Entreguismo energético
Los "gatitos" del imperio
En una actitud de plena apertura a las inversiones privadas para la exploración y explotación de recursos energéticos, el presidente Felipe Calderón y sus colaboradores cercanos buscan allanar el camino para que se apruebe la reforma en este ramo. Se trata de un proyecto de corte neoliberal concebido desde que el actual mandatario ocupó la Secretaría de Energía durante la administración de Vicente Fox.La estrategia para abrir las puertas del sector energético a la iniciativa privada la impulsó el actual presidente de México. Desde 2003 Felipe Calderón concedió a empresas foráneas, como la española Repsol, el derecho a explorar y perforar yacimientos de gas, y permitió que inversionistas mexicanos y extranjeros generaran energía eléctrica, con lo que violentó disposiciones constitucionales.Como secretario de Energía y junto con uno de sus colaboradores, Juan Camilo Mouriño –hoy secretario de Gobernación–, Calderón se convirtió en el principal promotor para que la iniciativa privada “vendiera energía”, actividad reservada al Estado. Años más tarde abrió paulatinamente la privatización para el mantenimiento de las venas del sector energético: el sistema de ductos.Su complacencia con el sector privado no paró ahí. Ya como presidente de la República autorizó a Pemex para que comprara gas a Repsol por un monto superior a 183 mil millones de pesos. Los datos de esta operación están contenidos en contratos de Pemex Exploración y Producción, y de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) que aparecen en el sistema Compranet.De 2000 a 2003, en la LVIII legislatura, junto con el también diputado federal Juan Camilo Mouriño, Calderón no hizo nada para impedir la silenciosa entrega del sector a la iniciativa privada. En los registros de la Cámara de Diputados no existe evidencia de que en alguna ocasión el líder de la bancada panista haya levantado su voz para reclamar esta privatización simulada bajo contratos de obra pública.El especialista en materia energética Fluvio Ruiz Alarcón sostiene que ahora, cuando la reforma energética parece no estar muy lejana, las autoridades sólo pretenden “legalizar” los actos que desde el 2 de septiembre de 2003 emprendió Calderón como secretario de Energía.
Contratos a granel
Un día antes de que Felipe Calderón asumiera la titularidad de la Secretaría de Energía (Sener), el presidente de la República, Vicente Fox, dijo que la energética era una de las cuatro reformas estratégicas para que México pudiera avanzar.Cuando tomó posesión como secretario de Energía, Calderón expresó: “El presidente de la República tiene razón… Me propongo cumplir con los propósitos que el Ejecutivo anunciara ayer a la nación: integrar la cadena de valor de la industria energética nacional”.Añadió: “México no debe seguir importando recursos de los que dispone, ni productos refinados para los que tiene ventajas competitivas. Tampoco podemos dejar de invertir en la exploración para revertir tendencias decrecientes de reservas”.Y así lo hizo. Entre sus primeros actos como secretario de Energía –el 16 de octubre de 2003–, autorizó que se adjudicara a Repsol Exploración México, S.A. de C.V., un contrato para que “ejecute obras relacionadas con el desarrollo de infraestructura y mantenimiento de campos de gas no asociado en la Cuenca de Burgos en el bloque Reynosa-Monterrey”. Por este concepto la empresa recibió un pago por más de 26 mil 951 millones de pesos.Siete días después, el 23 de octubre, a Petrobras, de Brasil, y a Teikoku Oil, de Japón, la Sener les otorgó un contrato para explorar durante 15 años el tramo conocido como Cuervito. Para ello, el gobierno federal les pagó 2 mil 611 millones de pesos. Una semana después, el 30 de octubre, la dependencia asignó otro contrato, ahora por 20 años, a la empresa argentina Techint y a la mexicana Industrial Perforadora de Campeche, para que exploren la zona conocida como Misión; el desembolso ascendió a 10 mil 360 millones de pesos.Cuando Calderón llegó a la Sener, el entonces abogado general de Pemex, César Nava, dejó su cargo para ocupar la Unidad de Asuntos Jurídicos de esa secretaría. Desde esa posición debió haber revisado la legalidad de los contratos referidos, conocidos como Contratos de Servicios Múltiples (CSM).Así, Calderón y Nava avalaron un cuarto contrato a favor de Petrobras y Teikoku Oil para que operaran en la zona conocida como “fronterizo” por un lapso de 15 años. La adjudicación la hizo el secretario el 19 de noviembre de 2003 y representó un pago de 2 mil 650 millones de pesos.Meses antes de abandonar el cargo, el 15 de enero de 2004, el ahora presidente adjudicó un quinto contrato a la empresa Lewis Energy Group, L. P., con un pago de 343 millones 573 mil 500 dólares.Los cinco CSM fueron cuestionados por la Auditoría Superior de la Federación (ASF), e impugnados ante un juez civil por legisladores encabezados por el senador Manuel Bartlett. El órgano fiscalizador consideró “poco clara” la legislación al respecto, y recomendó que no licitaran nuevos contratos.
Generación de energía
Con los cambios que el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari hizo a la Ley de Servicio Público de Energía Eléctrica se empezaron a entregar permisos de generación de energía a la iniciativa privada bajo las modalidades de autoabastecimiento, cogeneración, producción independiente e importación y exportación.Hasta ahora se han otorgado 240 de esas autorizaciones, pero hubo 35 casos en que la ASF consideró que se había violado la Constitución y la Ley de Energía. Por ello, la entidad fiscalizadora pidió que se anularan esos permisos, los cuales fueron concedidos en 2004, cuando Calderón estaba en la Sener. El funcionario defendió en todo momento los permisos, a pesar de las pruebas que la ASF le entregó para respaldar su demanda de nulidad.“Todos los permisionarios son filiales de empresas extranjeras. Iberdrola (España) y Unión FENOSA (antes francesa hoy española) cuentan con permisos por 2 mil 242 y mil 712 megawatts, respectivamente. Lo anterior significa que el capital español controla 43% de la generación independiente de energía eléctrica en México; firmas canadienses 6%; estadunidenses 19%, y japonesas 12%.”Con todo, Calderón siguió en la defensa de los permisos para producir energía eléctrica. Es más: en los escasos nueve meses que estuvo al frente de la Sener entregó 31 autorizaciones más a empresas extranjeras y mexicanas.Calderón dejó la Sener el 31 de mayo de 2004 para irse en pos de la candidatura presidencial de su partido, el PAN. Sin embargo, dos de sus principales operadores, César Nava y Juan Camilo Mouriño, permanecieron en la dependencia.Seis meses después dejarían el cargo, aunque antes de abandonarlo Mouriño, en su condición de subsecretario de Electricidad, dejó en claro cuál había sido su función en Energía: impulsar la reforma energética a favor del sector privado.“El próximo subsecretario –expuso Mouriño el 26 de septiembre de 2004, un día antes de dejar el cargo– debe seguir insistiendo en la reforma estructural y promover una serie de cambios que no requieren cambios constitucionales, ni pasar por el Congreso. Por ejemplo, que el riesgo de los contratos de suministro de gas natural lo asuma la empresa pública y no el inversionista, lo cual ya se está llevando en los últimos contratos asignados. Eliminar restricciones legales en la regulación que no permiten aprovechar al máximo las figuras de autoabastecimiento y cogeneración (en los permisos de energía), y las limitantes para despachar los excedentes y permitir que Luz y Fuerza compre energía a los privados y no a la Comisión Federal de Electricidad.”También adelantó que al llegar a la Presidencia Calderón impondría su proyecto estratégico: “…el de fondo, que es donde se pueda impulsar la apertura de parte del sector (energético), para ser complementado por la iniciativa privada”.Y la estrategia siguió. Sin necesidad de reforma energética Calderón continuó beneficiando a empresas extranjeras; por ejemplo, a menos de un año de estar en el poder comprometió millonarios recursos del país con la que parece ser su compañía predilecta: Repsol.
