María Teresa Jardí
Digo todos, porque los que no podemos estar en la Ciudad de México ese día, estaremos igual representados por los que sí irán, lo que sumando volverá a tener una afluencia de millones de ciudadanos mexicanos.
Pero así y todo muchos nos preguntamos por qué a la par que se defienden las reservas que pertenecen a la nación, no estamos los millones que somos, AMLO incluido, buscando otras alternativas a ese y a los otros recursos no renovables.
Es decir, es claro para millones de mexicanos y de ciudadanos de otros países que las mafias que gobiernan en México quieren rematarlo todo y que las mafias del mundo lo quieren todo para ellas. España exporta a sus empresarios delincuentes y México los recibe. La corrupción de la DEA llega a ser tan inmoral que hasta las teleseries hablan de ella y el Imperio yanqui la envía a México porque es el único país donde su gobierno la recibe. Es lo de Prigione, el impresentable nuncio del Vaticano expulsado de los países africanos, no aceptado ni por Guatemala y recibido con los brazos abiertos por los gobiernos mexicanos que clamaron al Vaticano que no se lo llevará a lo largo de 18 años. Y así podría seguir poniendo ejemplos hasta acabar mi colaboración y seguir y seguir con el mismo tema los próximos días. Pero lo importante, y eso es lo que quiero compartir con ustedes, es que eso no impide que los pueblos nos defendamos de ambas mafias: nacional y extranjera.
La religión católica se impuso a bofetada limpia a los indígenas en México y los indios, al final, ante tanto dolor, Inquisición incluida, fingieron creer en ella y siguieron creyendo en la que por derecho era la que sus pueblos habían adoptado como verdadera. La jerarquía católica, en lugar de evolucionar, involuciona, y los fieles, en el mejor de los casos, se alejan de los templos, en el peor se dejan sugestionar por las sectas colonialistas que en México como en ningún otro lugar del planeta proliferan.
Los mexicanos estamos indefensos y además enfrentamos solos, sin ayuda de nadie, la imposición de un Narco Estado Fascista. De terror es que los AFIS de día, que por la noche se convierten en Zetas y el Ejército y los sicarios que fungen como "madrinas", puedan allanar la casa de usted, la de su madre, la de sus vecinos, la mía, la que les venga en gana, sin orden alguna de autoridad competente que, al menos, resulte responsable del allanamiento.
De ese tamaño es el crimen cometido por los legisladores mexicanos al imponer al pueblo la LEY GESTAPO.
No contamos tampoco con los partidos, ni siquiera con uno solo de oposición verdadera que esté denunciando este crimen monstruoso que comete el usurpador en México. Así funcionan siempre los que usurpan el Poder, por definición son traidores a la Patria y por eso no se les debe reconocer. No hay izquierda mala y no hay derecha buena. Se es de derecha o se es de izquierda y cuando se es de izquierda a los usurpadores no se les reconoce como mandatarios legítimos. Hay familias mafiosas y familias ciudadanas. Las mafiosas usurpan el poder y las ciudadanas tenemos que aprender a defendernos de las mafiosas con nuestros propios medios.
Bush es un criminal apoyado por empresas como la Coca-Cola. No beber Coca-Cola es una forma de defensa en contra del criminal Imperio yanqui.
No es que no beber Coca-Cola sea el equivalente a portar un arma. Pero portar un arma no ayudaría a la humanidad a defenderse de Bush y sus compinches y en cambio si millones en el mundo no consumimos productos Coca-Cola tronamos una de las empresas que financian los crímenes del imperio yanqui a lo largo y ancho del planeta. Ni siquiera se trata de sumar, no busco convencer a nadie, se trata de restar: no consumo productos Coca-Cola, soy una menos.
Y lo mismo tendríamos que hacer los ciudadanos y AMLO como cabeza del movimiento ciudadano más grande del México independiente, probablemente, a la par que defendemos el petróleo y el gas y el agua y la electricidad que pertenecen a la nación, empezar a buscar alternativas de solución para los recursos no renovables. Todos a la Torre de PEMEX el domingo 24 de febrero. La cita es con la historia.
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