Estados Unidos y Colombia son los “campeones” del narcotráfico: Chávez

Reuters, Dpa y Afp

Caracas, 16 de febrero. El presidente venezolano, Hugo Chávez, acusó hoy a Colombia y Estados Unidos de ser los “campeones” del narcotráfico, al tiempo que imputan a Venezuela ser paraíso para las drogas y el terrorismo, siendo que “los gobiernos de esos países manejan todos los mecanismos financieros”.

Chávez citó un reporte de prensa sobre una investigación que estima que a la ciudad estadunidense de Miami entran unos mil millones de euros anuales desde Colombia por lavado de dinero procedente del narcotráfico, sin que hasta el momento se haya logrado avanzar en el caso. Añadió que, con sus acusaciones a otros, esa nación “trata de encubrirse”.

Indicó que la red involucra casas de cambio en Colombia, vuelos comerciales desde Estados Unidos y Gran Bretaña, y firmas financieras en Miami y Londres. Dijo que los fiscales federales dan fe de esas operaciones, pero en cuatro años no han fundamentado ningún caso.

Previamente, la cancillería venezolana rechazó acusaciones del embajador de Estados Unidos en Colombia, William Brownfield, quien insistió la víspera en un presunto incremento en el tránsito de droga por territorio venezolano, al “multiplicarse por 10 en el último lustro”. Aunque, dijo, no se culpa de ello al gobierno de Chávez.

“¿Cómo es que el gobierno que ha enviado más de 200 mil soldados a matar y morir en Irak sea incapaz de frenar el alarmante aumento del tráfico y venta de drogas en su país? ¿Cómo es que el gobierno que utiliza satélites espías para organizar asesinatos selectivos sea incapaz de detectar el masivo ingreso de drogas ilícitas a su nación?”, preguntó la cancillería en un comunicado.

Señaló que el creciente ingreso, distribución y consumo de drogas en Estados Unidos “sólo se explica por la complicidad de la elite que gobierna ese país”, y que en siete años de gobierno de Bush “esas cifras se han triplicado”.

En Bogotá, la prensa local reportó que el gobierno colombiano prepara un decreto para rebajar las condenas a unos mil guerrilleros presos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, bajo una norma similar a la que permitió el desarme de los paramilitares de extrema derecha, a cambio de que renuncien a ser parte del canje por rehenes que propone la insurgencia.