jueves, diciembre 03, 2009

Tarjeta roja

Sergio Cortés Sánchez

Al bien llamado ilegítimo le quedo grande la yegua, como canta la regia Villaseñor: no se merece el aprecio de aquellos que alguna vez lo quisieron; sus sufragantes no lo entienden, tampoco él los comprende ni les cumple y, mucho menos, sabe qué hacer con el cargo. A mitad del camino, la población ha crecido en 2.5 por ciento, la producción de bienes y servicios decreció en 1.2 por ciento y la producción por habitante cayó en 3.7 por ciento. Para alcanzar el nivel de producto por habitante que hubo en los meses de julio–septiembre del año pasado, se necesita que la economía crezca ininterrumpidamente al 3 por ciento anual en los próximos tres años y medio. Además del fraude por el que llegó a la presidencia, ahora hay que agregar su probada incapacidad para conducir este país por el camino que prometió: estabilidad, crecimiento económico, justicia, equidad y mejores niveles de bienestar social.

La economía ha sido el principal problema durante la gestión presidencial de Felipe Calderón y, ante esos retos, sus acciones han sido insuficientes, inadecuadas y tardías, como bien lo tipificó el Nobel de Economía Hugo Stiglitz y también lo expresaron tres de cada cuatro ciudadanos que radican en el municipio de Puebla y disponen de teléfono en casa, mismos que consideran que el ejecutivo federal no tiene el control de la economía. En cuanto a las acciones públicas deseadas de la presidencia de la República, la mitad de los ciudadanos consideran que se debe ampliar la demanda a través de generación de empleos, de mejores remuneraciones salariales y de mayores transferencias públicas hacia la población más necesitada; la otra mitad reclama una administración profesionalizada, competente, proba así como una reorientación de las políticas públicas.

En el primer año de la gestión de Felipe Calderón, la mayoría de ciudadanos aprobaba su gestión; en el segundo año, la mitad lo aprobaba y la otra lo desaprobaba y, en el tercer año, son mayoría absoluta los que lo desaprueban. A mayor profundidad de la crisis, mayor alejamiento de la gestión presidencial y no es para menos, en una escala del cero al diez, donde lo primero es muy ineficiente y lo segundo muy eficiente, el promedio de la administración de Felipe Calderón fue 5 al finalizar el primer año y de 4 en el segundo y tercero; para decirlo coloquialmente, la ciudadanía del municipio de Puebla lo ha reprobado por dos años consecutivos. El incumplimiento del programa ofrecido y las reiteradas mentiras del ejecutivo federal han motivado que siete de cada diez ciudadanos le tengan poco o ninguna confianza y tienen como testigos de honor a los 5 millones de pobres generados durante la actual administración presidencial.


No hay comentarios.: