Del Diario Libertad. Columna Asimetrías
Por Fausto Fernández Ponte
I
Es obviedad insoslayable reescribir no pocas leyes vigentes, a fin de crear marcos jurídicos coherentes, cual imperativo estratégico de convivencia social equilibrada y armónica.
Trataríase de marcos jurídicos en lo económico, lo político y, acusadamente, en lo social, para salirle al paso a las consecuencias corrosivas de la cultura de la aberración de nuestra realidad.
Señálese que lo aberrante de nuestra realidad --de contradicciones monstruosas incluso, atribuciones asaz discrecionales en el ejercicio del poder-- se ha manifestado con síntomas inequívocos de anomia.
Y salirle al paso a esta anomia antójase, sin duda alguna, un asunto de la seguridad nacional de México; es decir, la verdadera seguridad del Estado mexicano en su acepción más cabal y amplia.
Pero subráyese que la cabalidad y amplitud de la acepción tanto conceptual como orgánica del Estado mexicano no existe, dicho sea con lisa llaneza. Lo que existe es un Estado autoritario y arbitrario.
II
Y, por añadidura, un Estado corrupto en extremo de la impunidad y su vástago, el cinismo. La actuación del Estado es de corrupción moral (laxitud y/o rigorismo selectivos interesados) y política.
Es un Estado --el mexicano-- corroído por contradicciones, desequilibrios y distorsiones estructurales --internas-- y contextuales. No hay dirección estratégica; no se hace política real.
Lo que se hace es politiquería en las relaciones entre fuerzas --reales o supuestas-- de poder que son identificadas falazmente como manifestaciones de democracia. Nadie está al mando político.
Y no hay mística. Prevalece lo expeditivo por un precio crematístico o político, en un marco jurídico ambiguo filosóficamente y cuya vigencia no deviene de un mandato de la sociedad o un contrato social.
Cierto. Ese marco jurídico ideológicamente desarticulado, parchado con arreglo a coyunturas de los intereses de los poderes formal y fácticos fue creado y es recreado a conveniencia de éstos.
III
Conveniencia interesada o, en no pocos casos, por ineptitud y ausencia de sensibilidad o de una visión de Estado, ajena a los haberes y patrimonios valorativos morales, los trascendentes, del pueblo.
Expresiónes, a nuestro ver nítidas y emblemáticas, de esas aberraciones de los marcos jurídicos son:
Una, la forma actual de la ley de población, cuyo alcance coactivo es deshumanizado y nutre, amén, la corrupción en agravio de personas y grupos sociales muy vulnerables: los migrantes centroamericanos.
Y, otra, las propuestas de la facción espuria del Poder Ejecutivo de Facto para reformar otras leyes cuyo conjunto se representa sincréticamente en la llamada por el pueblo Ley Gestapo.
Pero la ley relativa a la población en su versión actual es opuesta a la innata vocación solidaria del pueblo de México, pues criminaliza de hecho ayudar a migrantes centroamericanos en ruta al norte.
En su dramática odisea, esos migrantes son victimizados en muchas modalidades perversas por las autoridades mexicanas. Para apoyarlos, el pueblo de México ha creado santuarios en varias ciudades.
La propuesta reformadora, promovida precisamente por un luchador social de los migrantes, José Jacques Medina, parece avanzar en comisiones en la Cámara de Diputados.
ffponte@gmail.com
Glosario:
Anomia: conjunto de problemas de la relación entre individuos y la suma de normas y reglas sociales. Relajamiento de reglas morales y jurídicas. El tema está directamente conectado a los lazos de la base económica de la sociedad con su andamiaje ideológico.
Laxitud: relajamiento. Falta de tensión.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario