sábado, noviembre 26, 2011
sábado, septiembre 11, 2010
Cuarto informe de Felipe Calderón y Quinto informe de Enrique Peña Nieto.
http://www.youtube.com/watch?v=4Nlz2NjdmwU
viernes, julio 16, 2010
Canal once, el engaño
MÉXICO, DF, 13 de julio (apro).- ¿A quién quiere engañar Felipe Calderón cuando afirma que el Canal Once se convertirá en “una televisión pública que promueva el debate democrático de las ideas”, y que su naturaleza es la de “una televisión del Estado mexicano pública, gratuita, abierta y plural”?
El anuncio realizado en transmisión simultánea –ya vimos que a Calderón le encantan los “encadenamientos” de sus mensajes-- se produjo en las instalaciones del antiguo canal educativo del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
En esencia, fue la formalización de una mayor cobertura de esta señal para llegar a 42% del territorio nacional, incluyendo capitales como Guadalajara, Jalapa o Morelia. Anunció que “en breve” se incorporarán las ciudades de Mérida, Monterrey, Oaxaca y Durango a la cobertura de Canal Once.
Durante ese evento no hubo sociedad civil sino el conjunto de la burocracia de medios gubernamentales de la administración federal, la misma que con escasos recursos ha tratado de hacer en algunos medios un trabajo digno, a pesar del menosprecio de Los Pinos o el acoso incesante de Max Cortázar para convertir a estas señales en prolongaciones de la propaganda calderonista. Ni siquiera estos funcionarios creen que se trata realmente de una “tercera cadena pública”.
Se trata de una señal para la propaganda calderonista. Se busca el control político nuevamente de los medios permisionados para uniformar sus contenidos informativos, excluir a voces críticas y copiar los formatos de la televisión comercial para transformarlos en una especie de divertimentos burocratizados por la alta ineficacia telegénica de quienes administran Canal Once.

Basta ver lo que ha sucedido con la barra de programación de Canal Once durante este sexenio. Hubo varios intentos para desaparecer programas “incómodos” como el debate de los hombres de negro o el programa “Aquí nos tocó vivir” de Cristina Pacheco, que no coinciden con la idea de infoentretenimiento de su director Fernando Sariñana.
Luego se pirateó la idea de “Discutamos México” que inició el Canal 22 para volverlo una proyección de las fantasías calderonistas durante el Bicentenario y el Centenario. También se modificó el formato de los noticieros para que las notas principales sean las declaraciones de los miembros del gabinete, incluyendo a la primera dama Margarita Zavala, como si se tratara de una pasarela de funcionarios de una televisión soviética: sin imaginación, sin contraste crítico, sin hechos que informar.
Además, se incorporaron programas con los nuevos géneros híbridos de la televisión (realitys, concursos, talk shows, docudramas), pero sin una propuesta realmente alternativa para las audiencias. Se clausuró, sin explicación alguna, la figura del ombudsman de las audiencias de Canal Once porque al director cinematográfico que dirige esta señal le pareció aburrido atender los derechos de las audiencias.
Incluso se eliminó todo punto de vista crítico hacia el modelo de la televisión guiada por el rating y Canal Once no volvió a promover ningún debate profundo sobre la reforma a la Ley Federal de Radio y Televisión.
En fin, Canal Once se volvió una televisora dócil, cómoda no sólo para el gobierno federal sino para Televisa y TV Azteca.
Y Sariñana fue de los primeros en firmar ese fraude telegénico llamado “Iniciativa México”, como si se tratara de un proyecto del propio IPN.
Nunca fue un canal plenamente autónomo ni mucho menos un medio de la sociedad civil, pero durante décadas Canal Once fue cuidado por sus productores y algunos directores para que mantuviera una identidad propia, más allá de los vaivenes sexenales. Algunos lo lograron, otros no tanto. Pero con el calderonismo se retornó a las peores prácticas de una televisión del régimen priista, como si nada hubiera cambiado.
Incluso, hubo una operación burocrática altamente cuestionable. La creación por decreto del Organismo Promotor de Medios Audiovisuales (OPMA) implicó sacar de la esfera educativa (la SEP) la dirección de los medios oficiales para que retornara a la Secretaría de Gobernación, como si se tratara de un asunto de control político y no de proyecto cultural.
Miente Calderón cuando afirma que “la televisión pública mexicana seguirá siendo el emblema de la televisión educativa, cultural e informativa. Fortalecerá los valores que enriquecen y nutren nuestra mexicanidad”.
Miente porque el mismo anuncio es un ejemplo de que se trata de instrumentalizar el Canal Once para volverlo la “señal presidencial”. Lo público se confunde con lo gubernamental y la televisión educativa se transforma en una televisión de propaganda.
¿Por qué no estuvieron los anteriores directores de Canal Once? ¿Por qué se han excluido las experiencias previas de una señal que ha aportado mucho a la cultura televisiva mexicana?
Esta es la principal muestra de que se trata de un modelo excluyente, autorreferencial y, a fin de cuentas, sin el menor interés en el servicio público.
Comentarios: www.jenarovillamil.wordpress.com
miércoles, diciembre 30, 2009
miércoles, diciembre 16, 2009
miércoles, diciembre 09, 2009
La Educación de los mexicanos para Gordillo a cambio de votos para Calderón
http://www.youtube.com/watch?v=50UsOm8BadU
http://www.youtube.com/watch?v=9hxGA6P8I5I
miércoles, noviembre 25, 2009
AMLO a tres años. Hacia donde va la República
http://www.youtube.com/watch?v=tT4i6MbC57k
http://www.youtube.com/watch?v=rQKPbQna-yM
miércoles, abril 22, 2009
FUERA SARIÑANA DE CANAL ONCE

A pesar de que la programación y noticiarios de este canal del Instituto Politécnico Nacional no necesariamente era crítico, en su programación se incluían programas que proyectaban una imagen real de la sociedad la economía y la política. Es el caso de "Aquí nos tocó vivir" de la escritora y talentosa entrevistadora Cristina Pacheco, así como "Primer Plano" programa de análisis político que registraba la pluralidad ideológica e intelectual que vive nuestro país, en el cual participaban personalidades con características críticas al sistema panista, como el Dr. Lorenzo Meyer, programas ambos que fueron marginados del nuevo proyecto del once.Las modificaciones responden al nombramiento como director de Fernando Sariñana, un economista que devino en cineasta mediocre y formulista, director de las cintas Amarte Duele y Atlético San Pancho entre otras, quien luego de tres meses de explorar un proyecto de televisión decidió adecuar al Canal Once a las necesidades del mercado, es decir volver al "once" un churro como sus películas, es decir vacío y torpe.Por esta razón la Liga Nacional de Comités Ciudadanos en Resistencia A. C. se sumará a la protesta que convoca la organización Flor y Canto y que se desarrollará en las intalaciones de canal 11, la cita será este miércoles 22 de abril de 2009 a la 10.30 de la mañana en el metro normal salida norte.
Fuera Fernando Sariñana de canal Once!
Por una Ley de Medios incluyente y plural
Sólo hay Esperanza en la Acción
Ferrer Galván Acosta
presidente
jueves, abril 16, 2009
Recula canal Once; vuelve programa de Cristina Pacheco
MÉXICO, D.F., 16 de abril (apro).- El programa Conversando con Cristina Pacheco regresará a la programación de canal Once TV México, en el mismo día y horario que tenía antes de que el director de la televisara del Instituto Politécnico Nacional, Fernando Sariñana, decidiera cambiarlo a la barra dominical por cuestiones de "rating".Sin embargo, Pacheco se inconformó por el cambio de horario y optó por abandonar dicho programa, por lo que Sariñana tuvo que sacarlo del aire finalmente.Pero esa decisión le costó caro: el público fiel a dicho canal protestó inmediatamente.Proceso publicó en su edición 1692 del 5 de abril la postura de especialistas que cuestionan desde la asimilación del canal por el gobierno, hasta la tendencia comercial, el absurdo cambio de nombre a Once TV México, las bromas de Felipe Calderón para asignarle una señal nacional, así como la cancelación del programa de Pacheco y el cambio de horario de su programa estelar de debate político Primer plano.Otra fuerte crítica por la "censura" en el canal del Instituto Politécnico Nacional fue la del escritor Fernando del Paso, quien señaló que se necesitaba "graduarse de ingeniero y diplomarse de ignorante para comulgar con esa rueda de molino (el supuesto mejor rating los domingos)".En un artículo publicado en La Jornada el pasado martes 14, Del Paso dijo a Sariñana que "cuando un canal se respeta y respeta a su público, sabe muy bien que los espacios son del teleauditorio. Y algo más: ya es tiempo de que usted aprenda a distinguir entre el rating de cantidad del público y el rating de calidad del público".Ante la lluvia de reproches, Sariñana dio marcha atrás y regresó al programa de entrevistas de Pacheco a su horario de antes, es decir, los viernes a las 20:00 horas. El regreso de Pacheco contará con la presencia de del músico Ernesto Anaya como invitado especial.Luego de estar dos semanas fuera del aire, la escritora manifestó: "Es un triunfo de la opinión pública, el apoyo que dieron los compañeros periodistas fue generoso y no tendré nunca con qué pagarles, pero también creo que pesó la opinión de los espectadores que se dirigieron al canal y a diferentes medios a través de cartas, correos electrónicos y llamadas; no quería perder la presencia de ese público que ha sido muy estimulante y muy aleccionador para mí y mis invitados".
Falta ahora saber si el programa Primer Plano regresará a su horario original de las 22 horas de los lunes.
viernes, abril 10, 2009
El absurdo giro del Canal Once


La comunidad cultural se sorprendió con los cambios operados en la programación de la estación del Instituto Politécnico Nacional, lo cual se ve reflejado en las opiniones de especialistas recogidas aquí, en las que tocan varias aristas: desde la asimilación del canal por el gobierno, hasta la tendencia comercial, el absurdo cambio de nombre a Once TV México y las bromas de Felipe Calderón para asignarle una señal nacional.Corre peligro el Canal Once, hoy Once TV México, que el pasado 2 de marzo cumplió 50 años.Con esa preocupación, Virgilio Caballero, exdirector del Canal del Congreso, cofundador de Canal 40 (CNI), creador y director del noticiario Enlace de Canal Once y profesor en ciencias de la comunicación, afirma que la Presidencia de la República quiere quitarle la televisora al Instituto Politécnico Nacional (IPN):“Crear una figura supuestamente intermediaria, una especie de corporación que maneje o administre Once TV México de una manera dizque más abierta. Me parece que de llegar a cometerse ese gravísimo atropello, se ofendería no sólo al Politécnico, sino a la sociedad mexicana entera. Esa frecuencia le pertenece a la sociedad nacional.”Apunta que el riesgo, que ya está corriendo en el Once, se inició con el cambio de programación el pasado 30 de marzo con contenidos “de una dudosísima calidad”.
"Primer plano”, a segundo plano
Toda la llamada barra de opinión del Canal Once pasó de las 22 a las 23 horas desde el pasado lunes 30 de marzo. Así, para sorpresa de muchos televidentes, Primer plano se transmitió luego de la nueva serie sobre narcotraficantes Los vigilantes, producida por HBO.Ocurrió igual con otros programas de la barra como Espiral, conducido por Ricardo Raphael, y Dinero y poder, por Ezra Shabot, a los cuales anteceden ahora series (Los vigilantes, La calle, Matrioshki y Los años de tu vida), como las ofrecidas por los consorcios Televisa y TV Azteca. Se inaugurarán además nuevos programas de opinión como México diferente, Agenda a fondo, Observatorio internacional, Ciudad de todos, y uno a cargo de Adriana Pérez Cañedo.Mientras Sergio Aguayo se resiste a dar al desplazamiento de Primer plano una lectura política, Lorenzo Meyer dice sin empacho:“Nos mandaron al caramba... o poquito más lejos que el caramba.”Consultados por Proceso, los dos internacionalistas y politólogos, investigadores de El Colegio de México, dan su interpretación de lo ocurrido en Primer plano, programa en el cual participan junto con María Amparo Casar, José Antonio Crespo, Leonardo Curzio y Francisco José Paoli Bolio, cada lunes, ahora cerca de la medianoche.Meyer cuenta que les pidieron su opinión para hacer algunos cambios, entre ellos el de la escenografía, para la cual se compraría un set. Les ofrecieron respetar su vestuario siempre de negro y las tomas prácticamente sólo de los rostros de los participantes, así como el no tener un conductor o moderador. Pero jamás se les consultó del horario, “simplemente nos informaron la semana pasada: Pues fíjense que dentro de 15 días ya van a pasar de 11 a 12”. Y enfatiza:“Nos tomaron por sorpresa y me parece que es una manera de disminuir el público. Porque en un día normal –en lunes–, quien se queda viendo la televisión a las 11, o no tiene qué hacer o realmente está enfermo, porque a esas horas cualquiera que deba trabajar normalmente en esta ciudad o en cualquier parte, ya está durmiendo. Yo no sé nada de televisión, pero supongo que ya disminuye mucho la audiencia. Así que –hablo no nada más por mí, sino por mis colegas– no es algo que nos haya gustado ¡nada!”
–Y el cambio se da justo en este momento, de frente a las elecciones, cuando hacen falta espacios para el debate político.
–Exactamente. Justo en este momento. ¡Y por lo que nos sustituyeron, que es una serie de balazos, no sé, creo que de gangsters!
–Son series como las de Televisa o TV Azteca, ¿no?
–Eso me dijo mi esposa.
–¿Cabe preguntarse si...?
–¿Cuál es el objetivo o cuál es la diferencia? –interrumpe y contesta enseguida él mismo:“Hasta donde tengo entendido, el programa despertaba cierta polémica. No todos están de acuerdo con lo que decimos, pero sí es un programa crítico de la situación política. No todos pensamos igual, algunos somos críticos del régimen, otros sólo de ciertas políticas. Hay toda una gama de actitudes en el grupo, pero diría que prevalece la actitud crítica.“Para eso todos venimos del campo de las ciencias sociales y, en principio, un científico social debe estar inconforme con el statu quo en México o en Suecia, en cualquier lado, porque siempre es posible mejorarlo. No sé hasta qué punto el ser un programa crítico influya en que nos marginen, porque no hay una censura, pero es una manera de irle restando visibilidad.”Recuerda que el programa tiene ya nueve años. Comenzó en octubre de 1999 a iniciativa de Alejandra Lajous, exdirectora del canal, quien “con mucho tino” –dice el historiador– consideró que aunque el Once fuera un canal chico, valía la pena darle presencia política, sobre todo porque venían las elecciones de 2000:“Ahora parece que quieren hacer exactamente lo opuesto: Quitarle presencia política al Canal Once. ¡Justo cuando íbamos a cumplir los 10 años!”Y termina la frase riendo:“Es nuestro regalo de aniversario.”

