Acusa a Bogotá y Washington de querer desestabilizar el país para sacarlo del poder
“Estados Unidos quiere imponer un gobierno títere que no cierre la base militar de Manta”
Insiste en que la OEA debe tener una reacción contundente por el operativo contra las FARC
Afp, Dpa y Pl
Soldados ecuatorianos observan el cuerpo de un presunto guerrillero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia en el paraje denominado La Angostura, en la provincia de Sucumbíos, un día después del bombardeo colombiano al campamento insurgente, perpetrado el pasado primero de marzo
Foto: Ap
Quito, 15 de marzo. El presidente de Ecuador, Rafael Correa, afirmó hoy que el bombardeo del pasado primero de marzo sobre territorio ecuatoriano intenta “arrastrarnos” a la guerra interna de la nación vecina, y denunció que su gobierno enfrenta presiones para sumarse al Plan Colombia.
El ataque al campamento donde se encontraba el comandante Raúl Reyes, de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), pretendía allanar el camino “para que nos entrometiéramos en el conflicto colombiano”, señaló el mandatario en su programa de radio de los sábados.
En una extensa referencia a esa problemática, Correa dijo tener sospechas de que la ofensiva militar colombiana y recientes informaciones de prensa que lo vinculan con las FARC forman parte de “un plan de desestabilización” para sacarlo del poder e impedir que cierre la base militar de la ciudad ecuatoriana de Manta, controlada por Washington para el combate al narcotráfico, mediante un convenio suscrito en 1998, que finalizará en 2009.
El jefe de Estado aseguró que “no sería extraño que esto sea una campaña” para desestabilizarlo y “poner un gobierno títere que se preste al Plan Colombia e involucre al país en la guerra de Colombia, sea socio, cómplice o como quieran llamarlo” del presidente colombiano Álvaro Uribe.
“Que no les extrañe también que se busque desestabilizar al gobierno para que en 2009 la base estadunidense de Manta se quede (en Ecuador), pero pierden su tiempo. En 2009 no habrá más bases extranjeras en suelo patrio”, aseveró Correa.
En referencia a Uribe y sus acusaciones de que tiene pruebas de nexos de Correa con las FARC, advirtió: “este señor insiste con Estados Unidos en que nos quiere hacer cómplices porque no le obedecemos. Vaya a mandar a su casa, aquí van a mandar los ecuatorianos”.
Explicó que su gobierno enfrenta “una criminal campaña de desprestigio, a la que, para no variar, se unió el gobierno de míster (George W.) Bush al decir que le preocupa la permisividad de Ecuador con las FARC”, luego del ataque militar colombiano contra un campamento de esa guerrilla en Ecuador el pasado primero de marzo, en que murió el comandante Raúl Reyes.
El Plan Colombia es una controvertida estrategia militar antidrogas y de contrainsurgencia concebida inicialmente en 1999, por los gobiernos del entonces presidente colombiano Andrés Pastrana y el estadunidense Bill Clinton, que a la fecha ha aplicado más de 5 mil millones de dólares.
Entre las críticas a ese plan destaca que las fuerzas de seguridad se han involucrado con grupos paramilitares de extrema derecha en abusos contra la población civil, y su arista de fumigaciones aéreas para erradicar los cultivos de coca. Esta última parte ha sido factor de conflicto con Ecuador por los daños que causan los herbicidas diseminados por el ejército colombiano a los productos agrícolas lícitos y a los campesinos.
En ese ámbito, Correa ratificó que Ecuador no se vinculará con el Plan Colombia, a pesar de las presiones, y resaltó que eso no impide que su nación sea una de las más exitosas en la erradicación de cultivos ilegales y el único país de la Comunidad Andina que no tiene producción de estupefacientes.
Reiteró su emplazamiento a Bush para “mandar soldados y cuidar la frontera” entre Colombia y Ecuador, de unos 600 kilómetros, a lo largo de la cual operan las FARC, y dijo que a él se le pude acusar de tener nexos con Al Qaeda. “¡Qué aprenda a conocer la región antes de opinar!”, arremetió con sorna.
El mandatario, quien mantiene en suspenso las relaciones diplomáticas con Colombia, reiteró que espera una reacción contundente de la Organización de Estados Americanos (OEA) contra Colombia por el operativo contra las FARC en suelo ecuatoriano, en el que murieron más de una veintena de rebeldes y al menos cuatro estudiantes mexicanos.
“Ojalá ese informe de la OEA sea contundente y no como siempre, que trata de contentar a los dos lados. Acá ha habido una agresión al suelo ecuatoriano y eso es irrefutable”, señaló en alusión al consejo de cancilleres que discutirá el tema este lunes, apoyado en un informe que realizó el secretario general del organismo, José Miguel Insulza, tras visitar los dos países.
Por último, calificó de “ridículas” las pruebas exhibidas por Colombia para relacionarlo con la guerrilla, supuestamente obtenidas de la computadora de Raúl Reyes.
“¿Quién va a creer eso? ¿Cóomo el pueblo ecuatoriano va a aceptar eso? Si no confían en nuestra buena fe, confíen en nuestra inteligencia: ¿qué ganamos mezclándonos, involucrándonos en una guerra civil que no es nuestra?”, sostuvo.
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