Le preocupa que se apruebe una reforma energética que le dé la razón a AMLO
Gamboa asegura que la bancada del tricolor esperará la propuesta de Calderón
Enrique Méndez (Enviado)
Cancún, QR, 21 de enero. Aunque pidió al Ejecutivo presentar su iniciativa de reforma energética, el PRI en la Cámara de Diputados anticipó que su proyecto considera “la autonomía y la desincorporación de Petróleos Mexicanos (Pemex)”, para que no esté sujeta a las políticas económicas del gobierno federal y de la Secretaría de Hacienda, y opere de manera similar a empresas de otros países como Brasil y, por tanto, se permita la inversión privada.
“Pemex dejará de ser una paraestatal, y esto implica reformar las leyes reglamentarias del artículo 27 constitucional, las orgánicas de Pemex y de la administración pública”, explicó el diputado Ascensión Orihuela, quien este martes presentará en la reunión plenaria priísta un diagnóstico sobre las finanzas de la petrolera y opciones para su apertura.
Sin embargo, en la misma reunión el ex gobernador de Oaxaca José Murat afirmó que hasta en tanto los priístas que promueven la inversión privada en Pemex no ganen un debate para reformar los documentos básicos del PRI, donde se establece que el partido no respaldará la privatización de la empresa, “esta discusión es estéril”.
Inclusive, por la tarde el ex diputado Francisco Suárez Dávila, al presentar un diagnóstico poco alentador sobre la economía nacional –que, anticipó, no crecerá más de 2.7 por ciento este año– también pidió cautela a los diputados del tricolor y no apresurarse a aprobar una reforma energética que, por ejemplo, dé argumentos a Andrés Manuel López Obrador para cuestionar la asociación con capitales privados.
“Me parece que no debemos hablar de reforma estructural energética, mucho menos sin precisar su contenido. Es un nombre desgastado que suena al FMI (Fondo Monetario Internacional), al consenso liberal de Washington; significa privatizar y extranjerizar a Pemex o lo que el sector privado demanda a veces en forma un tanto primitiva, y es un fácil flanco de ataque para López Obrador”, expresó durante la reunión privada el también ex subsecretario de Hacienda.
En cambio, sugirió, el PRI podría presentar la reforma como “una estrategia para fortalecer a Pemex como una empresa pública del Estado, moderna, competitiva, de clase mundial. Este objetivo sensatamente no lo puede disputar nadie, ni López Obrador, y esto es lo que establecen los documentos del PRI”.
Aun cuando la diputación priísta se prepara a votar este martes una postura respecto de la reforma energética, que daría entrada a capitales privados, este lunes el coordinador Emilio Gamboa Patrón buscó argumentar que su partido no está interesado en hacer propuestas al respecto si antes el presidente Felipe Calderón no turna su iniciativa.
“En la fracción del PRI no vamos a trabajar sobre ninguna reforma energética, sino a esperar que el gobierno nos la mande, y en ese momento empezaremos a analizarla, discutirla y ver si la aprobamos o la rechazamos. Vamos a esperar”, indicó.
Sin embargo, el michoacano Ascensión Orihuela, quien fue designado por el propio Gamboa como “enlace” con las embajadas de México en países con experiencias de coinversión Estado-iniciativa privada en exploración y explotación de petróleo, confirmó que ya entró en contacto con los titulares de las representaciones diplomáticas en Brasil, Noruega y Colombia.
La primera conclusión, expuso en entrevista, es que puede establecerse una política diferenciada en la exploración y explotación de los pozos en México. “Es decir, sin inversión privada donde Pemex no requiera respaldo y en litoral, en aguas hasta mil metros de profundidad, y coinversión para el uso de tecnología de punta para extracción en aguas profundas”, declaró.
Asimismo, el análisis de Suárez Dávila coincide con la intención de la bancada del PRI de “sacar a Pemex del presupuesto federal, y que paulatinamente pague los impuestos normales de una empresa, aportando al Estado (sólo) una regalía por el uso de patrimonio nacional”.
Su principal sugerencia fue realizar cambios paulatinos. “Hay que cuidar los tiempos para no indigestarse. No necesariamente hacer una reforma de golpe. Establecer un plan de ruta, por etapas, de lo más fácil a lo más difícil”, afirmó.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario