viernes, febrero 22, 2008

Los Diamantes son eternos
"La idiotez es la enfermedad más extraordinaria, no es el enfermo el que sufre por ella, sino los demás."
-Voltaire-

Diamondland
Por Juan Ramón Jiménez de León
Economista, Académico y Periodista

No vamos a escribir de la famosa película de James Bond, Diamonds are Forever, sino del entorno social de la minería de diamantes del cono de África. La industria del diamante produce cada año 6,700 millones de dólares. Una cantidad que, al final de la cadena de producción, se convierte en 67 millones de piezas de diamantes para joyas. De toda esta suma, se estima que un 4% se canaliza para financiar conflictos armados como el de Angola que produce entre el 70 y el 80% de los diamantes de más alta calidad, los de tipo gema, y cuenta con una de las más ricas reservas de petróleo del continente negro.. Hacia 1880, después de comprar varias concesiones mineras en la región diamantífera de Kimberley, en Sudáfrica, Cecil John Rhodes { de la riqueza petrolera de México salió el dinero para fundar una Republica, la de Rodesia y otro Rhodes es alto funcionario de Citibank y participó en la compra fraudulenta de nuestro mayor banco Banamex, sin pagar impuestos por 3,600 MDD}, fundó la minera de diamantes De Beers Mining Co. Su última gran adquisición fue la de Kimberley Central Mining Co., que compró por 25 millones de dólares y fusionó con De Beers. Ahora tenía el control de los yacimientos de diamantes más ricos del planeta. Después de la muerte de Rhodes, en 1902, hubo más descubrimientos de diamantes en la región, lo cual llevó a una gran fluctuación de los precios. En 1929, Sir Ernest Oppenheimer fue nombrado presidente de De Beers Consolidated Mines. En plena depresión económica mundial y con la demanda de diamantes a la baja, Oppenheimer consiguió la cooperación de otros productores de diamantes para formar la Diamond Producers' Association (DPA) como un medio para controlar la oferta de diamantes. En 1934 se constituyó la Diamond Trading Corporation (DTC) para controlar la venta de diamantes. La DPA y la DTC constituyeron la base de la Central Selling Organisation (CSO) de De Beers, un monopolio que controlaba la mayor parte de la oferta mundial de diamantes, así como los precios. Como las leyes antimonopolio de los Estados Unidos prohibían este monopolio, De Beers se alió con N. W. Ayer, una agencia de publicidad, con la que fundó el Diamond Information Center (DIC) y lanzó una campaña de marketing para vender más diamantes y de mayor calidad para anillos de compromiso. Su eslogan: "Un diamante es para siempre", no solo refleja el romanticismo de la piedra, sino que sigue siendo uno de los lemas publicitarios más conocidos de todos los tiempos modernos. Actualmente, el DIC y el Diamond Promotion Service (DPS) están bajo los auspicios de la agencia internacional de publicidad J. Walter Thompson y se encargan de las relaciones públicas y la publicidad de De Beers. Además de sus esfuerzos de educación dirigidos a los profesionales del sector y a los consumidores, sus campañas de publicidad directa más recientes son los de la presentación de las joyas Three-Stone en los Estados Unidos y Trilogy en Europa. La última campaña, lanzada en septiembre de 2003, es la del anillo para la mano derecha, un producto resultado de una larga investigación, tras la cual la DTC concluyó que las mujeres querían algo más que el típico anillo de boda o de compromiso, aparte del anillo de cóctel tradicional. Los principales países productores de diamantes son Botswana, Sudáfrica, Angola, Australia, Congo, Namibia, Canadá, Sierra Leona y Rusia y se especula que Brasil y la región amazónica tienen grandes yacimientos de diamantes ya que están a la misma altura geográfica que África. De acuerdo con el experto en Sudáfrica, el Profesor de Yale, William Foltz , el levantamiento Zulú de la era anterior a Mandela fue el detonante de la actual situación libertaria del entonces Apartheid fascista, el líder zulú Buthelezi, considerado como un renegado del establishment ingles-holandés, de la reservación KwaZulu, se levanta en los años sesenta contra la explotación inhumana de la minera AMAX que era apoyada por Harry Oppenheimer { quien tiene de socio en México a Carlos Slim en minera FRISCO y tiene uno de los mas grandes yacimientos de oro de México, localizado en Chihuahua}, quien era el administrador del Fideicomiso Ernest Oppenheimer Memorial Trust, y de otra minera Anglovaal Holdings, Ltd que dirigía Clive Menell un personaje ligado a los clanes altruistas de los Estados Unidos que a través de la organización USSALEP mantenía una imagen positiva del Apartheid, con apoyo de la CIA, con una producción de en total 13 millones de quilates con un valor de 7 mil 800 rands (unos mil 182 millones de dólares), la industria emplea a 28 mil personas en Ciudad del Cabo, pero habría que sumarle la producción de Botswana, un enclave de personas de color negro que obtuvo su independencia en 1966, pero que dependen económica y financieramente de Sudáfrica, la minera de diamantes Debswana, genera el 50% de los ingresos fiscales de ese enclave de 2 millones de personas, el 40% infectadas con SIDA. Con los grandes descubrimientos de uranio en los años 70’s Sudáfrica pasaba a jugar un papel estratégico en el mercado de minerales, y pasó a llamarse la Arabia Saudita de los minerales, Río Tinto Zinc una minera con capital británico, pasó a ser la principal explotadora del uranio con su mina Rossing, siendo los años de la “guerra fría” con la URSS y la China de Mao Tse Tung, era importante mantener a Sudáfrica bajo control británico y estadounidense, por ello era necesario que ampliara sus pretensiones de poder geopolítico en las guerras de Namibia, Angola y Rodesia. Para esos años de James Carter y su encargado en la ONU, Andrew Young, exalcalde de Atlanta, chocaba con los racistas sudafricanos del movimiento Afrikaner Nationalists sobre el asunto Zimbabwe/Rodesia; la riqueza del subsuelo de algunos países de África se ha convertido en la causa directa de la miseria de sus habitantes. Así como la industria de diamantes ha beneficiado a países como Botswana -cuya industria emplea al 10% de su población y sus ganancias representan dos tercios de los ingresos gubernamentales-, para otros ha significado una tragedia. En estos países Congo, Angola, Sierra Leona, Namimbia, las elites promueven la corrupción y la debilidad del estado, favoreciendo al auge de economías en la sombra y tráficos ilícitos. El comercio ilegal de diamantes alimenta a la guerra: con el dinero se compran armas, se pagan mercenarios y se corrompen gobiernos, en tanto las consecuencias las pagan las poblaciones con sufrimiento y pobreza sistemática. La venta de diamantes ilegales se ve facilitada por los insuficientes mecanismos de control y la falta de transparencia que existe en su comercialización. Estas piedras no hacen saltar las alarmas de los aeropuertos, los perros no las huelen, y se pueden convertir rápidamente en efectivo. Representantes de firmas importadoras y procesadoras de diamantes de Amberes (ciudad belga que comercializa dos tercios de todos los diamantes del mundo) adquieren en esos países africanos sus paquetes de piedra en bruto y, con gran facilidad, los introducen en Bélgica, Gran Bretaña y la India. Intermón Oxfam, Global Witness, Médico International, El Instituto de los Países Bajos para Sudáfrica y la fundación Novib impulsan la campaña Fatal Transactions (Negocios Fatales) cuya meta es convencer a la industria y el consumidor a que opten por los diamantes libres de conflicto bélico, exigiendo para ello la implantación de un sistema internacional de certificación para conocer el origen de las piedras. Los gobiernos belga, israelí y ucraniano están siendo presionados para que controlen más rigurosamente las transacciones que tienen lugar en Amberes, Tel Aviv y Kiev. A mediados de 2001 se llevó a cabo en Moscú una reunión con el objetivo de poner en marcha un sistema internacional de certificación de origen de los diamantes, que podría significar el inicio del fin de las guerras de Angola, Sierra Leona y el Congo. El encuentro (del que participaron representantes de 34 gobiernos, de la Comisión Europea, de la industria internacional del diamante, el Consejo Mundial del Diamante y ONGs) se basó en el proceso de Kimberley, iniciado en 2000 por los gobiernos de Sudáfrica, Botswana y Namibia, que impulsa la aplicación de un sistema internacional de certificación de origen de los diamantes que permita acabar con la extracción y comercialización de piedras que sirven para