De Blogotitlan
Pensiones Presidenciales, Simple "Ley de Mis Pistolas"
Con supina ignorancia, militantes panistas repetían que AMLO quería "desconocer la ley" de las pensiones presidenciales que "está en la Constitución", cuando jamás hubo alguna ley al respecto y sólo fue un decreto de las puras pistolas de Echeverría.
Pese a lo que el aparato publicitario gubernamental panista difundió durante la pasada campaña presidencial, para presentar a López Obrador como "irrespetuoso de la ley" (por querer retirar la pensión a ex-presidentes), ahora se difunde que NO HAY NINGUNA LEY que lo ordene, lo norme o supervise.
En efecto, la pensión que se autoasignan los presidentes se inició con un simple decreto de Luis Echeverría en 1976 (a punto de dejar el cargo), pero NO ES UNA LEY conocida, discutida y aprobada por el Legislativo, por lo que se maneja de forma discrecional, según el parecer del mandatario en turno, que (al término de su mandato) se obsequia cantidades exorbitantes por 6 años de un "trabajo" regalado, cuando hay mujeres y hombres que se acaban la vida para jubilarse con una porción irrisoria de su último salario.
No se sabe de cuál partida salen los fondos de esas pensiones (menos ahora que supuestamente se suprimió la famosa "Partida Secreta" que los presidentes usaban sin ningún control teórico, menos práctico), aunque se sabe que el monto de esta pensión presidencial cuesta al erario casi 260 millones de pesos.
Ante ello y alineado con la propuesta de Andrés Manuel López Obrador, el senador perredista David Jiménez Rumbo presentó una iniciativa de ley para reglamentar las llamadas "pensiones" de los ex mandatarios, aunque para él esos recursos "son una mochada" a voluntad del Ejecutivo, pues no están previstos en ninguna ley.
Señaló el senador que “los recursos salen de una partida especial designada por el propio presidente en turno. Estamos hablando de una 'mochada', no una pensión o jubilación, porque no cumplieron los 30 años que marca la ley” para los trabajadores.
Pero adicionalmente a esta "mochada", y también con cargo a los impuestos, se le asigna a cada ex-presidente una corte y guardia pretoriana, compuesta por 78 elementos de las fuerzas armadas (45 del Ejército —32 de tropa, ocho oficiales, cuatro jefes y un general—, 22 de la Armada —16 de tropa, cuatro oficiales y dos jefes— y 11 de la Fuerza Aérea —ocho de tropa, dos oficiales y un jefe) y entre 20 y 25 empleados diversos (choferes, secretarias, asistentes), además de vehículos (con su respectivo mantenimiento y gastos), gastos de teléfono, viajes, aguinaldo, primas y bonos mensuales, prima vacacional y hasta y “apoyo” para la compra de despensa.
Grave contraste con cualquier jubilado que apenas le alcanza para la renta (si no logró pagar su casita en su tiempo de servicio activo) y mal comer o completar la ayuda de hijos o familia.
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