Sobre el tratamiento informativo al aniversario de la monarquia parlamentaria
Juan Manuel Mancebo Fuertes
La memoria histórica basada en verdades absolutas repetidas hasta la saciedad en los medios de comunicación supone la posibilidad de hacer olvidar la autentica Historia de las cosas, a aquellos que no se molestan en consultar otras fuentes.
Basta con repasar cualquier biografía de nuestro Jefe de estado, para comprobar que Don Juan Carlos I rey de España, no fue elegido por los españoles al votar la constitución de 1978, sino por el general Francisco Franco en virtud de la Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado del 26 de julio de 1947, donde fue propuesto como su sucesor a título de Rey, propuesta ratificada por las Cortes Españolas en julio de 1969, ante las que posteriormente prestó juramento de guardar y hacer guardar las Leyes Fundamentales del Reino y los principios que informan el Movimiento Nacional . La sucesión debía recaer en su padre, Don Juan de Borbón y Battenberg, tercer hijo y heredero del rey Alfonso XIII; sin embargo, la existencia de un movimiento favorable al fin del franquismo y a la restauración de la monarquía liberal en la persona de Don Juan de Borbón y las no muy cordiales relaciones de éste con Franco, determinaron el salto en la línea de sucesión, y el nombramiento de Juan Carlos como "Príncipe de España".
Por tanto, Don Juan Carlos I, no pudo ser votado como jefe de estado por los españoles en la consulta de 1978, por que ya lo era desde el 20 de noviembre de 1975 tras la muerte de Franco, lo que se voto fue un sistema político que establece la monarquía parlamentaria como forma de gobierno y a su descendencia (con prioridad masculina) como herederos de este titulo. Podría decirse, por tanto, que lo que hemos elegido es un ADN a perpetuidad como jefe de nuestro estado, independientemente de la capacidad de su futuro portador.
Cualquier niño puede encontrar estos datos haciendo una búsqueda en la famosa wikipedia o en el todopoderoso Google (http://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Carlos_I), lo que le será mas difícil de encontrar es algún video de su majestad, militar, no electo, vitalicio y hereditario jurando nuestra constitución.
Cualquier niño necesita de la existencia de los reyes, príncipes y princesas para crear su mundo imaginario de cuentos e historias de hadas. Pero, por suerte, algunos, de mayores, piensan que todos somos iguales, sin excepción.
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