VIRGINIA GONZÁLEZ MELGAREJO
Que el Estado haga uso y ponga la riqueza nacional al servicio y beneficio de los mexicanos, seria normal; sin embargo, la realidad, por lo menos en México, indica otra cosa, y es sorprendente que quienes dicen gobernar para el bien de México, dilapiden nuestras riquezas naturales entregándolas al gran capital, con lo que día a día perdemos soberanía.
Los casos son muchos; aquí mencionaré sólo algunos. Recientemente, la Suprema Corte de (In) Justicia de la Nación declaró legal la venta a dos empresas transnacionales dedicadas a la recuperación de cartera vencida de 56 mil créditos vencidos pertenecientes a trabajadores afiliados al Infonavit.
Por su parte, la Secretaría de Gobernación otorgó el contrato para elaborar la muy cuestionada Cédula de Identidad Ciudadana a la empresa holandesa Smartmatic International Holding, por 299.4 millones de pesos en medio de gran controversia, pues se dice que esa empresa está siendo investigada en otros países por acciones de corrupción y lavado de dinero. Como se ve, el gobierno se decidió por una empresa extranjera de dudosa reputación mediante una licitación denunciada como muy irregular.
A su vez, la trasnacional Monsanto ha obtenido permiso del gobierno federal para la siembra de maíz transgénico y, apenas el viernes pasado, la Secretaría de Economía otorgó un crédito por más de 50 millones de pesos a la empresa canadiense First Majestic para instalar una planta de procesamiento de oro y plata. En su caso, Canadá domina en nuestro país la actividad minera y es por lo menos mentiroso decir que en México no hay oro y plata; por supuesto que los hay, pero ahora es explotados por empresas transnacionales.
Pero las cosas no terminan ahí. Vea usted, bajo el esquema de Productor Externo de Energía (PEE), Productor Independiente de Energía ( PIE ) y Construcción, Arrendamiento y Transferencia (CAT), la Comisión Federal de Electricidad ha permitido de manera tramposa la participación de empresas extranjeras como son Iberdrola y Unión Fenosa de España Electricité de France y Alstom de Francia, Mitsubishi y Nichimen–AES de Japón, ABB Energy de Suiza, Enron, Intergen y GE–Bechtel de Estados Unidos, entre otras, que ahora producen más del 40 por ciento de la electricidad que se distribuye en nuestro país y lo mismo sucede con el petróleo, la explotación del gas, los bancos, las cadenas de supermercados y con todo aquello que pueda ser enajenable por parte del Estado a favor de empresas extranjeras. Estas empresas, poco benefician al país: obtienen elevadas ganancias que se llevan a sus países de origen, muchas de ellas contaminan en grado extremo y pagan salarios de miseria.
Andrés Manuel López Obrador, en su propuesta de elaborar un nuevo proyecto alternativo de nación, incluyó como primer punto el rescate urgente del Estado para recuperar las riquezas y los bienes públicos privatizados y, sin duda, que la razón está de su lado y de ahí la importancia de este proyecto que podemos contribuir a elaborar y luchar por cumplirlo.
Se desploman las remesas
El Banco de México informó hoy que las remesas que los mexicanos envían desde el extranjero se desplomaron en octubre 35.82 por ciento en comparación al mismo mes del 2008, la peor caída en más de una década.
Los envíos en octubre de este año ascendieron a mil 692 millones de dólares, cuando en el mismo mes de año anterior fueron 2 mil 636 millones de dólares.
En el acumulado enero–octubre las remesas sumaron 18 mil 126 millones de dólares, lo que representó una caída de 16.13 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior.
La baja de octubre es la mayor desde que en 1996 el Banco de México comenzó a registrar el ingreso de remesas, enviadas casi en su totalidad desde Estados Unidos.
La peor caída anterior para un mes se había registrado en mayo del año en curso, cuando bajaron 19.87 por ciento.
Carta de Michael Moore*
Quisiera decirles algunas palabras a aquellos que se asumen cristianos (los musulmanes, judíos, budistas, etcétera, también pueden leer lo que voy a escribir estoy seguro, de que también ellos podrán aplicarlo a sus propios valores espirituales.)
