Ricardo Andrade Jardí
Era de suponerse, pero ahora los rumores salen de los mismos pasillos del PRI. “Los gobernadores Teletón, han hecho una alianza con la Secretaría de Hacienda, quien les promete jugosas tajadas si la mayoría legislativa del ‘Nuevo PRI’, aprueba el alza al IVA, a los impuestos, a la gasolina...”. De ahí, probablemente, las cobardes declaraciones, del deslinde, de la dirigencia panista, el acuerdo es entre el “Dr. Carstens” y las políticas priestrellas del canal de las estrellas. No fueron incluidos los legisladores y gobernadores panistas; el voto de ellos, los panistas, es el más barato, ellos votan disciplinariamente por la línea que el partido imponga. Los priístas salen más caros, en el fondo son lo mismos, pero su capacidad camaleónica los hace ser clave en el asunto, hoy se declaran social demócratas, mañana están en primera fila en el nacimiento de la unidad popular contra el neoliberalismo, el viernes se declaran en contra del aumento al IVA, que el miércoles ellos con su mayoría parlamentaria habían aprobado en la Cámara Baja, y el martes “defenderán como perros” el neoliberalismo impulsado por el chupacabras Salinas, en fin un estuche de híbridas monerías.
Lo cierto es que si el rumor es verdad, el “Nuevo PRI”, apostando al efecto reparador de la desmemoria inmediata, en las próximas horas estará aprobando en el Senado el paquete fiscal, que dice no compartir y que ya sus diputados habían aprobado la semana pasada. También sabremos que efectivamente los gobernadores priístas una vez más habrán actuado a las espaldas de sus gobernados y en contra de ellos. La práctica no es nueva, así lo han hecho desde hace tiempo, y por esas mismas formas perdieron la presidencia en el año 2000. La sociedad mexicana soporta mucho, pero al final revienta; y hoy, esa capacidad de aguante está sensiblemente afectada en los fondos de su resiliencia. La crisis financiera golpea en el centro del hambre y no hay mecanismos de enajenación que puedan evitar el dolor de los estómagos vacíos, fundamentalmente de las clases medias acostumbradas a mal comer, cuando menos, tres veces al día. Es ahí, en el corazón del hambre, donde la traición política, las falsas promesas, la mentira mediática, se vuelven peligrosos instrumentos explosivos, en una sociedad agraviada, una y otra vez, por la corrupción y la IMPUNIDAD. Están jugando con fuego, el tensor social está a punto de reventar y es muy probable que una mala lectura política, en relación al paquete fiscal 2010, sea suficiente para el estallido social, es la hora de que aquellos a los que pasivamente les hemos otorgado poder de decisión, actúen con responsabilidad (hasta donde son capaces, no se les exige más, conocemos el tamaño de su enorme mediocridad) por una vez, en bienestar de sus gobernados y sus representados, no de sus ambiciones políticas y económicas, las que estarían canceladas, cuando menos por el camino de la vía “pacífica”, si hacen oídos sordos al sentir popular.
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