financiar los conflictos africanos ¿ y servirá de algo?, de nuevo James Bond y su reciente película Die Another Day. ¿Sabía usted que de cada 10 diamantes que ha admirado en su vida 7 vienen de Amberes, en Bélgica? Su favorable situación geográfica y su gran puerto comercial ayudaron a hacer pronto de Amberes un gran centro de comercio de diamantes. Después de la Segunda Guerra Mundial se creó en Amberes una amplia gama de industrias secundarias relacionadas con los diamantes. Actualmente pasan por Amberes el 80% de los diamantes en bruto y el 50% de los diamantes pulidos que se venden en todo el mundo. Su facturación anual es de unos 26,000 millones de dólares. Los talladores de Amberes se dedican sobre todo a la talla de piedras grandes de calidad, cuyo gasto en mano de obra es relativamente pequeño en comparación con el coste total de los diamantes. En el distrito de los diamantes de esta ciudad se cuentan, en sólo unos 2.5 kilómetros cuadrados, unas 1,500 compañías y cuatro bolsas, la mayoría de las transacciones tienen lugar en oficinas privadas, pero las bolsas siguen siendo un lugar importante en el que los diamantistas se encuentran y hablan sobre el mercado. Aunque se trata de un mercado en el que la tradición tiene un gran peso, ha experimentado una considerable modernización en los últimos años. Por ejemplo, muchas familias de varias generaciones en el negocio ahora buscan apoyo externo para la gestión de la empresa. El comercio online también ha entrado en el mercado del diamante. Sin embargo, sólo un pequeño porcentaje de las transacciones se realiza a través de Internet, porque la mayoría de los diamantistas todavía prefiere inspeccionar físicamente la mercancía. El comercio del diamante representa el 8% del total de las exportaciones de Bélgica. El constante ir y venir de los compradores profesionales de diamantes, los comerciantes de diamantes, los corredores de diamantes y los fabricantes de joyas se mezcla con el paseo de parejas de enamorados del mundo entero buscándose un anillo de compromiso o la joya de su sueño. Amberes es el centro mundial del diamante ya desde la Guerra Mundial cuando Amsterdam perdió su predominio en el sector. Después de Amberes, los centros mundiales del diamante más importantes son Nueva York, Tel Aviv y Bombay. Diamondland esta localizado en el centro mundial de diamantes de Amberes a unos pasos de la estación central de ferrocarriles. En Amberes a 30 minutos de Bruselas, se encuentra el centro mundial del mercado de los diamantes. El Diamond High Council (HRD), organización que representa a la industria del diamante en Bélgica, registrarse en el HRD es voluntario, por lo que este tipo de comercios no es ilegal, pero a través de él se facilita sobremanera el tráfico de los diamantes de contrabando. El (HRD), se ocupa de revisar la importación, valoración y exportación de diamantes. Sin embargo, fuera de su ámbito existe en Amberes una masa de comerciantes, joyeros, intermediarios y fabricantes de joyas que suman unos 4,000 establecimientos a través de los cuales se trafican los diamantes. Este elevado número de intermediarios involucrados a lo largo de todo el proceso comercial dificulta el seguimiento de las piedras desde su extracción hasta su destino final. Sin embargo, en algunos sectores de la industria existe interés en que no se negocie con los diamantes, por temor a que los consumidores dejen de comprarlos si son relacionadas con las guerras africanas. Es el caso del gigante De Beers, quien controla el 75% del comercio mundial de diamantes y abastece a los principales mercados a través de sus oficinas en todo el mundo. Fruto de la presión internacional, De Beer adoptó algunas medidas con el fin de garantizar que los diamantes que adquiere no provengan de países en guerra. En 2000, la empresa clausuró sus oficinas de compra en la República Democrática del Congo y Guinea y, desde entonces, exige a sus clientes el compromiso de no adquirir diamantes de origen dudoso. Esta empresa sudafricana intenta aumentar su participación en el mercado mundial al presentarse como el productor más creíble cuando se trata de rechazar los diamantes de conflicto y evitar así, según explicó su presidente, Nicky Oppenhaimer, que utiliza el lema “un diamante es para siempre, diamonds are forever”.
En el viaje que este investigador hizo a Bruselas, invitado por la Red Voltaire y su Axis for Peace, al ingresar a Bélgica vía Nueva York, no se tuvo mayor problema, solo que no había oportunidad de dormir y llegue un día anticipadamente a los eventos que se llevarían a cabo cerca del hotel Crown Plaza ubicado en Rue de la Loi, una bella zona urbana que comprende el complejo de la Comisión Económica Europea, el Square Ambiorix, el Lepopold Parc, el Parc Du Cinquantenaire, el Atomium y el International Press Center de Bruselas que se encuentra en el edificio del Résidence Palace, 155 rue (calle) de la Loi, 1040 Bruselas. En esa bella experiencia, en un barrio cosmopolita y frío en todos sentidos, los medios de comunicación fueron la excepción con Telesur de Venezuela, Al Jezeera y la TV de Dubai, Russia Today, American Free Press, IRIB News, Gulf News, y otros mas que crearon un ambiente calido de información y camaradería y el Hotel se convirtió en un verdadero Bunker de las fuerzas democráticas y progresistas a nivel mundial, liderados por Terry Meyssan y su famosa red de contra-inteligencia, Red Voltaire, en fin es grato recordar esos momentos, pero la salida de Bruselas fue un martirio, con tantas preguntas que me hicieron a la salida, si no había ido al mercado de diamantes, si que opinión tenia de Bruselas, de la Unión Europea, sin almorzar, sin abrir los restaurantes, con un aeropuerto muy sin chiste, con el vuelo retrasado por dos horas, al final un excelente vuelo sin mayores sobresaltos, un gigantesco 767 de la Boeing, con pantalla gigante para ir viendo en donde íbamos en el vuelo, con una atención esmerada de las sobrecargos que continuamente iban a platicar conmigo por mi suéter con imagen de un cocker dorado que me recordaba a mi bella perrita Candy de Hermosillo, Sonora, pero el avión iba lleno de judíos ortodoxos dedicados en su mayoría al mercado de diamantes que se mueve velozmente entre Ámsterdam, Amberes, Bruselas y Nueva York. La ONU ha tratado de poner trabas a este mercado negro a través de la imposición de Certificados de Origen que permitan el veto a los diamantes ilegales, pero es obvio que la llave para poner fin a esta situación recae en gran parte en Bélgica y en la sociedad sudafricana De Beers. Y es que, su papel protagonista en el negocio de diamantes la señalaban como responsable directa o indirecta de la comercialización de los diamantes "ilegales" de Angola, y Congo anteriormente bajo control belga. Otro negocio que necesita una legislación urgente que regule la bolsa diamantífera de Tel Aviv, que es una de las más importantes en lo que refiere a la producción de diamantes cortados en bruto para su comercialización. Aproximadamente la mitad de los diamantes de calidad gema del mundo sale de Israel.
Israel es líder mundial en la industria del diamante en cuanto a innovación en los cortes.

En el 2004, Israel vendió más de 6,300 millones de Dólares Americanos (US$) en diamantes pulidos. La industria de diamantes de Israel esta localizada en el Diamond District o Distrito Diamantero, localizado en Ramat Gan en el Distrito de Tel Aviv. Este complejo, el más grande centro de comercialización diamantífera del mundo , está formado por cuatro edificios, interconectados con pasarelas y pasillos. Todas la operaciones comerciales relacionadas con los diamantes en Israel se dan lugar en este complejo, que se ha convertido en el símbolo de la ciudad de Ramat Gan . La Bolsa Israelí del Diamante tiene 2,500 miembros, todos los cuales trabajan en el parqué o en oficinas anexas. Ahí pueden comprarse diamantes de prácticamente cualquier tipo y tamaño. Las transacciones tienen lugar en el parqué y en oficinas del resto de Israel y de todo el mundo. El comercio a través de Internet también se está introduciendo, y el Instituto del Diamante Israelí (IDI) tiene previsto crear su propio portal, que ofrecerá información muy completa a la industria. Finalmente, la dupla Carlos Salinas y Alonso Ancira de GAN-AHMSA, andan ya en estos circuitos, que son muy cercanos al sionismo y straussismo, corrientes dominantes del Neoliberalismo.

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