La utilización de las víctimas fue y es un planteamiento estratégico del sionismo para la creación del Estado de Israel
Casajuntoalrí o
(Arabes a las cámaras de gas)
Podría decirse que los israelíes no han aprendido nada. Que lejos de asumir el exterminio de europeos por los nazis como una experiencia universal de la que extrapolar una actitud contra todo tipo de totalitarismo, segregación, racismo y violencia han convertido ese exterminio en una psicosis persecutoria en la que por sistema todos somos antijudíos, antisemitas, etc. (Goebbels , su maestro en la mentira y la propaganda ha sido ampliamente superado por el sionismo). En esa línea, cualquiera que critique al Estado sionista es acusado de antijudío y nazi en una perversa y psicótica maniobra para descalificar a sus oponentes.
Con toda seguridad el papel que da al exterminio de judíos el sionismo mesiánico que controla Israel y cuyas principales víctimas, después de los palestinos, son los propios israelíes, es decisivo. La historia de Israel es la historia de la explotación y de la utilización sesgada de las victimas de la II Guerra Mundial. No hay que olvidar que junto a europeos (eran europeos, como muy bien dice Helen Thomas, decana de los periodistas en la Casa Blanca) de religión judía murieron en esos campos todos los contrarios a Hitler. No todos fueron judíos. La guerra se saldó con cerca de 80 millones de muertos y, sin duda, si hubiera que enaltecer a alguien sobre los demás serían los 16 millones de rusos que murieron para salvar a Europa (no fueron los EEUU, ni el desembarco de Normandía los decisivos).
Pero ni la utilización grosera de sus propias víctimas que debería avergonzarles ni el empleo de todo su poder político, económico y militar para desviar la atención pueden ya convencer a nadie. El mostrar a sus comandos de élite armados hasta los dientes en el ataque a la flotilla de la libertad como victimas de un grupo de pacifistas desarmados es rizar el rizo esquizoide, hipócrita e interesado del sionismo que vende que sólo con su supremacia militar nunca será atacado por un mundo que siente contra él.
De ahí que Israel sea un polvorín nuclear. De ahí que cuando Irán dice que enviará dos buques con ayuda humanitaria el sionismo (y prefiero llamarlo así porque, insisto, son sus dirigentes los responsables de los asesinatos y no la población de Israel que también es víctima) envía tres submarinos nucleares a sus costas.
Todo el mundo debería saber a estas alturas que el sionismo pagó a Hitler. Que la banca sionista (Rotschild´s, Rockefeller, Warburg, Kun-Loëb, Bush etc etc) y sus conglomerados militares e industriales auspiciaron y financiaron el nazismo y que es más que probable que el propio sionismo mesiánico propiciara el exterminio de los judíos pobres o de los que no querían emigrar a Palestina para hacer valer el papel de víctima y dar el aldabonazo definitivo para la creación del Estado-error que es Israel. La guerra fue financiada en sus dos bandos por la banca de Wall-Street y consolidó el complejo industrial, militar y químico ligado al sionismo y que domina la política estadounidense y de la UE. Durante la guerra y en los años inmediatamente posteriores se ocultó, pero hoy día existen pruebas concluyentes de que nazis y sionistas colaboraron estrechamente hasta casi el final de la guerra. Himmler, por ejemplo, estuvo en nómina de la Standar Oil hasta casi el final del régimen nazi.
La masacre de Gaza y los asesinatos en los barcos de la Flotilla de la libertad han abierto los ojos a muchos que aún permanecían expectantes y probablemente nada sea igual para Israel a partir de ahora.
Por suerte hay hombres de religión judía contrarios al sionismo, como los de la Liga judía antisionista. Hay disidentes conscientes como el físico nuclear Modechai Vanunu que denunció el arsenal nuclear israelí (ha sufrido cárcel y sigue sufriendo persecución). Hay incluso soldados, que pese al barrido y a la alienación mental a la que son sometidos, mantienen la dignidad y denuncian el abuso. De esos soldados arrepentidos es la foto que acompaña la entrada.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario