Año 8, número 3187
Jueves 03, diciembre del año 2009
El que el Senado de la República haya “aprobado” que dos desconocidos jurisconsultos, Luís María Aguilar Morales y Arturo Zaldivar Lelo de Larrea, asumieran los cargos de Magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Lo que siempre ha sido parte de las prerrogativas que tienen los Presidentes de designar a sus incondicionales como jueces máximos.
Da pié para recordar a ese ilustre mexicano que fue Don Valentín Gómez Farias. Y a la Constitución del 57, que estipulaba que el Presidente de la Suprema Corte debía de ser electo por el Pueblo.
Y por supuesto también al deliberadamente soslayado Don Benito Pablo Juárez García, quien igual que Don Valentín, llegó a la Presidencia de la República por haber sido previamente electo para el honroso cargo de Presidente del Supremo Tribunal.
Pues la Constitución del 57 establecía que quien presidiera la Corte debería ser electo por el Pueblo.
Cabiendo acotar, que mientras eso no vuelva a suceder y quienes nos juzgan no se deban a quienes votaron por ellos, sino a quienes los designaron y los aprobaron, la Justicia estará en entredicho y la impunidad seguirá campeando por todo el territorio.
No puede haber nada más desconcertante para una población, que no saber a qué atenerse, como sucede en nuestro suelo en donde las Leyes son violadas a voluntad de quienes detentan el Poder, sobre todo en el Estado de Excepción que vivimos desde hace 222 días.
http://www.diariolibertad.org.mx/diario/index.php
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario