismo, "serviles voluntarios". Y si todos yacen en un "estado de servidumbre voluntaria", pues entonces ¿¡viva la libertad!?

Hoy, el folclore izquierdista ha dejado de distraernos. La fórmula “mítin-marcha-plantón”, nos produce náuseas. Los llamados a la protesta y a la “desobediencia civil” y civilizada, nos provocan asco. Los pliegos petitorios y las declaraciones abajofirmantes, nos causan repulsión. Estamos hart@s de las convocatorias a la unidad a toda costa; cansad@s de tanta verborrea nacionalista; fatigad@s de tanta chingadera pacifista; reventad@s de tanto reformismo (armado o democrático), de tanta hipocresía, de tanta demagogia, de tanto oportunismo, de tanto entumecimiento.

Es decir, prácticamente, todo les da asco y repulsión: la protesta, la unidad, la paz, el reformismo porque consideran que es hipócrita, me imagino que en tanto no se consigue un cambio, como si no se supiera o no se hubiera entendido cual es la lucha actual en el mundo y su complejidad. Pero también se generaliza, todos los que se abocan a tales acciones son hipócritas, demagogos, oportunistas y entumecidos. ¿Nadie tiene derecho a pensar de una u otra forma de lucha y todos son falsos luchadores? Parece una aseveración de extrema soberbia y un juicio que no está sustentado en una investigación seria, ¿o acaso los conocen bien a todos? Si todos les dan asco, entonces insisto ¿a quiénes les hablan? O, ¿el comunicado es para decirles a todos que les dan asco? ¿para qué la agresión, o por qué? Entonces ¿de qué solidaridad están hablando?

Por eso, nosotr@s no llamamos a l@s trabajadores de Luz y Fuerza del Centro al desgaste estéril en defensa del sindicato. Mucho menos, les exhortamos a defender la empresa, como les exige toda esa legión de parásitos a la izquierda del Estado-capital, argumentando que la paraestatal es una “conquista” del pueblo y “patrimonio de la nación”. Tampoco convocamos a l@s excluid@s a solidarizarse y movilizarse en pro de toda esa caterva burocrática. Conocemos muy bien a las elites sindicales y, en el caso del SME no hay excepción. Entre Esparza y Muñoz, no hay diferencias, por eso hacen a un lado tan fácilmente las pretendidas “divergencias” y se enfocan en obtener la mayor cantidad de millones posibles en la negociación.

Resulta fácil no llamar a los trabajadores a defender su fuente de trabajo siendo ellos y sus familias los que se quedan sin comer. Meter a Esparza y Muñoz en el mismo paquete parece un poco desproporcionado a menos que cuenten con una información fidedigna que no conocemos y más valdría que la hicieran pública. ¿O sólo es un sentir muy acorde con lo que difunden los medios?

Nuestro llamado es a desbordar los moldes; a superar los límites del sindicato y del partido, a rebasar la fórmula “mítin-marcha-plantón”; a dejar atrás el folclore de la protesta y la “desobediencia civil” y civilizada; el folclore de los pliegos petitorios y las declaraciones abajofirmantes, de la unidad a toda costa, de la verborrea nacionalista, de la chingadera pacifista; el folclore del reformismo (armado o democrático). Nuestro llamado es abandonar a la izquierda. Abandonar esa dicotomía ficticia. Abandonar esa lucha entre fracciones rivales de la burguesía por el control del Estado.

Muy bien, supongamos que la abandonan, entonces:

Nuestro llamado es por la autogestión de las luchas; por concretar el ataque; por implementar el sabotaje; por extender la guerra social; por la auto-organización informal de l@s excluid@s ―fuera del control de líderes sindicales, de partidos, de organizaciones clientelares, de jefes y dirigentes, de Mesías y orientadores―. Nuestro llamado es a la destrucción del Estado-capital.

¿Quiere decir esto que cada quien gestione su propia lucha? ¿Y así cada quién va a triunfar, a tener trabajo y a tener que comer? ¿Cada quien implementa su propio sabotaje? ¿Cómo sería la "auto-organización informal de l@s excluidos"? Porque los excluid@s son todos los que han mencionado como repulsivos. ¿Extender la guerra social? ¿Todos contra todos? ¿No es este un mensaje de odio entre las mayorías? En todos esos puntos se necesitaría mayor explicación. Curiosamente se utilizó el 90% del escrito para descalificar e invalidar las formas de lucha que se están usando y agredir a todos y resulta que para las propuestas apenas cuatro renglones. Y luego, muy bien, destruyamos el Estado-capital, y ¿qué construimos en su lugar? ¿Realmente se considera que el pueblo mexicano está listo para una anarquía conociendo el nivel ético que tenemos bajo la inmoralidad que nos ha regido por siglos?

Todo este mensaje me confunde bastante, quizás porque no he leído a fondo a Bakunin, sólo apelo al sentido común, pero la impresión que me da es que pretende desmotivar la lucha y estimula un individualismo a ultranza que a nada conduce más que al suicidio. Espero estar equivocada porque el anarquismo me simpatiza bastante, pero creo que es un nivel superior. Al ser humano actual le falta trascender otras etapas para llegar. Y quizás estoy pensando igual que los compañeros: el anarquismo me gusta pero no los anarquistas porque muchas veces se filtran como instrumento del Estado, al que dicen combatir, para inmovilizar a la gente. La ultraizquierda está muy cercana a la ultraderecha.

Parece que todo este desmadre nos ha confundido a todos. Y terminan:

¡Por la extensión de la guerra social!

¡Qué se ilumine la noche!

¡Viva la Anarquía!

Coordinadora Informal Anarquista.

14 de octubre de 2009, México, planeta Tierra.

No podría ir por extender ningún tipo de guerra. Tampoco creo que la noche deba iluminarse más que por la luna porque es un fenómeno natural. Y sí, ¡Viva la Anarquía! pero sucederá dentro de algunos siglos en los que espero que mis tataranietos puedan disfrutarla estando en un nivel superior como seres humanos.

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