“Sueño americano”: El derrumbe
La Montaña de Guerrero, considerada la región con un mayor rezago económico y social de la entidadFoto: miguel dimayuga
patricia dávila
México, D.F., 24 de septiembre (apro).- Hace dos años, las indígenas mixtecas, Ofelia Lorenzo Ramírez y su hija, Maribel Vázquez, de 4 años de edad, emigraron a Estados Unidos, con la esperanza de salir de la pobreza. Pero en su aventura, madre e hija sólo encontraron la muerte. Sus familiares recibieron recientemente los cadáveres.Dada la pobreza en que vivían, Ofelia decidió abandonar Metlatónoc, su tierra natal, enclavada en la Montaña de Guerrero. Se llevó consigo a sus tres hijas, entre ellas, Maribel. En agosto de este año, de manera trágica murieron en un accidente automovilístico, cuando se dirigían a su hogar, ubicado en Oxnard, California.Teresa de la Cruz, coordinadora del Área de Difusión del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, denuncia que, como ocurre con la mayoría de los indocumentados en Estados Unidos, aun muertas ambas fueron víctimas de la discriminación por su condición de inmigrantes y también por ser indígenas. Durante más de un mes, acusa, el consulado de México en Oxnard se negó a localizar a los familiares de las víctimas, aun cuando contaba con datos e información precisa sobre el pueblo en el que nació Ofelia. Cuando por iniciativa propia los padres de Ofelia hicieron contacto con las autoridades consulares, éstas respondieron que enviarían únicamente las cenizas de las dos mujeres, asegura la activista La familia de Ofelia tuvo que apelar en varias ocasiones ante la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) para que les entregaran los cuerpos, ya que, según sus usos y costumbres, la cremación implica una profanación y un vilipendio a la memoria de los muertos.Finalmente los cadáveres llegaron el pasado viernes a la Ciudad de México y para su traslado a Tlapa y de ahí, por un camino de terracería al poblado de Zitlatepec, municipio de Metlatónoc, uno de los más pobre del país, según el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI).
patricia dávila
México, D.F., 24 de septiembre (apro).- Hace dos años, las indígenas mixtecas, Ofelia Lorenzo Ramírez y su hija, Maribel Vázquez, de 4 años de edad, emigraron a Estados Unidos, con la esperanza de salir de la pobreza. Pero en su aventura, madre e hija sólo encontraron la muerte. Sus familiares recibieron recientemente los cadáveres.Dada la pobreza en que vivían, Ofelia decidió abandonar Metlatónoc, su tierra natal, enclavada en la Montaña de Guerrero. Se llevó consigo a sus tres hijas, entre ellas, Maribel. En agosto de este año, de manera trágica murieron en un accidente automovilístico, cuando se dirigían a su hogar, ubicado en Oxnard, California.Teresa de la Cruz, coordinadora del Área de Difusión del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, denuncia que, como ocurre con la mayoría de los indocumentados en Estados Unidos, aun muertas ambas fueron víctimas de la discriminación por su condición de inmigrantes y también por ser indígenas. Durante más de un mes, acusa, el consulado de México en Oxnard se negó a localizar a los familiares de las víctimas, aun cuando contaba con datos e información precisa sobre el pueblo en el que nació Ofelia. Cuando por iniciativa propia los padres de Ofelia hicieron contacto con las autoridades consulares, éstas respondieron que enviarían únicamente las cenizas de las dos mujeres, asegura la activista La familia de Ofelia tuvo que apelar en varias ocasiones ante la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) para que les entregaran los cuerpos, ya que, según sus usos y costumbres, la cremación implica una profanación y un vilipendio a la memoria de los muertos.Finalmente los cadáveres llegaron el pasado viernes a la Ciudad de México y para su traslado a Tlapa y de ahí, por un camino de terracería al poblado de Zitlatepec, municipio de Metlatónoc, uno de los más pobre del país, según el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI).
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