Los ductos
El 28 de septiembre de 2007, el gobierno de Calderón firmó un contrato por 15 años con Repsol Comercializadora de Gas, S.A., con lo cual comprometió el dinero de la nación para pagarle 183 mil 51 millones 215 mil 337 pesos a fin de que surta de gas a la CFE.El argumento para entregar los millonarios CSM fue que con ello se disminuiría la importación de gasolinas. Sin embargo, el contrato, dado a conocer en Perú y no en México –el 18 de febrero pasado lo reveló Andrés Manuel López Obrador–, muestra todo lo contrario, pues México pagará a Repsol más de 183 mil millones de pesos por concepto de importación de gas.De acuerdo con datos de la CFE, el contrato número 9100005181 se adjudicó de manera directa a Repsol Comercializadora de Gas y tiene vigencia del 28 de septiembre de 2007 al 22 de diciembre de 2022.Otro contrato millonario entregado por Felipe Calderón a la iniciativa privada extranjera es el que se firmó el 30 de noviembre de 2007, sin que tampoco se publicitara en México y que dio a conocer en Estados Unidos el 13 de diciembre la empresa beneficiada.Se trata de un contrato por 10 años para operación y mantenimiento de uno de los cuatro sistemas de ductos que tiene el país y que otorgó de manera directa a la empresa Energy Maintenance Services Group I, con una deuda para el país por 4 mil 268 millones 792 mil 26 pesos.De acuerdo con el análisis que el Centro Nacional de Estudios de Energía, A.C., hizo al contrato, éste viola la ley reglamentaria del artículo 27 constitucional y la Ley Orgánica de Petróleos Mexicanos y Organismos Subsidiarios, “debido a que propiciará la intervención de un privado en actividades de operación reservadas de manera exclusiva a Petróleos Exploración y Producción”.El mismo contrato le permite a esta empresa subcontratar a otras para prestar servicios por los que está cobrando. Con ello se viola el artículo 11 de la Ley de Obras Públicas y Servicios que dispone: “corresponde a las dependencia y entidades llevar a cabo los procedimientos para contratar y ejecutar las obras públicas y servicios relacionados con las mismas, por lo que en ningún caso se podrán contratar servicios para que por su cuenta y orden se contraten las obras o servicios de que se trate”.Las obras de mantenimiento del sistema 4 de la red de ductos ubicados en Chiapas, Tabasco y Veracruz iniciaron el pasado 7 de enero.Este sistema transporta el 98% de petróleo crudo que se usa en las seis refinerías del país para producir combustibles, y 56% del gas con el que se elaboran productos petroquímicos y que se usa para la generación de electricidad.“Con esta acción se está cediendo el control de las instalaciones de bombeo, compresión, distribución y ductos, que son las venas y corazón del sistema por el que se lleva la fuente de energía al país. El sistema 4 es la parte más delicada de todo el sistema de transporte nacional”, indica el Comité Nacional de Estudios de Energía.La privatización de los cuatro sistemas de ductos tampoco es nueva. Se planteó el 24 de abril de 2006 por el subdirector de Nuevos Modelos de Ejecución de Pemex Exploración y Producción, Sergio Guaso, el mismo que tuvo a su cargo la promoción de los CSM, según revela un documento al que este semanario tuvo acceso.En el texto se establece un “plan de negocios para PEP” donde lo importante es “establecer una estrategia comercial enfocada a la satisfacción de los clientes” y se habla de entregar contratos con duración de 4 a 10 años. De acuerdo con dicho documento el plan era iniciar las licitaciones en 2006, pero arrancaron hasta 2007.Pero así como Calderón benefició a empresas extranjeras, también lo hizo con su subalterno y amigo Juan Camilo Mouriño a quien, siendo funcionario le continuó entregando los millonarios contratos para la empresa familiar Transportes Especializados Ivancar. Así lo reveló la reportera Ana Lilia Pérez el 16 de febrero en la revista Contralínea. De esta manera queda claro que tanto Mouriño como el mismo presidente son responsables del otorgamiento de esos contratos.El planteamiento que próximamente se hará de la reforma energética fue delineado desde Pemex y quedó plasmado en un documento de noviembre de 2006 denominado Situación actual y perspectivas. El texto coincide con lo que Francisco Labastida Ochoa ha expresado ante legisladores de su partido, la iniciativa privada y sus declaraciones públicas.Se trata de perforaciones profundas en aguas transfronterizas, para permitir que empresas extranjeras inviertan en la construcción de nuevas refinerías, así como en ductos, y la autonomía de gestión de Pemex, además de la posibilidad de emitir bonos para colocarlos en bolsa de valores. Las leyes que se proponen cambiar son la reglamentaria del artículo 27 constitucional, la Ley de Obra Pública y el reglamento de Pemex.De acuerdo con el Comité Nacional de Estudios de Energía, la reforma va encaminada a “solventar la inconstitucionalidad e ilegalidad de los contratos para el sistema de ductos, de CSM o acuerdos o alianzas con el sector privado”. Es decir, desvirtuar los cuestionamientos en los procesos de licitación en que ha participado Felipe Calderón.
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