Barómetro Internacional
Por el arribismo, el oportunismo y la traición tienen
Azabache*
Formados bajo modelos educativos eurocentristas, individualistas y de corte capitalista, y copiando los malos ejemplos dados por las egoístas, corruptas y criminales clases oligárquicas gobernantes, en Colombia ciertos sectores de capas medias profesionales se han caracterizado por acudir a los procesos y movimientos sociales y populares ó por esgrimir las problemáticas comunitarias, para procurar ascender en la escala social y lograr objetivos individualistas, lo cual junto a las practicas de difamación y exterminio de las clases gobernantes contra estos movimientos y su militancia, han mamertiado los procesos de transformación social en Colombia. Son ejemplos elocuentes muchos casos de dirigentes de la Unión Nacional de Izquierda Revolucionaria, la Unión Nacional de Oposición, Movimiento Firmes, la Alianza Nacional Popular, de exmilitantes de la izquierda radical y exactivistas de los movimientos estudiantiles que han terminado en los partidos tradicionales de la derecha, al servicio de las clases dominantes ocupando altos cargos burocráticos del Estado y hasta de compañías trasnacionales, lo cual llevó al presidente Alfonso López Michelsen a afirmar que la izquierda era la mejor escuela de cuadros del partido liberal.
Pero también son ejemplos elocuentes de ello Tulio Cuevas y Raquel Mercado, quienes dirigieron las centrales sindicales UTC y CTC entre los años de 1970 y 1980, y que con los recursos del movimiento sindical y otras gabelas que les garantizaron las oligarquías colombianas y gobiernos imperialistas de los Estados Unidos y Europa, evolucionaron hacia unos estatus de vida aburguesados, y finalmente fueron unos gobiernistas, pro-imperialistas, anestesiadores y vendedores de huelgas y paros, y de los movimientos de los trabajadores en general, sapos y esquiroles que en actitud policiva estigmatizaban a los dirigentes sindicales consecuentes con las clases trabajadoras, por lo cual terminaron rechazados por los sectores consecuentes combativos y democráticos de los movimientos sociales.
Hoy los señores Julio Roberto Gómez, Angelino Garzón y Luis Eduardo Garzón se comportan como unas réplicas de Mercado y Cuevas, cuando después de evolucionar a capas medias altas, han pasado de dirigentes sindicales a convertirse en aduladores de las oligarquías, apologistas del neoliberalismo y en estigmatizadores de los dirigentes de la oposición y de la izquierda democráticas que se han mantenido consecuentes con sus principios ideológicos y con las aspiraciones históricas de las clases populares. Tan pronto se dio por consumada la farsa de la elección de Juan Manuel Santos, el pasado 20 de junio, su vicepresidente Angelino Garzón ha empezado a dar declaraciones a favor de los TLC con los Estados Unidos y con Europa, al tiempo que relaciona a la oposición y a la izquierda democráticas con los “grupos armados ilegales”, utilizando el mismo lenguaje calumnioso y malintencionado del presidente Álvaro Uribe, los dirigentes del Partido de la “U” y la ultraderecha en general.
Los dos garzones hacen parte de aquellos/as que se mantuvieron disfrutando de las mieles del campo socialista, pero tan pronto vieron a ese barco hacer agua, desesperadamente se fueron lanzando a las embarcaciones de la ultraderecha, confesándole a sus máximos jerarcas sus pecados izquierdistas y ofreciéndose como sus mejores sacristanes, al tiempo que estigmatizan a sus antiguas huestes y a sus antiguos camaradas. Por tanto, no merecen otros calificativos que los de filibusteros y traidores desvergonzados. Como dijera el camarada Pablo Neruda: “vendidos y vendedores de su propio pueblo”.
En el caso del Polo Democrático, en las pasadas elecciones afloraron muchos comportamientos arribistas de un reconocido sector de profesionales, y de esta manera se inscribieron muchas listas para el Congreso de la República, en medio del agua sucia lanzada por algunos contra otros, lo cual conllevó a que cundiera la desconfianza en las masas y a que se dispersara demasiado la votación y finalmente se perdieran varias curules. Además estamos entre los convencidos, que si se hubiera mantenido la candidatura presidencial del compañero ex magistrado Carlos Gaviria, nos hubiera ido mucho mejor, pues uno percibe que él despierta más confianza y credibilidad tanto en la mayor parte de la militancia del Polo, como en sectores democráticos y progresista, y en las masas populares. Precisamente, es condenable que en estos momentos el excandidato presidencial del Polo, Gustavo Petro, se encuentre adelantando conversaciones con el presidente electo, desconociendo la determinación del partido de hacer la oposición al nuevo gobierno y sin contar con su Junta Directiva.
En el caso de comunidades afrocolombianas como el Chocó y Buenaventura existe una capa media de profesionales, pequeños y medianos negociantes que se ha ubicado como clase dirigente, pero que en realidad no ha jugado ningún papel dirigente en relación con la suerte de las mismas y su orientación hacia un futuro decoroso, y sus integrantes más bien se han comportado como unos mandaderos de las oligarquías, y en algunos casos del imperialismo yanqui, quienes les han asignado como papel fundamental manipular a estas comunidades a objeto de garantizar su control político por parte de la ultraderecha, su aceptación del saqueo e ingerencias de las trasnacionales imperialistas en sus territorios y de los TLC, para lo cual no les ha importado aliarse con grupos narcoparamilitares que vienen cometiendo abusos y crueldades en los territorios comunitarios, y a cambio de ello reciben cargos burocráticos y contratos jugosos para satisfacer sus apetitos arribistas, y son cobijados por la impunidad frente a sus prácticas corruptas. No obstante cada mes cae alguno de sus integrantes a la cárcel por corrupción pública y/o complicidad macabra con narcoparamilitares, así sea que muy pronto la maquinaria de la impunidad oficial los lleve de nuevo a la libertad y a disfrutar de mejores cargos y contratos.
De allí las altas votaciones que logran en esa región y localidad los grupos y personalidades ligados a quienes manejan el poder nacional, con lo cual aparecen estas comunidades ante el mundo como las más arrodilladas, sumisas y escasas de espíritu de lucha por sus derechos.
Pues Uribe Vélez durante sus ocho largos años de gobierno no hizo más que engañar a estas comunidades, lo mismo que Angelino Garzón cuando fue Gobernador del Valle del Cauca. Solo les llevaron paliativos y falsas promesas en momentos de grandes calamidades, y aunque para lograr su elección les prometieron resolverles sus problemas de fondo para avanzar hacia el bienestar y el progreso social, no les cumplieron ni siquiera con las obras de infraestructura básicas que desde hace muchos años vienen proyectadas, como algunas vías y los servicios de agua potable, alcantarillado y energía eléctrica, ni mucho menos con la solución del desempleo galopante, que llega a pasar del 60% en las mismas. Al contrario, se agudizó la violencia, el desplazamiento forzado, la usurpación y el despojo de los territorios ancestrales por parte de grupos narcoparamilitares, de capitalistas nacionales y compañías trasnacionales, con licencia y/o el beneplácito del Gobierno Nacional.
Santos dijo al arrancar con su campaña presidencial y ha reiterado después, que continuará con los ejes fundamentales del gobierno de Uribe, por lo tanto a nuestras comunidades solo les espera más miseria, violencia, degradación social y finalmente la desmembración del Chocó a favor de Antioquia y de los otros departamentos vecinos, de alta concentración de propiedades e intereses oligárquicos, para satisfacción del proyecto uribista de nueva regionalización del país, a través de la cual los neocolonialistas internos se proponen apropiarse de los territorios ancestrales afrocolombianos y aborígenes más ricos en recursos naturales y de posición geoestratégica envidiable, disponiendo de soportes legales. Y a pesar de ello la clase politiquera-arribista afrocolombiana los adula e induce a las comunidades a que los respalde.
Por otra parte, al igual que Uribe y algunos de sus altos funcionarios, en un “yo con yo”, esta clase politiquera-arribista afrocolombiana, ha establecido unas especies de comités de aduladores para estarse homenajeando y haciéndose reconocimientos entre si, y de esta manera permanentemente realizan suntuosos actos, en muchos casos malgastando recursos públicos, y publican unas listas de “afrocolombianas/os notables”, mezclando personas meritorias con otras que uno aparte de su vocación burocrática, sus conductas corruptas y su condición de mandaderos de las oligarquías y del imperialismo, no encuentra razón para tales homenajes y reconocimientos, porque jamás han hecho algo importante por la superación de nuestras comunidades, y más bien han utilizado el nombre de las mismas y sus problemáticas para acceder a beneficios personales, y según ellos el hecho que sean nombrados en una posición importante o de acceder a un contrato jugoso constituye reivindicar a nuestras comunidades, cuando de hecho la situación de estas continúa de mal en peor, porque en la mayoría de casos ellos llegan a las altas posiciones confabulados con las oligarquías para burlar sus derechos y hacerles daños, a validar y poner en práctica los planes, programas y proyectos excluyentes de siempre, como ha ocurrido con la mayoría de parlamentarios, gobernadores, alcaldes y otros funcionarios, que en los últimos 20 años, en su mayoría han afrontado ó están afrontando serios procesos judiciales. Es necesario reiterar que la prioridad de nuestras comunidades es la debida inclusión en los planes de desarrollo nacionales, y particularmente la ejecución del Plan de Desarrollo Integral que ordena la Ley 70 de 1993, como forma de reparación histórica, el cual ha sido formulado en varias ocasiones con la asesoría y acompañamiento del Departamento Nacional de Planeación, sin embargo los diferentes gobiernos se han burlado del mismo y no le han asignado los recursos correspondientes.
En este sentido, el nombramiento de afrocolombianas/os en importantes posiciones públicas debe estar ligado a la garantía de ejecución de estos planes a favor de las comunidades, y debe ser algo concertado con las instancias organizativas representativas de las mismas, porque de nada vale que a estas instancias lleguen personas a quienes no les ha interesado la suerte de las comunidades y que lo único que les interesa es satisfacer sus apetitos arribistas.
De allí que no quede otra alternativa al movimiento social afrocolombiano que continuar la lucha por cambios estructurales en nuestro país, articulado a las demás fuerzas democráticas y progresistas del mismo, la región y el mundo. Pero hay que reiterar también que para tener peso específico en nuestras luchas, debemos mejorar los niveles organizativos, actuar articuladamente y bajo posiciones de principios, al tiempo que se desenmascara a esa clase politiquera afrocolombiana corrupta, arribista y oportunista, y su maridaje con las oligarquías nacionales y los imperialismos. Ojala se apersonaran del proceso de cualificación organizativa de nuestras comunidades y de la articulación y jalonamiento de acciones de impacto, organizaciones de larga trayectoria de trabajo consecuente por la reivindicación de nuestras comunidades, como la Conferencia Nacional Afrocolombiana y la Organización Cimarrón, y que para ello se contara con el apoyo financiero y técnico de la Dirección de Asuntos de Comunidades Negras, Afrocolombianas y Raizales, del Ministerio del Interior y de Justicia, para que alguna vez esta dirección haga algo realmente trascendental por nuestras comunidades.
Ceisafrocol1986@hotmail.com
* Boletín Ideoteórico del Centro de Estudios e Investigaciones Sociales Afrocolombianas, CEISAFROCOL
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario