Reuters y Afp
Simpatizantes de la Asamblea Constituyente participan en la ceremonia de apertura realizada en la localidad costera de Montecristi Foto: Reuters
Montecristi, 30 de noviembre. El presidente izquierdista Rafael Correa inauguró este viernes la Asamblea Constituyente de Ecuador, entre acusaciones de la oposición de que quiere llevar al país a un régimen autoritario luego que el organismo suspendió el funcionamiento del Congreso.
El órgano de 130 miembros se declaró en plenos poderes, con lo que abrió el camino para adoptar una serie de resoluciones encaminadas a cambiar la estructura estatal de Ecuador e instaurar el llamado “socialismo del siglo XXI”, que ha sido la bandera política de Correa.
En su primera sesión, la noche del jueves, el ente ratificó en el cargo al mandatario nacionalista, quien inauguró oficialmente este viernes con una ceremonia especial el trabajo de la Asamblea Constituyente, que tendrá 180 días para modificar la Constitución vigente desde 1998.
Los asambleístas también decidieron declarar en receso el Congreso de 100 miembros, uno de los entes más desprestigiados del país –según encuestadoras–, hasta que la nueva Constitución sea aprobada o negada en un referendo el próximo año.
“La Asamblea Constituyente es el inicio de la revolución ciudadana, el cambio radical que tanto ansía el pueblo ecuatoriano”, dijo Correa en su discurso inaugural, entre cientos de invitados.
“El mandato fue y es ir a un cambio radical de las estructuras vigentes mediante una asamblea constitucional de plenos poderes, por ello todos los constituidos estamos sometidos a esta Constituyente. En la asamblea se va a dar la transformación de la participación ciudadana”, afirmó.
El presidente Correa dijo también que mantendrá dolarizada la economía del país hasta cuando exista una moneda regional, aunque señaló que le avergonzaría que la divisa estadunidense fuera incluida en la Constitución que empezó a ser redactada.
“Será ineludible mantener la dolarización, la cual creo que la gran mayoría del pueblo ecuatoriano la percibe como la barbaridad”, sostuvo al inaugurar la Asamblea Constituyente en esta localidad costera ubicada a 250 kilómetros de Quito.
La inauguración del ente se realizó en medio de las críticas de la oposición a las resoluciones adoptadas por la mayoría oficialista, acusándolos de pretender implementar un régimen totalitario en el país.
“Se está dando a una sola persona el control de los poderes del Estado. Es violatorio y en contra de la voluntad popular”, dijo el asambleísta Gilmar Gutiérrez, del partido Sociedad Patriótica.
Por su parte, el presidente del Congreso, Jorge Cevallos, dijo resignado que, luego de la decisión de la Asamblea Constituyente, serán los ecuatorianos los que deberán decidir su futuro en las urnas en un referendo constitucional previsto para 2008.
“Los ecuatorianos votaron por ellos y ahora van a tener que aguantar lo que hagan. Los ecuatorianos decidirán sobre nuestro futuro”, observó Cevallos a Reuters, en una aparente aceptación de la decisión de la Asamblea Constituyente de suspender las funciones del órgano legislativo.
Correa minimizó las acusaciones de la oposición con el argumento de que los cambios de la Constituyente “son cosas buenas porque hay un proyecto nacional”.
Al acto acudió el presidente de Colombia, Alvaro Uribe, quien está en proceso de búsqueda de soluciones para la liberación de rehenes en manos del grupo guerrillero izquierdista Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, de quienes obtuvo pruebas de vida de los prisioneros.
En un discurso, que cerró el acto oficial, el presidente de la Asamblea Constituyente, Alberto Acosta, lanzó un mensaje a Uribe: “Cuente con nosotros como aliados para conseguir la paz para que nuestros hermanos colombianos puedan vivir en paz”.
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