Relata que un primer ejercicio se hizo en 1997, con motivo de unas elecciones en el Distrito Federal. Luego de pensar en formatos, se encontró un programa sueco de mujeres, vestidas de negro, titulado De qué hablan las mujeres cuando no están sus maridos, les gustó y decidieron hacerlo similar, pero con temas políticos. Primero se pensó en hombres: Héctor Aguilar Camín (quien finalmente se fue a otro programa), Federico Reyes Heroles, Carlos Castillo Peraza y el mismo Meyer. En lugar de Aguilar Camín entraron Jesús Silva-Herzog Márquez y Carlos Elizondo Mayer-Serra.Luego de las elecciones de 2000, él sugirió dar fin al programa, pero dice que Lajous consideró que se había abierto una visión de la política y debía mantenerse la discusión. Meyer salió temporalmente porque “los dados estaban un poco cargados”, y “con tendencia hacia la izquierda pues nada más estaba yo, los demás eran de centro-derecha”.Se le pregunta si ya no está esa cargada, pues hay quienes opinan que sólo él y Aguayo tienden hacia la izquierda. Dice entonces que a Curzio y a Crespo los conoció como estudiantes y que con ellos y Aguayo hay una relación “muy de fondo”, cordial, y aunque les ha costado –“al menos a mí me costó”–, hay mucha tolerancia; tratan de no agredirse “sin ser condescendientes”, pues cada uno defiende su punto de vista.“Yo creía que estábamos muy bien, hasta que nos dicen que se va a otra hora. Pero estábamos ya en el límite, las 10 ya es una hora tarde, hubiera sido mejor las nueve... Y no, nadie nos preguntó del cambio de hora, se nos informó, lo cual no sé si debamos agradecer o no.”Los cambios han afectado otros programas, como los de Cristina Pacheco. El director Fernando Sariñana dio razones de rating. Ahora se ven anuncios con lemas como “Canal Once... una tele más atrevida”, “... una tele más plural”, “... una tele más divertida”. Irónico comenta Meyer al respecto:“Ha de ser divertido porque el país no está nada divertido. El país está muy poco divertido, la verdad no sé si quieran contrarrestarlo. Por ahí me decía Virgilio Caballero –a quien vi en un homenaje a Granados Chapa– que la idea era hacerlo un canal del gobierno, yo creo que ya es, ¿no? Porque, ¿a poco el Poli dirige ahí? Que yo sepa, no. Pero cuando les dio la orden Felipe Calderón de hacer del Once un canal nacional, pensé: ‘Qué agradable personaje’. Pero ahora ya me di cuenta por qué lo quieren hacer nacional: Quieren hacerlo nacional y quitarnos.“También a Cristina Pacheco. Después de todo tiene una manera de criticar, de ver a la sociedad mexicana de forma no complaciente, porque Cristina va viendo artesanos, a gente que está no como Slim, sino que se gana la vida de manera exactamente opuesta, con su trabajo en serio.”Ahora, agrega el investigador, hasta ve al anterior director del Once, Sergio Di Bella, como “muy decente”, pues nunca los censuró, aunque sí llegó a preguntar por qué criticaban tanto a Marta Sahagún, esposa de Vicente Fox, “pero no pasó de un comentario, no se metió con la programación... Todo estaba bien... hasta que se puso mal”.
Aguayo dice a su vez que conversó con Sariñana, quien le explicó que se trataba de una reestructuración a fondo y ello incluye poner la barra de opinión a las 11 de la noche.“Hasta ahí puedo decirle. ¿Cómo afectará o cómo es visto por el auditorio?, pues eso ya es una historia muy diferente.”
–¿Cree que les conviene ese horario: lunes a las 11 de la noche, cuando no todo mundo se desvela y vienen elecciones?
–Si de mí dependiera, preferiría seguir a las 10 de la noche, pero no quiero hacer una lectura política del cambio de horario porque forma parte de una reestructuración. No lo siento, mi impresión es que no hay una intencionalidad política.Cuando se le comenta que parte de los cambios obedecen a la idea de incrementar el rating y de ser un canal “más divertido”, ríe de buena gana. Dice que no puede opinar sobre los cambios en general porque en realidad no los ha visto, pero su idea es que el Once debe ser una mezcla entre una televisión que educa y ofrece materiales “que divierten y hacen pensar, con muy pocos comerciales, en fin, una televisión pública”.Destaca, en cambio, que hasta ahora han tenido “absoluta libertad” para abordar los temas:“Es el programa más plural y más libre. No sabe qué agradable es saber que la responsabilidad es de uno, cada quién sabrá cómo usa ese espacio, pero ahí sí se puede tocar al padre Maciel, y los hemos tocado todos esos temas...
Luego nos llegan rebotes de que a fulanito –algún poderoso– no le gustó y se enojó, y en fin, pero sí le aseguro que si algún día quisieran inhibir mi libertad de expresión ni lo permitiría e inmediatamente lo diría.”En la página web del Once se asegura que con la barra de opinión el canal “salda el compromiso de informar a su público y construir opiniones”. l