Mientras el PSOE presentaba su particular Z, los antidisturbios y la policía dejaban claro su papel en un poblado de gente pobre de las afueras de Madrid
inSurGente
Las casualidades temporales hicieron posible que a la misma hora que el partido que apoya al gobierno presentaba su campaña de marketing y publicidad para le pre-campaña electoral, un despliegue policial enorme se diera cita en un poblado a veinte kilómetros de Madrid para desalojar a las personas que allí viven. En el primer caso, el mismo equipo de profesionales publicitarios famosos por campañas como las de Coca-Cola, intentan compensar la falta de ideas políticas con el desarrollo de la letra Z, buscando el chiste y la asociación con la primera letra del segundo apellido del presidente del gobierno. Todo un alarde.
En el segundo caso, las cámaras de televisión acuden al poblado de gente pobre (ya saben, emigrantes rumanos, marroquíes, y españoles "marginados") con la expectativa de una batalla campal que de un buen raiting de audiencia. En el primer caso, la guerra de los videos (recordemos que Rajoy también hizo el suyo, imitando escenograficamente al mismísimo rey para saludar el racista y opresor 12 de octubre como "día grande" de España), se nos presenta como el recorrido final y único de una clase política desesperada por llegar a una ciudadanía que les da la espalda cada vez con más razones. En el segundo caso, las imagenes no dejan duda de que la pobreza, la miseria, las condiciones nulas de salubridad y el azote implacable de las drogas, viven con nosotros, al fin y al cabo, el capitalismo es esto. La foto es de Julio Palomar y no está hecha en Gaza.
En la sede
En apenas un minuto, el presidente del Gobierno afirma que "todo se puede decir con una sonrisa". El Partido Socialista ha dado a conocer esta mañana el nuevo vídeo sobre el que se sustentará la campaña del Gobierno previa a las elecciones generales, porque consideran que la labor realizada por el Ejecutivo en esta legislatura es lo que les da más credibilidad
'ProsperidaZ, competitividaZ, accesibilidaZ, empleo de calidaZ, alta velocidaZ, igualdaZ, sensibilidaZ, modernidaZ, solidaridaZ, estabilidaZ, capacidaZ... con Z de Zapatero'. ( ¡ ooohh, ke sensibilidad !)
El secretario de Organización del PSOE, José Blanco, ha sido el encargado de presentar la campaña y el vídeo que la acompaña, que tiene al presidente del Gobierno y líder del PSOE como principal protagonista.
El vídeo comienza con José Luís Rodríguez Zapatero viendo en una televisión una imagen de sí mismo en un mitin en la que dice las palabras "modernidaz, seguridaz, y equidaz" y, a continuación, a su guiñol repitiendo "más baloncestidaz, más dialoguidaz, y menos crispacidaz".
Rodríguez Zapatero, vestido con traje claro y camisa sin corbata, se ríe de sí mismo y repite las palabras "lealtaZ, solidaridaZ y humildaZ". Reconoce que usa mucho la letra zeta cuando habla, algo que atribuye a su familia o a su tierra. "Todo se puede decir con una sonrisa", afirma el presidente del Gobierno.
En la Cañada
(Reproducimos la versión de los hechos del ultraderechista diario La Razón, que califica la defensa de las humildes casas como de "intifada" y describe la actuación policial como una epopeya patria. Para sonreír e indignarse)
Nadie contaba con que los vecinos de la Cañada Real hubiesen leído a Lope de Vega. Por eso, cuando se estudió la forma en la que repeler los posibles ataques de un derribo cualquiera en la barriada marroquí, se pensó que con un subgrupo de diez agentes de la UIP (Unidad de Intervención Policial), bastaría. Pero el espíritu de Fuenteovejuna resurgió ayer de forma violenta en esas calles y dejó a su paso una treintena de heridos y nueve detenidos. El barrio sabía que iban a derribar una casa y les esperaban.
Aunque la mayoría de los que tomaron parte en la batalla negaban cualquier organización previa al ataque, lo cierto es que habían planeado la respuesta al «desafío» del Ayuntamiento. Según fuentes policiales, la reacción de los vecinos estaba calculada.
Las mujeres eran las protagonistas del primer acto. Con niños pequeños como escudo y una de ellas en estado de buena esperanza intentaron evitar que la excavadora hiciese su trabajo en la parcela de la discordia. Entre llantos y «hiyabs» las féminas retrasaron durante un tiempo lo inevitable. A nadie le extrañó. Es un comportamiento común cuando se va a destruir una vivienda.
Es más, muchas se jactaban ayer de haber conseguido paralizar el derribo de la casa de al lado unos meses antes. Esta vez, las órdenes de arriba estaban dictadas al milímetro y se iba a convertir en escombros esa casa. A rastras, ante su negativa a dialogar, fueron alejadas de la vivienda de la discordia. Lo que la Policía no sabía en ese momento es que estaba a punto de empezar el plan «b» del guetto marroquí.
En cuanto la maquinaria intentó destruir las paredes de la vivienda, vecinos venidos de toda esa zona de la Cañada Real comenzaron a tirar piedras. Ante la agresividad y la superioridad numérica de la muchedumbre.
Los agentes retrocedieron y pidieron refuerzos.
Un segundo subgrupo formado por otros diez agentes de los antiguos antidisturbios se personó en el lugar. Lo que sumaba un total de veinte policías nacionales.
No fue suficiente. Las piedras pasaron a convertirse en ladrillos y cualquier objeto contundente valía para agredir a los agentes municipales y nacionales. En un momento dado, hasta las bombonas de butano eran armas arrojadizas desde los tejados.
«Volaba todo por el aire. La gente corría de un lado a otro y parecía una guerra», recordaba ayer uno de los chavales que reconoce que se defendió como pudo.
Sin chalecos antitrauma
Los agentes no conseguían disolver a la multitud. La casa, que estaba situada enfrente de un descampado empinado, era colindante de otras viviendas de más de una planta. Las piedras venían de distintos frentes, tejados incluidos, y era imposible reducir a los agresores.
Además, ninguno de los antidisturbios llevaba consigo los chalecos antitrauma para evitar lesiones. Los dejaron en su base, sita en Moratalaz. No esperaban llegar a tanto.
Los agentes de la Unidad de Intervención Policial sólo podían defenderse con escudos, bolas de goma y tubos de humo que no fueron suficiente. Ante el cariz que estaba tomando la situación se volvieron a pedir más refuerzos. Incluso, tuvo que acudir el Grupo «Óscar» de la UIP procedente de Valencia, que se encontraba en Madrid.
Los policías de este grupo sí que llevaban con ellos los chalecos y fueron los que pudieron acercarse y cargar contra los vecinos cuando los antiguos antidisturbios sumaban alrededor de 75 efectivos.
El caos era tal que en un momento dado que un grupo de vecinos arrebató su arma a un policía municipal. No anduvieron más de cinco metros. Enseguida fueron reducidos y detenidos.
Tras una hora de lucha cruzada la excavadora, por fin, entró en la casa. Al rato, no quedaban más que escombros y enseres personales.
La refriega se saldó con casi treinta heridos, once policías nacionales, siete municipales y cuatro vecinos, todos por contusiones leves, según fuentes de Emergencias Madrid. A un jefe de grupo de la UIP le rompieron la mandíbula, perdió dos dientes y tenía la nariz partida a consecuencia de un ladrillazo y eso que llevaba un casco. Otro agente tenía el codo roto y otros tantos policías se dieron de baja a consecuencia de las lesiones de la batalla.
Por parte de los vecinos, un varón de 18 años presentaba una fuerte contusión ocular y fue trasladado al Gregorio Marañón en calidad de detenido; y otro de 60 años ingresó en el mismo hospital por un fuerte golpe en los genitales.
En cualquier caso, los vecinos del barrio denuncian un trato policial brutal y advierten de que «lo raro es que no haya habido un muerto». Se quejan de que los agentes les insultaron y les profirieron frases como «vais a tener que volver a vuestro país en una patera». Cuando se les pregunta si habían planeado la respuesta al derribo, miran hacia otro lado.
De momento, tras varias llamadas a la Embajada de Marruecos la Asociación de Vecinos de Cañada Real han elaborado un informe que harán llegar al segundo secretario de Asuntos Exteriores marroquí que, según cuentan, pedirá explicaciones al Ministerio del Interior.
Quien sí defendió la labor de los agentes fueron sus sindicatos policiales. Alfredo Perdiguero, secretario provincial de la Unión Federal de Policía (UFP), criticó que los antidisturbios no llevasen los chalecos antitrauma encima y alabó la labor de sus compañeros ante una situación violenta e imprevista.
En cuanto a la familia de la casa más famosa de la Cañada Real desde ayer, el Samur Social se ha hecho cargo de todos sus miembros excepto del padre que continuaba detenido.
Desalojo cancelado
El Ayuntamiento de Madrid aseguró tener autos de todos los derribos de chabolas que se han llevado a cabo en Madrid, incluyendo el de
ayer y defiende su legalidad. Según explicaron a Europa Press «hay derribos todos los días, mañana también habrá uno».
De hecho, hoy estaba previsto un desalojo en Las Mimbreras en el distrito de Latina. Sin embargo, se suspendió a última hora de la tarde de ayer.
Quizá dentro de unos días tengan que volver a la Cañada porque la vivienda que ayer montó una revuelta vecinal está de nuevo en pie. Los vecinos lo tienen claro. «La vamos a volver a levantar».
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¡Cuánto facha hay en este país! Y encima, seguro que ni llegan a fin de mes, pero son incapaces de rebelarse contra quien de verdad les explota: los empresarios; pero sí se muestran agresivos contra los más desgraciados que ellos por lo de las viviendas ilegales. ¿Tan beligerantes se muestran lo mequetrefes por las urbanizaciones ilegales de Marbella, el Levante, Mallorca, la Sierra de Madrid, etc?; pues no, contra ésos no, porque son riquitos y, si hace falta, le lamen las botas. Fuerte con el débil y débil con el fuerte, como los mequetrefes que escriben, mayoritariamente, en el foro que sobre este asunto, tiene abierto el diario El País y que pueden consultar, para su asombro y constatación de lo fachas que son los españolitos, en este enlace.
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