Por Ernesto Elizalde, la Voz del Desierto.
De Alianza Rebelde
Pudieron haberlo evitado pero les convenía más no hacerlo.
Es indignante.
Permítame hablarle un poco acerca de cómo funciona el agua y porqué es responsabilidad de dos gobiernos espurios (el del presunto presidente y el de Granier) las graves inundaciones que vemos en Tabasco.
Hace muchos años la inminencia de una inundación era prácticamente impredecible; pero hoy, hoy, es totalmente predecible.
México igual que otros países monitorea cualquier movimiento atmosférico a través de satélites; éstos tienen incluso la capacidad de "medir" (hay que calcularla) la cantidad de agua que viene con un tormenta tropical o un huracán. Se calculan trayectorias y se pueden hacer estimados de las zonas en donde golpeará esa cantidad de agua, hora y volumen.
Estos datos son importantísimos para poder controlar los niveles de las presas tanto de abasto de agua como de hidroeléctricas y, en función de estos abrir o cerrar oportunamente las compuertas de paso del fluido.
Permítame ejemplíficarlo un poco más. Los servicios meteorológicos (de CFE, de la Comisión de Agua, de Pemex u otros, incluyendo los de la SEDENA) prevén un huracán. Saben que contiene un volumen de agua aproximado y saben que la trayectoria caerá en algún punto entre los estados de Tabasco y Veracruz, por ejemplo, unas 20 horas antes de que toque tierra. 12 horas antes tienen la certidumbre de que caerá en una zona determinada, calculan el volumen de agua que se encuentra en las presas (en cascada) que se encuentran en esa zona y, oportunamente, se vacían para no desbordarse o se cierran compuertas a fin de almacenar para todo el año. Cuando las presas ya están llenas y se acerca un meteoro que contenga agua que las desbordaría, hay un punto en el que no hay cabida a dudas: habrá inundaciones imprescindibles, provocadas por la apertura consciente de compuertas, a fin de que el exceso de agua que viene no reviente las presas y tengamos inundaciones más catastróficas con el adicional de quedarnos sin varias presas, sin energía eléctrica o agua para riego en meses de sequía. Es decir, se provocan inundaciones artificiales controladas que difieran una catástrofe.
Las entidades federales que le mencionaba tienen esos datos muchas horas, incluso días antes de que ocurra (una vez que se calcula su volumen, bajo ciertas condiciones, ya no hay margen para que desaparezca o aparezca agua de la nada). Ejemplo, si ya hay saturación y aparece un nuevo huracán, no importa que tarde 20 días en tocar costa, se sabe que, de estar las presas llenas, la inundación es inminente e inevitable, y se determina la evacuaón de la gente potencialmente afectada (la gente que vive "aguas abajo"). Esta tarea ha sido normalizada y común desde hace varios años y se han prevenido en muchísimos casos estas tragedias gracias a la ingeniería mexicana, de nuestras escuelas públicas dicho sea de paso.
Pero, ¿Porqué se permitió que sucediera lo que era perfectamente previsible?
Un servidor está seguro de que es nada más ni nada menos porque tanto el presunto presidente como el gángster del gobernador requieren legitimación. Este es el impacto mediático que necesitan: Aparecer como héroes en la tragedia de la que son cómplices.
Vemos a un Granier hablando con mucha contundencia de que "hay que rescatar a la gente", embebido en un impermeable visitando las zonas afectadas, o a un presidente espurio llamando a la "urgencia de la unidad".
Son golpes mediáticos que irracionalmente propician que los poco informados se junten en torno de sus líderes, tal y como lo hizo Bush con las Torres Gemelas. la oportunidad para desatar a las furias. En el caso de este esbirro del mundo, aquella tragedia fue la justificación para otorgarse poderes plenipotenciarios y poder violar sistemáticamente los derechos de los norteamericanos. El gerente de Los Pinos ha venido invitando sistemáticamente a los "terroristas" del mundo a que, por favor, nos hagan también blancos de sus ataques, aunque por alguna razón estos terroristas no han tomado como legítimas esas invitaciones.
Como bien me decía un maestro "piensa mal y acertarás".
El acólito presidencial ahora salta de gusto con esta tragedia, porque hoy el ciudadano que sea ignorante (y han buscado hacerlos con esmero) dirá "bueno, no es momento de cuestionar si es legítimo o no, ¡hay que apoyarlo para ayudar a nuestros hermanos tabasqueños" y caerán en la trampa de concederle autoridad al responsable de la tragedia.
Otro objetivo del gobierno ilegítimo es el de hacer aparecer como miopes y torpes a nuestras instituciones generadoras de riqueza, como CFE y PEMEX, quienes han sido blanco de una campaña terrible, a fin de justificar la necesidad de vender estos "monstruos" a las "eficientes manos de la iniciativa privada" (privada de conocimiento, moral y ética me dicen).
Un indicador de esto es que veremos en los medios de comunicación masiva, sí, precisamente aquellos que financiaron el fraude electoral, que entrevistarán a todos aquellos que culpen a nuestras empresas e instituciones nacionales, y ensalcen a los espuriatos, a esos medios, los veremos hacer lo posible por evitar que veamos cómo están amordazadas las autoridades que conocen la verdad de esto.
¿Qué hacer? Indudablemente ayudar a los tabasqueños, pero, el inteligente, se encuentra obligado a repudiar inmediatamente a los conscientes perpetradores de estas catástrofes. Reclamar al gobierno espurio, al Pelele y sus secuaces. No hacerlo nos hace cómplices.
Cuidado, porque es en las tragedias en dónde los tiranos les gusta levantarse pedestales.
Ahí lo dejo en la mesa.
Un saludo.
Ernesto Elizalde
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