WASHINGTON (PL).— Estados Unidos despacha hacia la guerras en Iraq y Afganistán a militares con antecedentes de violencia doméstica, quienes al regresar representan un mayor peligro para sus familiares, revelan varios investigadores.
La prioridad en estos momentos es mantener la ocupación de esos países y todas las otras cuestiones pasan a un segundo plano, lamentó Connie Sponsler, integrante de una comisión creada por el Departamento de Defensa para estudiar el asunto.
Por su parte, la doctora Jacquelyn Campbell advirtió sobre el probado vínculo entre los traumas derivados de las experiencias combativas y el posterior comportamiento agresivo de los afectados.
Sin lugar a dudas, los conflictos bélicos lo único que pueden hacer es empeorar la situación de los hogares norteamericanos bajo riesgo de sufrir el fenómeno, ratificó el ex juez Peter McDonald.
Una reciente pesquisa del diario The New York Times analizó 150 crímenes y delitos cometidos por integrantes de las fuerzas armadas contra sus cónyuges e hijos.
Los ejecutores de la indagación coincidieron en señalar que los intereses del Pentágono repercuten negativamente en la seguridad de los familiares de oficiales y soldados con historiales violentos.
Resultó sorprendente encontrar casos de ex convictos por tales causas que fueron enviados a la guerra, agregaron.
Entre los expedientes más connotados está el del sargento de los marines Jared Terrasas, quien fue remitido a territorio iraquí a pesar de ser declarado culpable de maltratar a sus allegados.
Terrasas retornó varios meses después y asesinó a su hijo de siete meses.
La investigación también refiere la tragedia del miembro de la Fuerza Aérea Jon Trevino, quien cumplió reiteradas misiones en la nación árabe y en Afganistán, sin que sus múltiples problemas psíquicos fueran impedimento para ello.
En 2006, el militar ultimó a su esposa y posteriormente se suicidó.
Tiroteo en Universidad de EE.UU. sigue cobrando víctimas
A siete ascendió el número de muertos
DEKALB, Illinois, 15 de febrero.— A siete ascendió hoy la cifra de víctimas fatales por el tiroteo de ayer en la Universidad del Norte de Illinois, en la continuación de los incidentes de violencia en Estados Unidos que cobraron al menos 27 vidas en los últimos días, reportó la cadena NBC.
Un estudiante falleció en la madrugada de este viernes, como resultado de las heridas recibidas durante la balacera. Otras 15 personas permanecen hospitalizadas, al menos una de ellas en condición crítica, agregaron.
El incidente se produjo cuando un ex graduado de ese centro docente, Stephen Kazmierczak, de 27 años, disparó con un rifle y dos pistolas contra cerca de 200 alumnos, y luego se quitó la vida, dijo AP. Según el sobreviviente de la masacre Paul Sundstrom, un joven blanco vestido de negro penetró por la parte trasera de la clase de Geología y abrió fuego indiscriminadamente.
Con este suceso revive la polémica en la sociedad estadounidense sobre las consecuencias que generan las más de 200 millones de armas en poder de civiles, apunta PL.
La violencia que sacude constantemente a Estados Unidos tuvo así otra explosión, tras los cinco incidentes que cobraron la vida de 21 personas la semana anterior.
La cadena comenzó el sábado pasado al estallar un tiroteo en una tienda de ropa de mujer de Chicago, que terminó con cinco víctimas fatales, y se extendió hasta una escuela de Louisiana, cuando una mujer mató a balazos a dos estudiantes y después se suicidó.
Mientras, falleció el adolescente de 15 años que el martes había resultado herido de un balazo disparado por un compañero en una escuela de California.
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