viernes, febrero 22, 2008

Moriría PEMEX

* La privatización es dejar morir a la paraestatal, advierte el secretario de Hacienda Pública del Gobierno Legítimo, Mario Di Costanzo / Vendrá la esclavitud, porque al permitir que ingrese capital privado, ocasionaría que se repitiera la conquista “en la que nos daban espejos por oro”, asegura

“El hecho de que el gobierno mal gaste los recursos provenientes del petróleo es comerse la riqueza de las futuras generaciones. Es simplemente dejarles un país más saqueado”, dice Di Costanzo.

MEXICO, D.F., 21 de febrero (LA JORNADA).- Con la privatización de Petróleos Mexicanos (PEMEX) vendrá la esclavitud, porque al permitir que ingrese capital privado a la paraestatal ocasionaría que se repitiera la conquista “en la que nos daban espejos por oro”, aseguró el secretario de Hacienda Pública del Gobierno Legítimo, Mario Di Costanzo.
Durante un foro organizado en la Facultad de Economía de la UNAM por el Comité Universitario por la Defensa del Petróleo, alertó que de darse la apertura “es dejar morir” a la paraestatal, además de que los más afectados con el “robo” de la riqueza petrolera serían los jóvenes.
“El hecho de que el gobierno mal gaste los recursos provenientes del petróleo es comerse la riqueza de las futuras generaciones. Es simplemente dejarles un país más saqueado, con menos oportunidades, más dificultades”. Y alertó que aquellos que están conscientes de esa problemática y no hacen nada son “cómplices del crimen contra la nación”.
Señaló que el argumento de quienes están por el ingreso de capital privado a la empresa paraestatal de que se trata de una apertura más no de privatizar, es para confundir. “Ahora quieren decir que estamos confundidos entre privatización y apertura; éstas, en el contexto que vive el país y con la poca importancia que se le ha dado al sector energético en términos presupuestarios, son exactamente lo mismo. Privatizar o abrir es entregar el patrimonio y la riqueza”.
Subrayó que PEMEX que la clase política dominante ha dejado que PEMEX se rezague debido a que no hay inversión porque todas las utilidades de la empresa van directo al fisco por lo que recomendó a los universitarios exigir al gobierno que informe qué hace con esos recursos.
Por su parte, Alfredo Jalife expresó que el petróleo representa el último patrimonio nacional y “el arma estratégica del siglo XXI porque quien lo tenga detentará poder”.
Indicó que privatizar a la paraestatal es desarticularla con lo que se “desaparecería al país del mapa”; por ello, exhortó a la sociedad a luchar contra los embates de los neoliberales por abrir PEMEX a capitales privados.
“Si los ciudadanos resisten, será imposible que una fuerza por más poderosa que sea pueda con ellos (la sociedad)”. Agregó que está demostrado que el 70 por ciento de los mexicanos están en desacuerdo con la privatización y que esta cifra se incrementa a 82 por ciento si se hace alusión a que en paraestatal ingrese capital extranjero.
Jalife, también integrante del Movimiento Nacional por la Defensa del Petróleo, señaló que con el actual modelo económico, la clase política mexicana permite no una invasión extranjera, sino una entrega voluntaria de los intereses del país. Advirtió que los argumentos de que PEMEX está en la quiebra se vienen abajo cuando se recuerda que el año pasado México obtuvo ingresos a través de la empresa de 130 mil millones de pesos.
El especialista en asuntos internacionales subrayó que con las reservas petroleras que México tiene en la zona del Golfo ocupa el tercer lugar en el continente, sólo detrás de Venezuela y Canadá.
Destacó la posición que ha asumido el ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador en el activismo por al defensa del energético ya que a un año de que Felipe Calderón usurpó el poder, éste sigue en pie “por lo que entre más lo denosten más estaremos con él”. Y lo comparó con el resto de los aspirantes a la presidencia en 2006 quienes han desaparecido de la esfera política.

1 comentario:

Juán Pueblo dijo...

¿Creerá el señorito
que usurpa el poder?
que el pueblo es pendejo
pa dejarse joder