Muy buenos días. Ánimo.
Hoy vamos a comentar sobre la necesidad que tenemos de fortalecer valores culturales, morales y espirituales.
La crisis actual no sólo se originó, gestó, por la falta de empleos y de oportunidades, sino también porque se ha convertido a la codicia en virtud, se ha elevado a rango supremo el dinero y se ha inducido la creencia de que se puede triunfar a toda costa, sin escrúpulos morales de ninguna índole.
Por eso, a partir de la reserva moral y cultural que todavía existe en las familias y en las comunidades del México profundo y apoyados en la inmensa bondad que hay en nuestro pueblo, el nuevo gobierno democrático va a emprender la tarea de exaltar y de promover valores en lo individual y en lo colectivo.
Es urgente revertir el desequilibrio que existe entre el individualismo dominante y el amor a nuestros semejantes.
El propósito es contribuir a la formación de mujeres y hombres buenos y felices, bajo la premisa de que ser bueno es el único modo de ser dichoso. Insistir en que la felicidad no se logra acumulando riquezas, títulos o fama, sino estando bien con nuestras conciencias, con nosotros mismos y con el prójimo.
La descomposición social y los males que nos aquejan no sólo deben atenderse con desarrollo y bienestar, y mucho menos aplicando medidas coercitivas, sino fortaleciendo la idea de hacer el bien sin distinción de razas o clases sociales.
Para fomentar estos valores se debe echar mano, y eso es lo que vamos a hacer, de todos los medios posibles: Otorgar prioridad en la educación al conocimiento de la historia, la filosofía, la ética y el civismo; propagar virtudes y destacar ejemplos positivos en los medios de comunicación.
Fortalecer y difundir, de todas las formas posibles, los valores comunitarios y la solidaridad que hay, por tradición, en la familia mexicana. No olvidemos que la familia mexicana es la principal institución de seguridad social del país.
En consecuencia, debe evitarse la desintegración familiar, el maltrato entre sus miembros o la violencia entre miembros de las familias, promover la comunicación, la libertad y el respeto a la diversidad, promover la tolerancia, la democracia en las familias, alentar la amistad fraterna entre padres e hijos, tener presente que el niño reconoce a la madre por la sonrisa y besos recogerá quien siembra besos.
Lo material es importante pero no basta, ante la terrible crisis que afecta al país. Hace falta fortalecer los valores culturales, morales y espirituales.
Sólo así podremos hacer frente a la mancha negra de individualismo, codicia y odio que se viene extendiendo cada vez más y que nos ha llevado a la actual degradación como sociedad y como nación.
Lo más importante de todo es transformar a México, buscando alcanzar un ideal moral. Estamos convencidos que no basta con mejorar las condiciones de vida y de trabajo de nuestro pueblo; es indispensable crear una nueva corriente de pensamiento para fortalecer valores culturales, morales y espirituales.
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