En mi último filme hablo, por primera vez, de mis creencias en una película. Siempre creí que las preferencias religiosas son profundamente personales y que deben ser mantenidas en la privacidad. Después de todo hemos escuchado demasiado en las tres últimas décadas sobre como debería uno comportarse y debo decir que estoy harto de piedades y lugares comunes considerando que somos una nación violenta que invade otros países y nos castiga por tener la audacia de afrontar tiempos difíciles.
Estoy igualmente en contra de cualquier tipo de proselitismo. No pretendo ciertamente que nadie adhiera a mi fe. Como católico, tengo también mucho que decir sobre la iglesia como institución, pero lo dejaré para otro día (o para otra película).
A todos los tipos perversos de Wall Street y a los corruptos miembros del Congreso a que me refiero en Capitalismo. Una historia de amor, les planteo en la película una sola pregunta: “¿es un pecado el capitalismo?”, y sigo preguntando: “¿habría sido Jesús capitalista?, “¿habría pertenecido a un Fondo buitre? ¿Podemos aprobar un sistema que permite que el 1 por ciento más rico pueda financiar su salud mientras que el 95 por ciento de la población no puede?
Estoy inclinado a creer que no es ningún hallazgo creer que el capitalismo se opone a todo lo que Jesús (y Moisés y Mahoma y Buda) predicó. Todas las grandes religiones tienen clara una cosa: es perverso apropiarse de la mayor parte del pastel y dejar a los demás pelearse por el resto. Jesús dijo que a los ricos les será muy difícil entrar en el cielo. Nos enseñó que debemos cuidar a nuestros hermanos y a nuestras hermanas y que la riqueza debe ser compartida. Dijo también que si no le das abrigo a los sin techo y no alimentas al hambriento, te será muy difícil encontrar el código que te permita abrir las puertas celestiales.
Sospecho que para nosotros los usamericanos hay malas noticias Sabemos que ahora tenemos la más alta tasa de desempleo desde 1983. Se cierra un puesto de trabajo cada 7.6 segundos, todos los días 14 mil personas pierden su seguro de salud. Es así como entendemos el “benditos sean los pobres”. Al mismo tiempo, los banqueros de Wall Street (“Bendita sea la Riqueza”) acumulan más y más bienes y se esmeran en pagar cada vez menos impuestos (en el último año el promedio de impuestos de Goldman Sachs fue de apenas un 1 por ciento) ¿Hubiera aprobado esto Jesús? Si no ¿porqué dejamos que siga este maldito sistema? No me parece que usted pueda ser al mismo tiempo capitalista y cristiano –porque usted no puede amar el dinero y amar a su vecino si le está negando la posibilidad de concurrir al médico solo porque usted puede tener algo más que lo esencial. Eso es “inmoral” y usted está cometiendo un pecado cuando obtiene beneficios a expensas de los demás.
Cuando usted esté en la Iglesia esta mañana piense, por favor, en todo esto. Quiero pedirle que les permita acercarse a sus “mejores ángeles” Y si usted está entre los millones de usamericanos que están luchando semana a semana, sepa que yo he prometido hacer todo lo posible para detener este mal y espero que usted se una a mí hasta que no haya un solo ser humano que no pueda sentarse a la mesa.
Gracias por escucharme. Estaré en misa dentro de un rato. Le preguntaré al sacerdote si el cree que Jesús habría especulado con hipotecas y sus derivados. Creo que él debe haber sido bueno en matemáticas, sino ¿cómo hubiera podido multiplicar y repartir los panes y los cinco pescados entre 5 mil personas? O él fue el primer socialista o sus discípulos no fueron eficientes. O ambas cosas.
Suyo Michael Moore
*Cineasta documentalista usamericano que denuncia a través de sus filmes la violencia que genera la tenencia de armas (Bowling for Columbine), los engaños de los seguros de salud y desnuda en esta última película (Capitalismo. Una historia de amor) el drama capitalista, siempre en el marco de su propio país. Traducción: Susana Merino. (Ecupres)
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario